La teoría de rasgos en el liderazgo explica que los líderes nacen, no se hacen. Si quieres que tu empresa trabaje con base en ella, sigue estos consejos.
Un líder nace, no se hace. Al menos eso es lo que la teoría de rasgos sugiere ya que propone que las cualidades que tiene un buen líder son innatas y heredables. Además intenta determinar distintas características que expliquen la razón por la que existen personas que son buenos cabecillas o no.
A raíz de esta teoría, durante el siglo pasado se realizaron numerosos estudios para que los profesionales de la psicología descubrieran el conjunto de cualidades necesarias para tener un buen líder. Los rasgos de personalidad, sociales, físicos e intelectuales son aquellos que separan a los individuos que “nacieron” para dirigir de los que no.
Homopreneurs: Las 10 cualidades de los líderes del futuro
De acuerdo con la IESE Business School Barcelona, estas son las principales características que deben de tener:
Al ser una teoría que dicta que los líderes nacen y no se desarrollan, las empresas que deseen trabajar desarrollando esta teoría deberán de conocer a fondo su fuerza laboral a través de exámenes de personalidad y cuestionarios. Esto, le ayudará al área de recursos humanos a identificar a los líderes de los no líderes.
Después de obtener esa información, se deberán de fomentar distintas actividades en las que los trabajadores puedan reafirmar sus cualidades, por ejemplo, con pequeños juegos o talleres.
Además, sería necesario que en cada una de las áreas de trabajo existiera un mentor que se dedicara a preparar a distintos grupos de colaboradores que tengan las cualidades necesarias para ocupar cargos c-level, de dirección intermedia u operacionales.
De esa forma, podrás evaluar el desempeño que cada uno de los colaboradores tiene en su campo y tendrás la opción de hiperespecializar tu mano de obra para generar expertos en campos puntuales y que podrían ser de gran ayuda.