El pasado de las empresas, resuena en su presente y actualmente los ciudadanos esperan que las empresas trabajen para dejar un legado positivo.
Las cuentas del pasado siempre cobran factura en el presente, inclusive a las empresas y la compañía Lloyd’s of London es un ejemplo de ello. Esto debido a que entre los siglos XVII y XIX vendió pólizas de seguro para las personas esclavizadas y los barcos que las transportaban.1
En los últimos tiempos, sucesos como el asesinato de George Floyd a manos de la policía en Minneapolis en mayo de 2020, junto con la constante preocupación por el racismo. Han intensificado la presión sobre las empresas para que reconozcan su contribución a la trata transatlántica de esclavos.
La importancia de la responsabilidad política empresarial
En junio de 2020, Lloyd’s of London emitió una disculpa directa e inequívoca.
“Lamentamos el papel desempeñado por el mercado de Lloyd’s en la trata de esclavos de los siglos XVIII y XIX. Este fue un período atroz y vergonzoso de la historia inglesa, así como de la nuestra, y condenamos las injusticias indefendibles que ocurrieron durante este período.”
Desde entonces, la empresa ha contratado a un archivero para examinar más a fondo su papel en la trata transatlántica de esclavos. También se ha comprometido a desarrollar el talento de ascendencia africana y de las minorías étnicas.
Esto aumentando su cuota de colaboradores pertenecientes a minorías y a evitar su complicidad en el uso de mano de obra esclava en las cadenas de suministro.
Hoy en día, el éxito de las empresas requiere hacer frente al pasado. A lo largo de la historia, las empresas han sido cómplices de violaciones de los derechos humanos y atrocidades masivas como la esclavitud o el genocidio.
La implicación de las empresas en estos hechos sigue siendo una gran preocupación para las inversionistas hoy en día.
A medida que aumenta el impulso de la justicia social y la equidad en la sociedad. Muchas personas, incluidos los clientes y los colaboradores, esperan a que las empresas con estos vínculos reconozcan y respondan a sus transgresiones históricas.
Hemos llevado a cabo una amplia investigación sobre la responsabilidad social histórica de las empresas. Que incluye entrevistas con ejecutivos de empresas, profesionales del derecho y víctimas de atrocidades masivas. Además hemos revisado las noticias y publicaciones corporativas.
Lo que hemos descubierto es que los directivos que se comprometen de forma significativa con el pasado de su empresa pueden hacer frente a los daños resultantes. Además de contribuir al éxito del futuro de su empresa.
En cambio, los que tratan de evitar las cuestiones históricas arriesgan la reputación de la empresa y, a veces, algo más.
El abanico de razones que obligan a las empresas a ocuparse de su pasado incluye cinco grupos clave.
Algunas fuerzas, tanto internas como externas, presionan a las empresas para que reconozcan y corrijan los errores del pasado. Mientras que otras adoptan la forma de oportunidades para un futuro mejor.
Ética: voz y acción de las relaciones públicas
Las partes interesadas, incluidos los colaboradores, los inversionistas, las instituciones y los consumidores, expresan cada vez más su preocupación por el historial ético de las empresas con las que se relacionan.
Un ejemplo reciente de escrutinio legislativo son las solicitudes enviadas por los congresistas Maxine Waters y Al Green en junio de 2022 a los principales bancos y compañías de seguros de Estados Unidos. En ellas les pidieron revelen sus conexiones históricas con la esclavitud.
La caída del Muro de Berlín y la reunificación de Alemania en 1989 hicieron accesibles archivos y otros tipos de información que antes no estaban disponibles.
Con esto las preguntas sobre el papel de las empresas alemanas en la Segunda Guerra Mundial volvieron a surgir tanto de las víctimas del Holocausto como de los políticos. Esta oleada de preguntas empujó a muchas empresas a examinar formalmente sus actividades durante el régimen nazi y a publicar sus historias corporativas.
La investigación del conglomerado alemán JAB Holdings sobre sus acciones durante el Holocausto comenzó internamente. Sucedió lo mismo que con Lloyd’s of London, cuando algunos empleados negros trataron de descubrir los profundos vínculos de la empresa con la esclavitud.
Si no se abordan estos esfuerzos internos, se corre el riesgo de dividir y alienar el talento. Los que ignoran tanto la presión interna como la externa de los activistas y otras personas corren el riesgo de dañar las relaciones y empañar la reputación de su empresa.
