Aunque hemos aprendido muchas cosas con la pandemia, aún hay otras que pueden explorarse, analizarse, estudiarse para anticipar las posibles causas y consecuencias de lo que pudiese ocurrir, sea lo que sea.
Es complicado hablar de 100 por ciento de eficacia en prácticamente cualquier rubro, tema, actividad o industria. Al hablar sobre prevención de pandemias, la reciente crisis sanitaria que atraviesa aún el mundo a causa de la Covid-19, podría indicar que la prevención no ayudó demasiado y de todos modos padecimos duramente el impacto que tuvo la contingencia en términos económicos, sociales, laborales, académicos e industriales, pero sobre todo humanos.
Sin embargo, tenemos que verlo desde otro enfoque.
Esa fue la pandemia que no alcanzamos a prevenir, pero hay muchas otras que no ocurrieron gracias a infinidad de medidas que tomamos en cuanto a inocuidad, limpieza, higiene, desinfección, protección del ambiente y de los recursos.
El gran impacto de algo simple: el lavado de manos
Todo ello llevado a cabo en prácticamente todas las actividades humanas y productivas; desde el hogar, hasta el procesamiento de alimentos o el sector de la salud o el turismo, entre muchas otras.
El impacto de la pandemia que aún atravesamos ha sido evidente y profundo en el mundo. Más de 500 millones de personas contrajeron Covid y 14 millones lamentablemente perdieron la vida.
En cuestión económica, se calcula que durante los próximos 5 años las pérdidas alcanzarán 28 billones de dólares y 50 millones de personas vivirán en extrema pobreza como consecuencia del Covid para 2030, de acuerdo con la ONG Preventing Pandemics at the Source.
La gran interrogante es cómo podemos prevenir una situación similar en el futuro cercano. Aunque hemos aprendido muchas cosas, aún hay otras que pueden explorarse, analizarse, estudiarse para anticipar las posibles causas y consecuencias de lo que pudiese ocurrir, sea lo que sea.
Aventurarse a señalar cuál va a ser la próxima pandemia sería más complicado que hallar una aguja en un pajar, sin embargo, sí hay medidas y acciones que podemos llevar a cabo para reducir las posibilidades y distintos tipos de riesgo.
La sostenibilidad como herramienta para una mejor gestión de riesgos
Algunas de las claves para prevenir la próxima pandemia están en acciones para fortalecer la atención rápida y fortaleza de los sistemas de salud pública alrededor del mundo y procurar una relación sostenible con el mundo natural.
De acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos, hasta tres cuartas partes de las enfermedades infecciosas emergentes provienen de contacto entre humanos y animales, y a medida que la población humana se expande a nuevas regiones previamente inhabitadas, el riesgo del surgimiento de nuevas enfermedades aumenta.
Otra medida tiene que ver con procurar un sistema de salud pública mundial efectivo donde sea posible contener brotes, propagación e infección y para ello, los gobiernos, la iniciativa privada y las organizaciones deben impulsar el desarrollo del conocimiento de diversas ciencias, la tecnología, la innovación y protocolos que protegen a la humanidad.
Acciones tan importantes como el entrenamiento constante del personal de salud, la inversión continua en el mejoramiento de hospitales y clínicas, en desarrollo de tecnología y nuevos talentos pueden marcar la diferencia.
Por otra parte, es importante fortalecer el acceso en todo el mundo a los insumos y herramientas médicas que ya existen y difundir las buenas prácticas y hábitos de higiene, limpieza y desinfección.
Para prevenir cualquier próxima pandemia hay que ampliar el conocimiento y poner el existente en todas las manos posibles.
Actualmente existen soluciones que expertos como Ecolab desarrollan y tienen al alcance de importantes actores que tienen amplia influencia y repercusión positiva en el mundo y en la población. Prevenir una pandemia es posible, menos oneroso y contamos con las herramientas necesarias, aprovechémoslas.
Tony Sarraf es vicepresidente y líder de mercado de Ecolab para Latinoamérica Norte
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