Sostenibilidad en un vaso de leche, ¿cómo procurar el bienestar animal?
La comunidad lechera está comprometida con reducir sus emisiones de CO2 y para lograrlo le ha apostado a energías limpias y procurar la salud de sus vacas con la finalidad de generar productos más sostenibles.
Al menos una vez en la vida las personas necesitarán de un médico, un abogado o un arquitecto, pero todos los días dependen de un productor de alimentos.
Para entender lo que hay detrás de la historia de un vaso de leche sostenible, Gina Gutiérrez, Community Outreach Agvocate de Global Farmer Network, destacó la preocupación que existe por parte de la comunidad lechera sobre los fenómenos que impactan al planeta y al mismo tiempo las acciones que ya se emprendieron desde esta trinchera para contrarrestar el cambio climático.
“La ganadería tiene una oportunidad real para reducir la intensidad de sus emisiones de CO2 y ya hay logros concretos, como una mayor calidad en la alimentación del ganado y los diferentes sistemas de producción estabuladas y en pastoreo que pueden lograr reducciones en las emisiones de productos”, dijo la experta durante su MIT Sloan TalksMx.
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Gutiérrez aseguró que la comunidad lechera está familiarizada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus integrantes no son ajenos a ellos. Tienen un impacto directo en los relacionados con Hambre cero, Trabajo decente y crecimiento económico, Producción y consumo responsables y Alianzas para lograr objetivos.
“La historia de un vaso de leche es la historia de mil millones de personas, porque la leche aporta nutrientes esenciales a la dieta de todas las personas”, agregó la líder que forma parte de la quinta generación de la ganadería lechera en su familia.
Una mirada a favor del bienestar animal con sostenibilidad
Dentro de los próximos 15 a 20 años, se estima que la población global aumentará a 9 mil millones de personas y con ello el número de vacas produciendo. “Algunos pensarán que esto no es sostenible, pero lo es”.
Gina explicó que si bien en los últimos años hubo un incremento en el número de vacas a la par creció la producción individual y la intensidad de las emisiones se redujo en 11 por ciento porque hubo más leche con menos vacas.
En la actualidad, 600 millones de personas trabajan en establos lecheros de todo el mundo, de las cuales 400 millones se benefician de los empleos indirectos, ya que la cadena de valor de los lácteos es muy larga.
En materia de género, la líder expuso que 80 millones de mujeres forman parte del sector de forma directa y 37 millones de granjas son manejadas por ellas.
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Gina Gutiérrez está convencida de que el sector lechero aporta productos de alto valor nutricional y juega un papel importante en las dietas para que estas sean sostenibles, nutritivas, seguras, asequibles y culturalmente aceptables. Aunque también reconoce los retos relacionados con el uso de recursos naturales y el impacto que genera la producción de leche.
“Estamos haciendo algo al respecto. Los ganaderos hemos apostado desde hace mucho tiempo a la energía limpia. Sabemos que esto es muy importante y empezamos con la salud de nuestras vacas y de nuestro suelo conservamos los recursos naturales manejando adecuadamente algo tan importante como el agua”.