Esos daños puede traducirse en pérdidas materiales. Por ejemplo, la compañía nacional de ferrocarriles de Francia, SNCF, tuvo problemas para conseguir contratos en Florida, California y Maryland. Esto sucedió cuando los litigantes supervivientes y sus descendientes hicieron visible el papel de la compañía en el Holocausto.2
La empresa química Degussa perdió un contrato por valor de más de medio millón de euros para suministrar un revestimiento antigrafiti en el Monumento a los Judíos Asesinados de Berlín.
Esto porque la antigua filial de Degussa, Degesch, suministró Zyklon B, un veneno utilizado en las cámaras de gas nazis.3
Sin embargo, tras semanas de discusiones, el consejo de administración de la fundación permitió a Degussa continuar con su contrato para el monumento.
Una de las razones de esta decisión fue el hecho de que la empresa alemana se había comprometido con su pasado nazi. Esto al reconocer su implicación con el régimen nazi y contratando a un historiador para que examinara su pasado.
La voluntad de la empresa de rectificar su pasado convenció a muchos miembros del consejo de administración para que Degussa contribuyera al Monumento a los Judíos Asesinados.
En la era de la información, la digitalización y las redes sociales, es imposible esconderse de la exposición pública. Es mejor abordar el pasado de forma proactiva que esconderse en vano hasta que se le llame la atención.
Por ejemplo, el actual litigio en un tribunal francés contra Monsanto, Dow Chemical y otras 12 empresas químicas. Esto por suministrar el herbicida Agente Naranja al ejército estadounidense durante la guerra de Vietnam.
El Agente Naranja contenía dioxina, una de las sustancias químicas más tóxicas conocidas por los seres humanos.4
Trần Tố Nga, corresponsal de guerra y ciudadana francesa que ahora tiene 80 años, compartió con el tribunal el impacto duradero del Agente Naranja en ella, en sus hijos y en aproximadamente 3 millones de vietnamitas.
Los veteranos estadounidenses también sufrieron la exposición.5 Presentado en 2014, el caso fue desestimado en mayo de 2021, con una apelación ahora pendiente. Cualquiera que sea el resultado final, el caso ha traído años de escrutinio continuo a las acciones pasadas de los acusados.
Esta historia se volvió a agitar en los debates públicos cuando Rusia acusó a Estados Unidos de desarrollar armas químicas para abastecer a Ucrania.6
Responsabilidad corporativa en la era digital
Es probable que la contribución de las empresas químicas al sufrimiento de millones de personas resurja cada vez que surja el desagradable tema de las armas químicas,. Eso hasta que presenten una disculpa a las víctimas o realicen otros actos de expiación.
Pero puede que eso no ocurra nunca. Por ejemplo, a partir de noviembre de 2022, el sitio web de Dow Chemical niega cualquier responsabilidad por la participación de la empresa en Vietnam.
Además afirmó que “el gobierno de Estados Unidos tiene la responsabilidad de sus propias acciones militares, incluyendo el desarrollo y el uso del Agente Naranja“.
Algunas empresas han intentado escapar de su historia cambiando de nombre o siendo adquiridas, pero estas estrategias han resultado ineficaces con el paso del tiempo.
La empresa militar privada estadounidense fundada originalmente como Blackwater ha cambiado su nombre dos veces. Primero a Xe Services en 2009 y luego a Academi tras una adquisición en 2011. Estos son intentos de borrar sus conexiones con la matanza de civiles iraquíes en 2007.
Sin embargo, muchos años después, seguimos encontrando artículos de prensa sobre Academi que hacen referencia al nombre original de Blackwater y a las acciones de la empresa en Irak.7
Las empresas construyen su identidad a través de declaraciones de misión y valores y también a través de una historia de origen. La creación de una identidad corporativa auténtica requiere examinar cómo la empresa ha llegado a donde está. Esto porque las peticiones de mayor autenticidad han ido en aumento.8
Cuando las acciones de una empresa se apartan de los compromisos declarados o los traicionan, sus líderes deben abordar la brecha y luego declarar nuevos compromisos.
Las recientes declaraciones de misión de Volkswagen posicionan a la empresa como un socio y contribuyente positivo, especialmente en el ámbito de la sostenibilidad.
Por ejemplo, su actual declaración de misión medioambiental es:
“Para todos nuestros productos y soluciones de movilidad aspiramos a minimizar el impacto medioambiental a lo largo de todo el ciclo de vida”.
Aunque estos compromisos medioambientales son importantes a la hora de afrontar los retos relacionados con el clima. No abordan otras preocupaciones éticas sobre el reciente escándalo de emisiones de la empresa. Cuando algunos modelos de coche incluían software programado para detectar y “burlar” las pruebas de emisiones.
