¿Cómo puedo tomar una pausa? Si estoy desbordado de trabajo, sin tiempo y de malas
Si no sabes si es buen momento para tomarte una pausa, aquí encontrarás siete formas para distinguir si ya estás al borde de un colapso mental.
Hace poco recibí un comentario ¿Rosa, cómo piensas y crees que puedo permitirme pausar si estoy desbordado de trabajo y sin tiempo?
La respuesta esta dentro de la misma pregunta y es que ante esta declaración, es un llamado urgente de tomar espacio que no sólo se expresa en la frase, sino que se manifiesta en la energía de la persona, en el cuerpo que esta todo el tiempo comunicando y en las propias emociones “desbordadas” y en alerta “pidiendo auxilio”.
Retomo la necesidad de transformar paradigmas dañinos que lejos de llevarnos a una vida de “éxito” ha causado estragos que muchas veces terminan en un acto donde no hay marcha atrás: enfermedades crónicas, colapsos emocionales, guerras de poder y luchas por querer tener la razón orillando a las personas y sus relacionamientos “Porque tenemos que ser fuertes, sin importar que”.
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¿Cómo saber que estás colapsando y necesitas una pausa?
Un artículo reciente de Kaila Caldwell de Welcome to the jungle compartió un estudio de Nesa Johnson que nos propone tener identificadores cuando estamos colapsando mental y emocionalmente.
Te comparto 7 señales para identificar que es. momento de que tomes en serio una PAUSA:
1. Releer una y otra vez…
¿Alguna vez te has sorprendido leyendo el mismo pasaje una y otra vez sin entenderlo? Este momento, en el que el texto pierde sentido, es una clara señal de que es necesario un descanso. Johnson comparte su experiencia:
“Estoy pensando: ‘Espera, ¿no acabo de leer esto?’ Como cuando veo una película y tengo que rebobinar una escena porque mi atención se ha desviado en una dirección diferente”.
2. Pausa, respira, descongela: El fenómeno de la apnea de la pantalla
Estamos familiarizados con la apnea del sueño, una afección que interrumpe la respiración durante el sueño, pero la apnea de las pantallas puede ser nueva para algunos.
Este término describe la tendencia a contener la respiración o respirar superficialmente mientras se utilizan dispositivos como teléfonos inteligentes, computadoras y tabletas.
La apnea de la pantalla, que surge de nuestros hábitos digitales y, a menudo, sin que nos demos cuenta, ocurre cuando estamos profundamente absortos en las pantallas, lo que lleva a patrones de respiración irregulares.
Este fenómeno puede aumentar el estrés y disminuir la concentración debido a la alteración de los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre.
3. Reacción en cadena del bostezo: El recordatorio de la naturaleza para descansar
¿Atrapado en la reacción en cadena del bostezo? Un bostezo en la oficina y, de repente, es como un efecto dominó de bocas bien abiertas. Es más que simplemente contraer algunas z de manera contagiosa; es la forma que tiene nuestro cuerpo colectivo de decir:
4. Colapso de la concentración: Perder el foco en las cosas pequeñas
¿Alguna vez te has distraído o te tomaste una eternidad para tomar una decisión sencilla, especialmente cuando en realidad no debería ser tan importante?
Johnson lo entiende y señala que luchar por mantener la mente en el camino correcto o entretenerse en decisiones sobre cosas pequeñas podría ser simplemente que su cerebro ondee la bandera blanca de la fatiga.
5. Deriva digital: Cuando tu cerebro anhela una desintoxicación
¿Alguna vez te has encontrado sumergido en la web, hojeando pestañas de videos de gatos cuando se suponía que debías estar haciendo cálculos o escribiendo un correo electrónico?
Es una señal clásica de que tu cerebro está buscando un tiempo de espera. Este meandro digital es más que procrastinación. Es un SOS de tu mente, que anhela un cambio de escenario digital o tal vez un descanso total de las pantallas.
6. El índice de irritabilidad: Siempre enojado con tus compañeros
La poca tensión con los compañeros o situaciones laborales refleja fatiga emocional y la necesidad de un descanso por salud mental.
El índice de irritabilidad puede parecer un día más de enfado con los colegas o el bucle interminable del drama en la oficina. Sin embargo, Johnson profundiza y destaca cómo estos brotes son más que simples malos humores: juegan con las complejidades psicológicas de la política en el lugar de trabajo.
7. El abismo de la apatía: Más allá de un caso de los lunes
Bienvenido al abismo de la apatía, donde las tareas que alguna vez provocaron alegría ahora apenas llaman la atención.
Este no es sólo un caso de los lunes; es la señal de una inmersión más profunda en el territorio del agotamiento, donde el entusiasmo por el trabajo se desvanece, dejando un rastro de “meh” a su paso.