Riesgos para la salud mental de los trabajadores se duplicaron con la pandemia
La crisis sanitaria incrementó la proporción de empresas con riesgos psicosociales como sobrecargas de trabajo, jornadas laborales excesivas, liderazgos negativos o falta de control sobre actividades.
La pandemia duplicó la presencia de factores de riesgo psicosocial para los trabajadores. Las sobrecargas de trabajo, las extensas jornadas laborales, los liderazgos negativos y la poca conciliación entre la vida laboral-personal son elementos que se intensificaron en los meses de la emergencia sanitaria entre las organizaciones en comparación con el año pasado.
Previo a la crisis sanitaria, los centros de trabajo en México ya presentaban factores de riesgo psicosocial que podían afectar la salud emocional de los trabajadores. En el 2020 se acentuaron y se elevó la proporción de empresas con condiciones que pueden significar un problema para el bienestar mental de su fuerza laboral.
Cifras de EY obtenidas a través de 18,000 encuestas aplicadas a trabajadores mexicanos, evidencian que el número de centros laborales con un nivel alto o medio en cargas de trabajo se elevó de 30 a 70% entre el 2019 y el 2020, el renglón que más creció entre las mediciones de riesgo psicosociales.
En otro rubro, mientras en el 2019 la falta de control de trabajo era un elemento presente en 30% de las empresas, ahora es una realidad para el 60% de las organizaciones, con un nivel de riesgo medio. Por otra parte, las empresas con jornadas de trabajo superiores a las de ley pasaron de 40 a 60%, con un nivel de riesgo entre alto y medio.
Marco González, socio de People Advisory Services-Performance de EY, explicó que las personas ya manifestaban riesgos psicosociales como producto del estrés y la carga normal de trabajo, y aunque los niveles observados no pueden normalizarse, sí eran los esperados.
“En 2020 se acentúa y se eleva el porcentaje de centros de trabajo con riesgos, con lo cual podemos inferir que es evidente el impacto que tiene la pandemia en el trabajo remoto, en las cargas de trabajo y las cargas de control en las actividades”, dijo el especialista en rueda de prensa.
La realidad de los trabajadores en home office es que están trabajando más, y a esto hay que agregar la carencia de habilidades para teletrabajar y la presencia de varios líderes que no comprenden que no es necesario estar viendo constantemente al colaborador. “Claramente esto ha tenido un impacto en los factores de riesgo psicosocial”, acotó el socio de EY.
En un año, los centros de trabajo que tenían liderazgos negativos, con un riesgo medio, pasaron del 10 al 30 por ciento. Mientras que aumentó 30% la proporción de empresas donde las actividades constantemente interfieren en la relación trabajo-familia.
Del cumplimiento al bienestar
Ante este panorama, es importante que las empresas se enfoquen en cumplir la normatividad vigente en materia de salud laboral con el objetivo de transformar la organización y no precisamente de evitar problemas legales. “Pasar del cumplimiento al bienestar, entendiendo que esto tiene un impacto en la productividad y el compromiso de la gente y, por supuesto, se elevará la competitividad del país”, expuso Marco González.
Entre las recomendaciones de la firma, destacan la reconfiguración de las actividades para evitar cargas de trabajo; definir bien los procesos para que los empleados tengan control sobre el trabajo que realizan; cambiar la visión de la jornada laboral, entendiendo que las personas que laboran actualmente vía remota o con esquemas flexibles deben tener más libertad al administrar sus tareas y, por último, habilitar modelos de reconocimiento al desempeño.
“La pandemia acentúo riesgos y necesitamos asegurarnos que nuestros empleados tengan un esquema de bienestar aun cuando están trabajando de manera remota”, detalló el especialista.
Si bien la crisis sanitaria no tuvo un impacto directo en los riesgos psicosociales al interior de los centros de trabajo, en el corto plazo sí tendrá una afectación más focalizada con los trabajadores que retornarán a sus espacios y estarán atentos en el cumplimiento de la empresa con las medidas sanitarias, afirmó el especialista. “Las condiciones de trabajo sí van a provocar un grado de estrés o de angustia”.
Complicado, pero normal
La pandemia no es la culpable de los riesgos psicosociales, sólo agravó una situación que ya era una normalidad para los trabajadores mexicanos. Los niveles detectados previo a la crisis sanitaria nos dejan una gran reflexión: la presencia de estos factores estaba normalizada.
“Sí, pero lo normal”, esa fue una respuesta recurrente entre los trabajadores encuestados por EY cuando se les evaluaba en relación a las cargas de trabajo o el control sobre la actividad. “Eran parte de aspectos normales que la gente ya asumía como lo que ocurría siempre en el trabajo. Los mexicanos habíamos aceptado como normal este tipo de situaciones”, explicó Marco González.
El problema es que en México casi no se medían estos factores. Por ello, concluyó el socio de EY, la aplicación de la NOM 035 permite establecer un punto de partida para que las empresas conozcan el camino para mejorar el entorno laboral.