Tampoco abordan los vínculos históricos de la empresa con el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial y una colaboración secreta con los militares brasileños en la década de 1960.
La página de “Historia” del sitio web de Volkswagen intenta hacer algo de este trabajo hoy en día, por ejemplo, ofreciendo un informe (en tres idiomas) que detalla la participación de la empresa en Brasil.
Esto con el objetivo de proporcionar mayor transparencia, invitando a la gente a acceder a sus archivos.
Al sacar a la luz las violaciones de los derechos humanos en el pasado, la empresa pretende volver a presentarse como un socio para el bien.
La autenticidad del compromiso de Volkswagen será puesta a prueba por el liderazgo actual y futuro. Incluyendo la forma en que la empresa decida proceder con sus operaciones en la provincia china de Xinjiang. Lugar en donde el gobierno chino se ha enfrentado a acusaciones de organizaciones de derechos humanos de asimilar por la fuerza a grupos minoritarios.
Confrontar las acciones pasadas de sus predecesores ayuda a los líderes actuales de la empresa a entender cómo las generaciones futuras podrían juzgarlos.
Esta perspectiva transgeneracional puede aumentar el sentido de responsabilidad social de los líderes en el presente e incluso un sentido de noblesse oblige.9 En otras palabras, cuando se den cuenta del importante papel histórico que pueden desempeñar, algunos líderes estarán a la altura del desafío.
Por ejemplo, el movimiento generalizado de las empresas de retirarse de Rusia durante la guerra contra Ucrania refleja su deseo por escribir su legado como empresas.10
Las empresas que quieren restablecer un legado corporativo positivo tras la exposición pública de transgresiones históricas deben mantener un historial limpio.
En este sentido, la SNCF ha hecho algunos progresos. La empresa es ahora más transparente sobre su papel en el Holocausto. Y sigue contribuyendo a las conmemoraciones del Holocausto. Su logotipo puede verse en muchos actos actuales de conmemoración y educación sobre el Holocausto en Francia.
Las empresas también pueden experimentar otros beneficios. Las investigaciones en psicología han demostrado que los seres humanos están deseosos de dar un sentido a sus vidas. Contribuir positivamente al mundo y asegurarse de que sus acciones importan.11
Afrontar el pasado contribuye a este impulso de dejar un legado positivo, estimulando a las empresas y a los líderes a esforzarse por tener un impacto más positivo en las comunidades que les rodean.
¿Cómo medir el impacto social y ambiental? Una tarea que las empresas deben repensar
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la editorial alemana Bertelsmann difundió la leyenda de que la empresa se había negado a publicar propaganda nazi. Postura que condujo al cierre forzoso de la empresa durante la guerra.
Cuando décadas después surgieron dudas sobre esta historia, la empresa creó una comisión independiente de historiadores. Ellos descubrieron que Bertelsmann se había beneficiado del ascenso del régimen nazi y que publicó material antisemita.
Bertelsmann no sólo reconoció públicamente estos hallazgos en 2002, sino que también subrayó la importancia de integrar la exactitud histórica y la transparencia en su ADN como empresa editorial.12
Abordar las transgresiones históricas ayuda a respaldar la toma de decisiones éticas en el presente. Y también puede guiar a las empresas hacia un futuro mejor.
La mirada al pasado nos ayuda a reflexionar sobre las acciones actuales que pueden parecer inocuas porque son actualmente permisibles o legales, pero que podrían no ser condonadas más adelante.
Dado que el pasado siempre está presente, las empresas podrían entablar conversaciones continuas e iniciar debates abiertos sobre su pasado. Esto antes de que los litigantes lo hagan.13
El primer paso es contratar a historiadores independientes y compartir sus conclusiones internamente y luego con el público. La respuesta de las empresas es más íntegra cuando surge de las conversaciones con las comunidades afectadas.
La respuesta de cada empresa será diferente, dependiendo de los daños descubiertos. En la siguiente sección se abordan algunas de las preguntas más comunes y apremiantes de los líderes sobre cómo iniciar la conversación sobre la historia de su empresa.
Empieza ahora. Cualquier empresa con más de 50 años de antigüedad probablemente tomó algunas medidas que no se ajustan a las normas éticas de nuestro tiempo. No esperes a ser demandado o desprestigiado públicamente para abordar las transgresiones éticas pasadas o presentes.
En la década de 1990, Nike fue una de las primeras empresas que se enfrentó a problemas de derechos laborales en su cadena de suministro. A diferencia de muchas empresas, Hewlett-Packard lo tomó como una señal. Así empezó a investigar su propia cadena de suministro.
