Estar bien, ¿porqué nos encontramos tan mal, cuando vivimos tan bien?
Cuando percibas sensaciones desagradables, te invito a que elijas observar en lugar de evitar esa sensación, poco a poco, paso a paso. Toma conciencia de aquello que causa malestar en ti y elige abrazarlo. Tal vez es el momento de cultivar una nueva ruta en ti y tu biología para ESTAR BIEN.
Estamos iniciando febrero, no solo te deseo, sino que también te invito a que te conviertas en tu máxima prioridad. Rosa, ¿cómo puede esto impactarte?
Vivimos inmersos en un sistema, no en un mundo, un sistema que nos mantiene sumergidos en dogmas, conectados a tendencias y atrapados en una supuesta “normalidad” que va en contra de nuestra naturaleza.
Mi propuesta para ti es que te comprometas a nutrir tu presencia plena, para que puedas identificar aquello que te mantiene en un estado de adormecimiento zombie, que te mantiene desconectado.
Te invito a que no solo te conectes contigo mismo, sino también con tu vida, tu esencia y tu energía, con tu día día.
Que descubras en el poder de la pausa un espacio valioso que te permita conectar genuinamente con tu mundo interno, incluso si a veces eso causa temor.
Aquí tienes un secreto: no hay nada más poderoso que estar conectado con tu interior 😊
La pausa sirve como un reinicio, reseteo, una oportunidad para conectarte contigo mismo, tus necesidades, valores, con tu mundo interno, fortalezas y miedos, así como con aquello que te inspira.
Desde esta claridad, podrás mejorar tus decisiones diarias, cultivando aquellas que agreguen valor a tu vida.
Deseo y te invito a que finalmente descubras lo verdaderamente esencial, más allá de lo simplemente “importante”.
Que encuentres en ti mismo todas las respuestas que, a menudo, no ves, no escuchas, no crees, ni conectas y que evitas.
En ocasiones, esto se debe a la percepción de que “no tienes tiempo”, que “no eres esencial”, que “el dinero y el estatus quo son más importantes”, que estás “demasiado ocupado para atenderte”, o que consideras “absurdo e irrelevante lo que otros sienten”.
Estas y otras creencias limitantes te alejan de tu verdadera esencia. A veces, solo un llamado de la vida, aunque doloroso, logra mostrar la importancia de esa voz interna llamada intuición.
En esos momentos de silencio, ¿has optado por anestesiarte con alimentos, alcohol, una lista interminable de tareas urgentes, contenido que te aleja o que activa tu modo supervivencia o una relación insatisfactoria? ¿Todo para evitar sostener ese regalo preciado que es el silencio, y así escucharte realmente? ¿Has sentido la realidad de esa sensación cuando decidiste ignorar el llamado de tu SER? Es un camino que muchos transitamos, ¿te resulta familiar?
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¿Cómo identificar nuestros puntos ciegos?
Identificar tus fuentes de estrés (estresores) es el primer paso hacia una estrategia personalizada que te permita gestionar de manera efectiva.
Aquí algunos ejemplos básicos que a menudo minimizamos, incluso a veces resultan cómicos.
Todos poseemos puntos ciegos; somos expertos en ciertas áreas e ignorantes en otras. De ahí la importancia de crear sinergias y comunidades, un proceso completamente natural y esencial.
- “Mis hijos me generan estrés”: Dedica tiempo para ti y respeta ese espacio tan necesario.
- “Esta relación me causa estrés”: Aborda esa conversación incómoda que has postergado, aquella que evitas para eludir la incomodidad pero que te mantiene en un estado de supervivencia.
- “Prefiero mantener un bajo perfil para no enfadar a mi jefe”: Cultiva el hábito de compartir tus ideas y fortalece tu auto concepto.
- “Mi pareja no me comprende, y exploto”: Deja de acumular tensión y malentendidos; opta por cultivar una relación sana y en crecimiento aprendiendo a comunicar asertivamente.
¿Ahora bien, cuáles son tus estresores? Juntos podemos crear una estrategia personalizada para abordarlos.
Guía en tu día a día:
1. Examina los fundamentos y prácticas que actualmente sustentan tu visión del mundo. Analiza las creencias que te guían, las acciones que derivan de esas creencias y su impacto en tu día a día.
2. Si te encuentras en una posición de toma de decisiones, asegúrate de que tus elecciones sean auténticas y significativas. Estas decisiones deben estar profundamente conectadas contigo, tu proyecto de vida, tus colaboradores, el día a día de tu empresa y tu marca para gestar un impacto positivo y evolutivo.
3. Abandona la creencia de que los cambios deben ocurrir de inmediato. Comprende que la implementación de nuevas rutinas lleva al menos 108 días para convertirse en una realidad arraigada en tu vida. Deja de lado los 12 propósitos que pensaste mientras comías 12 uvas, y que seguramente olvidarás en las próximas 24 horas, semanas o meses siendo completamente honesto y realista contigo mismo.
