¿Por qué cuesta tanto desapegarnos de lo que nos hace daño? Conoce tus cuatro puntos de resistencia

¿Te ha pasado que por más que intentas dejar una relación o un trabajo que ya no te hace crecer, no puedes hacerlo y no entiendes la razón? ¿O tiendes a postergar situaciones en tu vida con tal de no enfrentarlas?

Imagina meses, años, décadas viviendo en piloto automático, desconectado de tu esencia por el miedo a los cambios importantes. Hace siglos que la enseñanza budista nos reveló que el desapego es una de las principales vías para alcanzar la tranquilidad espiritual, el bienestar y la felicidad.

El desapegarse de personas o situaciones que no nos hacen evolucionar es doloroso, pero es más doloroso quedarte sin hacer nada y ver tu vida pasar sin tomar acción.

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El miedo puede ser un potencializador para convertirnos en creadores de experiencias óptimas y al aprender a desapegarnos, tomamos acción para construir la vida que siempre deseamos.

Cuando reconocemos que nos cuesta mucho desapegarnos de cierta situación pero pasa el tiempo y no logramos tomar acción, se debe a que el proceso generalmente resulta ser incómodo.

De acuerdo con Noam Shpancer, profesor de psicología en Otterbein University de Ohio, la perseverancia en los malos hábitos se debe a que nuestro cerebro ha evolucionado para privilegiar el corto frente al largo plazo. Esto se debe a que la recompensa a corto plazo es segura y plenamente emocional mientras que el cálculo a largo plazo es incierto y racional.

Los cambios de hábitos implican una especie de ruptura de nuestra identidad, es por ello que resulta indispensable conectar cuerpo, mente, emociones y espíritu para lograr integrar un nuevo estilo de vida más consciente y saludable.

No importa la edad, nuestro cerebro tiene la capacidad de trazar nuevas rutas neuronales pero si no tomamos consciencia de este proceso, caemos en los mismos patrones o conductas.

Nuestros procesos biológicos son el ejemplo perfecto de que la capacidad innata de renovación que tenemos:

LOS CUATRO PUNTOS DE RESISTENCIA QUE TENEMOS

La mayor parte de ese caos mental no es el resultado de una mente que no está entrenada. Es el resultado de tu ego que constantemente te coloca en guerra con tu verdad, con la verdad de tu esencia. En psicología positiva se le llama el papel del “adversario” y cada vez que lo notes, úsalo a tu favor, ya que te está diciendo que en realidad sí puedes y tienes la capacidad para salir del aletargamiento.

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Los puntos de resistencia más comunes son cuatro:

1. El autosabotaje. Este es muy común y está muy relacionado con el síndrome del impostor, en el que te sientes incapaz o poco competente para lograr eso que te propones.
2. La procrastinación. Postergas las acciones necesarias y pendientes que tienes para alcanzar tus metas.
3. La pasividad. Tienes mucho ruido mental y una pila enorme de pendientes, pero te paralizas ante la situación y no sabes cómo empezar.
4. No accionar nada en concreto. Fantaseas en tu mente con varios escenarios posibles pero no te atreves a comenzar a dar los pasos necesarios para materializar un proyecto.

Quizá puedes pensar que el rendirte ante cierta situación es una forma de abandonar. Pero cuando abandonas las ideas que provienen del ego, relacionadas con alguno de los cuatro puntos de resistencia, y aprendes a soltar tus apegos más arraigados, comienza el proceso de confiar en tu capacidad de reinvención,

Al tomar decisiones desde la paz y la certeza y no de desde el miedo, te permites avanzar alineado con tu sabiduría interna y abrir el mundo de posibilidades que hay ahí afuera para ti.

Y quizá te preguntes: ¿Por qué el ego limita tus habilidades o fortalezas de carácter y la libertad interna?

Porque está formado de ese sistema de creencias con el que creciste y varias de esas vivencias generaron memorias y formas que alimentan tus miedos como un sistema de “defensa o protección”. Pero la realidad es que te impiden crecer, ver con nuevos filtros la realidad y tomar la decisión de escribir tus propios patrones de bienestar sustentable alineados con tu verdadera naturaleza.

Ahora que has tomado consciencia, es momento de recordarte que eres libre de elegir y descubrir quién eres, cuáles son tus verdaderos sueños y tu propósito superior.

Toda filosofía contemplativa te recuerda que dentro de ti está ese espacio para encontrar tu libertad, autonomía, autoconfianza y poder creador.

El trabajo es encontrar esta completud en tu interior, no en el exterior ni con cosas materiales, y que no necesitas la validación de otras personas. Es por eso que el mindfulness o atención plena es una gran herramienta para ayudarte a conectar con tu verdad expansiva y tu huella única. Pero si vives desde el ego nunca podrás abandonar los viejos patrones ni vivir tu verdadera libertad.

Así que hoy te invito a regresar a ti y construir una nueva ruta para ti más sustentable, expansiva y saludable.

Y para esto requieres un mentor o un programa de acompañamiento, ya que si bien en tí reside la sabiduría para cambiar, también es cierto que el estar acompañado logras tener herramientas, claridad y la dosis de confianza que necesitas para atreverte a vivir la vida que tanto anhelas.

Si esto resuena en ti y quieres echar un vistazo a los apegos de tu vida para liberarte, escríbeme, será un gusto poder acompañarte.

Con amor, Rosa León.

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