La empresa tecnológica descubrió problemas similares a los de Nike y comenzó a gestionar los problemas laborales de forma proactiva introduciendo un código de conducta para los proveedores.
Esto ofrece un buen ejemplo para que las empresas lo sigan: Hacer los deberes, responder al daño y establecer directrices y procesos para evitar que se repita.
Aunque es tentador pasar de puntillas sobre un tema, por ejemplo, añadiendo una breve declaración, creemos que es mejor desarrollar un enfoque integral.
Después de que los directivos de la SNCF se enfrentaran al papel de la empresa que transportó a 76 mil judíos hasta la frontera alemana. Se asoció con el Memorial de la Shoah. Además se alió con el activista del Holocausto Serge Klarsfeld para trazar un camino a seguir.
Si bien sus esfuerzos no satisfacían las verdaderas necesidades de todos los supervivientes, la asociación permitió entablar conversaciones productivas y una relación continua.14
En la actualidad, la empresa es uno de los principales patrocinadores del Memorial de la Shoah.
De nuevo, la naturaleza de la contribución depende del daño causado. En lugar de pensar en qué porcentaje del daño es responsable su empresa, analiza. ¿Qué necesidades creó el daño y cuál es la mejor manera de satisfacerlas?
Por ejemplo, los bancos que participaron en el redlining de Baltimore, que impidió a la gente de color adquirir hipotecas. Pueden ofrecer subvenciones, no préstamos, a las personas que alquilan en barrios desfavorecidos. También pueden ayudar a reconstruir esos barrios invirtiendo en escuelas o creando parques.
Cómo construir resiliencia con programas de diversidad e inclusión
Abordar el pasado debe ser un esfuerzo de colaboración y de inclusión, pero la responsabilidad recae en el equipo directivo de la empresa.
Cada uno de los departamentos de la empresa presenta deficiencias específicas. Si se les deja solos, los departamentos jurídicos, rehuirán las declaraciones y actividades que sugieran cualquier obligación financiera con los perjudicados.
El genocidio, la esclavitud y los daños relacionados con el colonialismo son demasiado amplios y profundos. Por lo que los comunicados corporativos no pueden darles la vuelta.15
Estos departamentos deberían formar parte de la conversación. Las organizaciones con equipos centrados en la responsabilidad social deberían incluirlos también en el trabajo.
Si tiene empleados de las comunidades afectadas, involúcrelos también. Pueden ayudarle a desarrollar un programa sólido y servir de puente con el público. En última instancia la cúpula de la empresa determina si los esfuerzos son tomados en serio.
Las empresas deben examinar su propia historia y su implicación en hechos pasados. Pero pueden beneficiarse de compartir sus conclusiones en conversación con otras empresas.
Las instituciones miembros del consorcio Universities Studying Slavery, por ejemplo, se reúnen cada año para compartir sus conclusiones y caminos a seguir.
Todavía no existe una organización similar para las empresas, pero podría crearse. Las industrias financiera y de seguros con la participación de historiadores, podrían emprender un proceso similar en relación con la esclavitud. Trabajar juntos les ayudará a comprender el contexto en el que operaban sus empresas.
Después de que las empresas se enfrentaran a una oleada de reclamaciones relacionadas con la Segunda Guerra Mundial en la década de 1990. El gobierno alemán y la Iniciativa de la Fundación de la Industria Alemana aportaron cada uno 5,2 millones de marcos alemanes para la creación de la Fundación EVZ (Recuerdo, Responsabilidad y Futuro).
La misión de la fundación es “mantener viva la memoria de la persecución nacionalsocialista. Aceptar la responsabilidad en el aquí y el ahora, y configurarla activamente para el futuro”. Más de 6 mil empresas contribuyeron a la fundación. Que indemnizó a los supervivientes de la guerra y a sus descendientes.
Lo mismo podría hacerse con la esclavitud o con diversos lugares de destrucción colonial. Esto puede hacerse apoyando al mismo tiempo los códigos de conducta de la industria.
Las empresas no pueden deshacer los errores del pasado. Como líder, lo que puede hacer es centrarse en aprender sobre la historia de su empresa. Corregir los materiales engañosos de la empresa. Encontrar formas de abordar el daño. Asegurarse de que las actividades actuales reflejan la imagen que desea para su empresa.
Mantener el enfoque en abordar el daño en lugar de simplemente quedar bien en el proceso aumenta las posibilidades de que la empresa pueda desarrollar respuestas significativas y duraderas.
Es comprensible que muchos dirigentes de empresas decidan responder a esta era de expiación asumiendo compromisos éticos. Esto para proteger el medio ambiente, garantizar una cadena de suministro ética y aumentar las oportunidades de los grupos marginados.
