La Inteligencia Artificial como arma de guerra
En tiempos de conflictos bélicos, el desarrollo de instrumentos para la guerra han impulsado avances técnicos y tecnológicos. Hoy día, la historia se repite
Los conflictos armados han sido motores para el desarrollo tecnológico, en la medida en que los países desarrollan mejores medios para la guerra
Jorge Suárez
Desde la Primera Guerra Mundial, la industria armamentista ha creado tecnologías defensivas y ofensivas. Tras cada conflicto, la tecnología ha registrado avances importantes. La aviación es el mejor ejemplo, la cual se desarrolló durante ese conflicto, para luego consolidarse como un importante medio de transporte.
Aunque cueste aceptarlo, la guerra es una fuente de innovaciones técnicas y tecnológicas. Los países con la suficiente capacidad técnica e industrial dedican recursos a obtener, a toda costa, superioridad en el campo de batalla.
El actual conflicto entre Rusia y Ucrania es un ejemplo en pleno desarrollo de cómo la guerra también se libra en entornos virtuales. La Inteligencia Artificial (IA) y la ciencia de datos podrían aplicarse a gran escala para otorgar ventajas sobre el terreno.
Hoy día, ambas tecnologías se emplean para fortalecer la seguridad de los Estados, brindar defensa a través de las armas, y apoyar las ofensivas bélicas.
Rusia, China y Estados Unidos son algunos de los países que lideran el sector de la creación de armas con IA. En el caso de Estados Unidos, luego del 11-S se implementaron las Estrategias de Seguridad Nacional (ESN) para enfrentar nuevas amenazas internas y externas.
Guerra de algoritmos
En el contexto actual, Rusia, China y Estados Unidos pugnan una carrera armamentista para alcanzar la supremacía en Inteligencia Artificial. Este último país tiene como prioridad impulsar la IA y convertirla en un pilar de su estrategia de defensa.
Dentro de las tecnologías que aprovecharían las capacidades defensivas y ofensivas de la IA están los drones kamikazes. Estos dispositivos tendrían la capacidad de ubicar y destruir objetivos previamente identificados. El uso de estos drones ha ganado terreno, generando una industria y un mercado alrededor de esta tecnología.
En el caso de China, ha aumentado la investigación y desarrollo de la IA, debido a que el Ejército Popular de Liberación se prepara para lo que llaman la “Guerra Inteligente”. Este país ha invertido 150 mil millones de dólares en esta tecnología durante los últimos años.
Rusia y su estrategia defensiva con IA
Por su parte, Rusia ha señalado que la IA es la clave para su estrategia de defensa. Esta nación se ha dedicado a modernizar a sus Fuerzas Armadas con tecnología de punta, a pasos apresurados.
En el 2018, este país anunció la creación del Complejo Militar de Investigación. Este tiene el objetivo de investigar sobre Inteligencia Artificial, cibernética y sistemas avanzados de cómputo, con fines de defensa y seguridad.
En la actual ofensiva contra Ucrania, la tecnología está jugando un papel vital. Es posible que las Fuerzas Armadas rusas estén probando o empleando estas nuevas técnicas de guerra híbrida, con el fin de obtener la supremacía.
¿Qué tecnologías podrían desplegarse sobre terreno ucraniano?
Una de ellas son los enjambres de drones, así como proyectiles que se pueden disparar hasta a 1.000 millas de distancia. Además, Rusia cuenta en tierra con mini tanques Uran-9 que pueden ser controlados remotamente.
Pero esta intervención armada también se lucha en el ciberespacio. Recientemente, la firma de investigación y seguridad ESET Research informó que un malware destructor datos está siendo instalado en cientos de computadoras en Ucrania. Esto tras registrarse también ataques DDoS (ataques de denegación de servicio) provenientes de Rusia.
Durante las operaciones militares, Rusia podría obtener una cantidad ingente de datos para entrenar a los nuevos algoritmos, que entrarán en acción en futuras guerras. Este conflicto en desarrollo está mostrando el potencial de la IA en los escenarios bélicos.
Sin embargo, la paz y las soluciones diplomáticas representarán siempre un avance de mayor impacto, pues la creación de soluciones para preservar vidas humanas merece mayor admiración que cualquier innovación tecnológica usada para maximizar el poder destructivo de la guerra.