4. Evita asumir que todas las personas poseen una cultura de bienestar en sus vidas. No minimices a los demás adoptando una postura de “¿cómo no lo sabes o cómo no haces algo por ti?”. Cada individuo proviene de circunstancias y condiciones únicas que no son necesariamente similares a las tuyas.
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Ser un verdadero agente de cambio
Sal de tu burbuja de confort o incomodidad y conviértete en un agente de cambio verdaderamente humanizado en tu área de experiencia. Comparte ese conocimiento con más personas para sumar positivamente al entorno que te rodea.
“UN SOLO Propósito, UNA SOLA PRIORIDAD en cada ámbito de tu vida, que se cultiva a través de varios objetivos y que puede ir cambiando de acuerdo a la fase que te encuentres transitando”.
Este valioso concepto lo aprendí de un mentor excepcional que me compartió: “Rosa, no existen las prioridades (ni siquiera en el diccionario). Prioridad es singular, no plural”.
En otras palabras, no puedes tener varias prioridades. Creo que asignar una prioridad en cada área de la vida lo vuelve mas manejable.
El punto crucial es que, al tener muchas prioridades, al final no tienes ninguna. Cuando hay varias, es imposible determinar cuál es realmente prioritaria.
Así, el uso en plural carece de sentido en muchos contextos debido a su significado. Por ejemplo, pides que te den prioridad (no prioridades) en la cola del banco. Buscas tener prioridad (no prioridades) al solicitar ayuda. Y al llegar a una rotonda, tienes prioridad (no prioridades) si circulas por el carril exterior.
Observando la vida de diversas personas a tu alrededor, quizás incluso la tuya propia, notarás que la mayoría no tiene claro esto.
¿Cuál es el problema con esto, Rosa? La cuestión radica en que al no tener claro lo que quieren en su vida, las personas transitan por ella como zombies (en automático) y los días no regresan.
Hoy les gusta una cosa, mañana otra. En este momento tienen una pasión, y al día siguiente la odian. Se proponen usar una aplicación recomendada, pero a los dos días ni siquiera la recuerdan. ¿Te es familiar?
Establecer una prioridad en cada área de la vida con 1 o 5 objetivos bien definidos (que pueden ir modificándose según la fase en la que te encuentres) no significa que no podamos hacer cambios.
La diferencia es que tenemos claro el para qué, el por qué y el cómo de lo que hacemos. Todo adquiere sentido, y nos movemos con una intención definida.
No todo lo que lees en las redes sociales tiene sentido. Te recomiendo educarte y acercarte a aquellos que realmente dominan el tema que estás despertando en tu vida hoy.
No todas las frases aspiracionales en las redes sociales tienen un fundamento real. Lee y presta atención con significado, ya que muchas veces adoptas esas frases pero no las ves reflejadas en tu día a día.
¿Sabes por qué sufres? Porque aún no has decidido adentrarte en tu mundo interno para entender cómo te sostienes y de qué estás hecho, como estás construido internamente.
En el momento de la PAUSA, el espacio se convierte en una oportunidad para conectar contigo mismo.
El auténtico poder de la pausa se revela cuando te eliges a ti mismo como tu máxima prioridad a través de un propósito claro, diversos objetivos con acciones concretas y un movimiento intencional. Este proceso te recuerda genuinamente quién eres o en quién te estás convirtiendo.
Como conclusión, mi deseo y invitación para este ciclo de 12 meses es que encuentres un momento en cada paso observar tu proceso.
Permítete sentir y explorar cada emoción, ya que desde la amígdala surge esta energía en movimiento (emoción) que actúa como una señal para que conectes conscientemente tu mundo interno con el externo. ¿Para qué?
La emoción, que literalmente significa “energía en movimiento”, nos impulsa hacia la acción, y esa acción o reacción, tú decides, genera un sentimiento. Si tus pasos en acción y movimiento sin intención te dejan con un sentimiento de pánico, hoy puede ser el día en que elijas reconocerte y conectar con tus emociones.
Así, incluso en momentos de pánico, enojo, frustración, tristeza, desenfoque, ira o ansiedad, puedes elegir ESTAR BIEN y sostenerte desde aquellas prácticas que cultivan tu vida.
Porque esperar estar siempre bien es tan irreal como creer que una dona en la barra de la cocina te saciará para el resto de tu vida. Simplemente, no estamos construidos ni diseñados de esa manera.
Mirar verdades incómodas
Aprendamos a abrir los ojos frente a verdades incómodas, incluso si eso significa apartarnos de la idea de pertenecer a un grupo, proyecto, relación, estatus.