Estos compromisos éticos contemporáneos, sin embargo, deben ir acompañados de una voluntad de mirar hacia atrás.
Esto comienza con la formulación de preguntas sobre el pasado de la empresa :
“¿Quiénes éramos y qué hacíamos?”
Escuchando y comprometiéndose con aquellos que se acercan a la empresa sobre su pasado. Y al crear un plan de acción que responda al daño y demuestre los compromisos éticos actuales de la empresa.
Revisar el pasado de una empresa no es un paso atrás, sino un paso adelante hacia las partes interesadas de la empresa y el éxito a largo plazo.
Sarah Federman (@sarahfederman) es profesora asociada de resolución de conflictos en la Kroc School of Peace Studies de la Universidad de San Diego. Es autora de Last Train to Auschwitz: The French National Railways and the Journey to Accountability (UW Press, 2021). Judith Schrempf-Stirling (@judithsstirling) es profesora asociada de gestión responsable en la Geneva School of Economics and Management de la Universidad de Ginebra. Su investigación examina el papel y las responsabilidades de las empresas en las violaciones de los derechos humanos y las atrocidades masivas, tanto contemporáneas como históricas.
1. “The Transatlantic Slave Trade”, Lloyd’s of London, consultado el 3 de noviembre de 2022, www.lloyds.com.
2. S. Federman, “Last Train to Auschwitz: The French National Railways and the Journey to Accountability” (Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press, 2021).
3. “Work on Holocaust Memorial Stopped Over Degussa Role”, Deutsche Welle, 27 de octubre de 2003, www.dw.com.
4. C. MacLeod, “Fifty Years Later, U.S., Vietnam Deal With Agent Orange”, USA Today, 7 de noviembre de 2012, www.usatoday.com; y P. Dung, “Agent Orange in Vietnam: Legality and U.S. Insensitivity”, The Diplomat, 14 de abril de 2022, https://thediplomat.com.
5. N. Phan Quế Mai, “America, Please Don’t Forget the Victims of Agent Orange”, The New York Times, 29 de abril de 2021, www.nytimes.com.
6. Dung, “El agente naranja en Vietnam”.
7. A. Stevenson y C. Buckley, “Blackwater Founder’s New Company Strikes a Deal in China. He Says He Had No Idea,” The New York Times, 1 de febrero de 2019, www.nytimes.com; y S. Sweeney, “Blackwater Mercenaries Training Far-Right Militia in Ukraine, Donetsk Military Commander Claims,” Morning Star, 31 de enero de 2022, https://morningstaronline.co.uk.
8. A. Hamilton y D.A. Gioia, “Fostering Sustainability-Focused Organizational Identities”, en “Exploring Positive Identities and Organizations: Building a Theoretical and Research Foundation”, eds. L.M. Roberts y J.E. Dutton (Nueva York: Routledge, 2009), 427-451; y D. Hamilton, “How Organizations Can Balance Authenticity With Propriety”, MIT Sloan Management Review, 9 de mayo de 2022, https://sloanreview.mit.edu.
9. L.P. Tost, K.A. Wade-Benzoni y H.H. Johnson, “Noblesse Oblige Emerges (With Time): Power Enhances Intergenerational Beneficence”, Organizational Behavior and Human Decision Processes 128 (1 de mayo de 2015): 61-73.
10. J. McGee, “Las marcas que abandonan Rusia están en el lado correcto de la historia”, Independent.ie., 20 de marzo de 2022, www.independent.ie.
11. K.A. Wade-Benzoni, H. Sondak y A.D. Galinsky, “Leaving a Legacy: Intergenerational Allocations of Benefits and Burdens”, Business Ethics Quarterly 20, nº 1 (enero de 2010): 7-34; y M. Fox, L.P. Tost y K.A. Wade-Benzoni, “The Legacy Motive: A Catalyst for Sustainable Decision Making in Organizations”, Business Ethics Quarterly 20, no. 2 (abril de 2010): 153-185.
12. C. Booth, P. Clark, A. Delahaye y otros, “Accounting for the Dark Side of Corporate History: Organizational Culture Perspectives and the Bertelsmann Case”, Critical Perspectives on Accounting 18, no. 6 (septiembre de 2007): 625-644.
13. J. Schrempf-Stirling, G. Palazzo y R.A. Phillips, “Historic Corporate Social Responsibility”, Academy of Management Review 41, no. 4 (octubre de 2016): 700-719.
14. Federman, “El último tren a Auschwitz”.
15. Janssen, “Abordar los vínculos de las empresas con la esclavitud”.