ESTAR BIEN puede convertirse en el propósito o intención más comúnmente buscado en el mundo deseado por los seres humanos.
Sin embargo, nos encontramos cuestionando nuestro bienestar, incluso cuando vivimos en circunstancias aparentemente favorables. ¿Por qué experimentamos malestar cuando la vida, en esencia, es buena?
La base de esta premisa radica en la esperanza ante eventos críticos o celebraciones, porque así es la vida. A veces anhelamos prolongar indefinidamente el estado de ESTAR BIEN, deseando que las temporadas de bienestar y felicidad fueran eternas, sin contratiempos.
¿Alguna vez has pensado o deseado esto? Yo sí, y quiero compartirte que el cerebro no nos permite percibir el mundo tal como es. Tiene una tarea más crucial: la supervivencia.
Por lo tanto, nos muestra el mundo de la manera que hemos necesitado verlo para sobrevivir. Este fenómeno nos lleva a ser rehenes emocionales de la ansiedad. Piensa en una situación que desencadene ansiedad, como “mi jefe me va a regañar” o “hablar en público”.
En ambos casos, la sensación es ansiedad, ya que la reacción en el cerebro y el cuerpo es la misma. La diferencia radica en que el estrés se genera por una amenaza real, mientras que la ansiedad surge de la creencia de que algo podría ser una amenaza o de que algo debe estar mal en ti.
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Crear una estrategia personalizada
El estrés forma parte de nuestra biología y es una premisa transformar este paradigma, pues lo que ocupamos hoy es desaprender lo que no es estrés o ansiedad para aprender a identificarlo y abordarlo.
Lo que resulta un estresor para mí puede no serlo para ti, y al educarnos para aprender a desarrollar la habilidad para abordarlo y cultivar mentes atentas es lo que necesitamos hoy.
Dime cuáles son tus estresores y crearemos juntos una estrategia personalizada.
Te comparto ejemplos básicos que son máximas y que minimizamos y muchas veces hasta da risa.
Todos tenemos puntos ciegos, somos expertos en algunas áreas y en otras no lo somos, y de ahí surge este valor tan preciado de crear sinergias, comunidades; es completamente natural y necesario.
Recuerda esto siempre:
- La amígdala es como la alarma contra incendios o sismos del ser humano.
- El sistema de estrés prefiere activarse una vez de más que una vez de menos; cumple una función y no es ningún fallo.
- Existen memorias o recuerdos dentro de ti que activan estos bucles y te colocan en un TRANCE ante una vivencia similar a esa memoria, sin ser real en el momento actual.
- El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) hace que el cerebro recupere el recuerdo para protegerte; te recuerda cómo gestionarte ante ese momento doloroso.
Para el cerebro, es irrelevante que te sientas mal cuando te hace pensar en ello, ya que está diseñado para la supervivencia y no para el bienestar.
¿Cuándo pedir ayuda? Una buena regla es buscar ayuda si la ansiedad está limitando tu vida. Si hay algo que deseas hacer pero te abstienes porque te genera sensaciones desagradables muy fuertes, ese es el momento de pedir ayuda.
Cuando percibas sensaciones desagradables, te invito a que elijas observar en lugar de evitar esa sensación, poco a poco, paso a paso.
Toma conciencia de aquello que causa malestar en ti y elige abrazarlo, observar con curiosidad y salir del rechazo o la evitación. Escucha qué pensamientos surgen y, sin juicio, agradece y observa que son limitantes. Tal vez es el momento, poco a poco, de cultivar una nueva ruta en ti y tu biología para ESTAR BIEN.
¿Lo puedes ver? La vida es intensa e incómoda como la ansiedad, es necesario para transformarnos, para crecer y trascender memorias que nos han colocado en modo automático de supervivencia.
Dos hacks para ESTAR BIEN, incluso cuando estás transitando una fase crítica y dolorosa:
1. LA RESPIRACIÓN: Envía una señal a tu sistema de que no existe un peligro. Respira lenta y profundamente.
Puede ser que tu ritmo cardíaco se acelere; vuelve a esa respiración en calma, suave y profunda.
Esto es una señal para que se active tu sistema parasimpático (digestión y calma), reduciendo la reacción de lucha y huida, y disolviendo la ansiedad a medida que los pulmones liberan aire lentamente.
2. COLOCA PALABRAS A LO DIFÍCIL: Ayuda a salir suavemente de ese trance. Al verbalizarlo, el cuerpo y su biología lo registran, conectando con los sentimientos y la inspiración.
Describir lo que estás sintiendo activa el lóbulo central (conexión con el mundo exterior), tranquilizando tanto a ti como a tu amígdala. Esto te permite auto-regular y mejorar la gestión de las emociones, cultivando así tu inteligencia emocional.
Recuerda siempre, una mente atenta es una mente + feliz.
Rosa León