Liderar con compasión: Cuando un colaborador enfrenta una enfermedad terminal

Cuando un empleado atraviesa una crisis de salud, sus compañeros también se ven afectados. Los líderes deben apoyar a todo su equipo con sensibilidad y profesionalismo.
Cuando a un colaborador se le diagnostica una enfermedad terminal, las complejidades de la gestión del lugar de trabajo se profundizan significativamente.
No se trata solo de manejar los aspectos prácticos de la continuidad del negocio o abordar las consecuencias de una pérdida; también se trata de navegar el período prolongado y cargado de emociones que lo precede.
Algunos empleados pueden optar por seguir trabajando durante una enfermedad terminal para mantener una sensación de normalidad, propósito o estabilidad financiera, lo que puede ser crucial para su bienestar psicológico durante un momento tan difícil.
Este viaje, marcado por la incertidumbre y la agitación emocional, exige un enfoque compasivo y reflexivo por parte de los líderes.
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Apoyar al equipo ante una pérdida
La crisis de salud de un colega tiene consecuencias de largo alcance: afecta a todo el equipo y altera la dinámica del lugar de trabajo.
Por lo que esto suele tener un profundo impacto en la moral y la productividad.
Por lo tanto, los gerentes pueden encontrarse en una situación crucial, ya que deben equilibrar el apoyo emocional de un miembro valioso del equipo con el mantenimiento de un entorno de trabajo estable y solidario para todos.
1. Mantén una comunicación abierta y sensible
Comienza por establecer un diálogo que respete la privacidad y la confidencialidad del empleado.
Los líderes deben crear un entorno en el que el colaborador con alguna enfermedad terminal se sienta cómodo para compartir sus necesidades y preferencias con respecto a su situación laboral.
Un enfoque exitoso es el de comunicarse regularmente y en privado para ofrecer apoyo y abordar cualquier cambio en la condición o los requisitos.
Para mejorar aún más esta comunicación, escucha activamente y responde con empatía y comprensión.
No se puede exagerar el impacto de una comunicación abierta y sensible. Fomenta la confianza y demuestra que la organización valora a sus empleados más allá de sus contribuciones laborales.
Por el contrario, la falta de dicha comunicación puede generar sentimientos de aislamiento o abandono por parte del empleado, lo que puede exacerbar su estrés y afectar negativamente su bienestar mental y emocional.
Esto puede conducir a una disminución de la moral del equipo y a un aumento de la ansiedad en el lugar de trabajo, ya que los colegas pueden no estar seguros de cómo actuar o qué esperar.
2. Realiza los ajustes necesarios en las modalidades de trabajo
Adaptar los horarios de trabajo a las necesidades médicas y personales de un empleado que enfrenta una enfermedad terminal no solo es beneficioso, sino también crucial.
Este proceso va más allá de los simples ajustes de horarios, ya que abarca una reestructuración meditada de las responsabilidades y los entornos laborales para alinearlos con las capacidades y circunstancias actuales del colaborador.
Esto puede incluir opciones como trabajo remoto, horarios de trabajo modificados o períodos de licencia prolongada.
Los gerentes deben reconocer el impacto positivo que estos ajustes pueden tener en la moral y la dignidad de un empleado y adoptar un enfoque proactivo e individualizado.
Un primer paso crucial es una evaluación integral del rol y las responsabilidades actuales.
Esta evaluación debe identificar las tareas que se pueden gestionar de forma remota, si es necesario, y destacar las oportunidades de redistribución de tareas entre los miembros del equipo.
Los canales de comunicación claros son vitales para garantizar que el empleado permanezca integrado y apoyado, fomentando así un sentido de conexión e inclusión.
Explorar modelos de trabajo flexibles, como puestos a tiempo parcial o acuerdos de trabajo compartido, también puede brindar la adaptabilidad tan necesaria.
Estas opciones no solo ayudan al empleado a mantener un equilibrio entre sus necesidades laborales y de salud, sino que también ayudan a preservar la productividad del equipo y la continuidad del proyecto.
3. Educa y prepara al equipo
Educar y preparar al equipo es fundamental para afrontar las complejidades que surgen cuando un empleado se enfrenta a una enfermedad terminal.
Con el consentimiento del empleado afectado, es importante informar y preparar al equipo para posibles cambios en la dinámica de trabajo. Fomentar una cultura de apoyo y comprensión dentro del equipo es vital.
Además, los directivos pueden organizar talleres o debates dirigidos por profesionales de la salud o del asesoramiento para proporcionar al equipo las herramientas que necesitan para ofrecer el apoyo adecuado.
Estas conversaciones podrían abarcar temas como cómo comunicarse con sensibilidad, reconocer signos de angustia emocional o comprender las etapas del duelo.
Crear un espacio seguro donde los miembros del equipo puedan hacer preguntas y expresar sus preocupaciones también es beneficioso.
Los efectos positivos de educar y preparar al equipo son múltiples. Por otro lado, no preparar adecuadamente al equipo puede dar lugar a malentendidos, incomodidad y una ruptura de la comunicación en el equipo.
También puede generar una tensión emocional indebida en los miembros del equipo, que pueden sentirse poco preparados o sin apoyo para lidiar con la situación.
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4. Planifica la continuidad del negocio
Mientras se brinda apoyo a un empleado que atraviesa una enfermedad terminal, es imperativo que los líderes se preparen simultáneamente para cualquier cambio necesario en las operaciones comerciales.
Esta estrategia no solo tiene como objetivo mantener la estabilidad de la empresa; también se trata de reducir el estrés adicional en el equipo.
Comienza por identificar los roles y las responsabilidades clave que podrían verse afectados y desarrolla un plan claro para abordar cualquier brecha.
Esto podría implicar redistribuir ciertas tareas temporalmente o contratar trabajadores temporales para cubrirlas.
Comunica estos planes de forma clara y transparente al equipo para asegurarte de que comprendan las razones detrás de los cambios y cómo contribuyen a la continuidad general de las operaciones comerciales.
Involucra a los miembros del equipo en el proceso de planificación siempre que sea posible; sus ideas y sugerencias pueden ser invaluables y también pueden hacerlos sentir valorados e incluidos.
El impacto de una planificación eficaz de la continuidad del negocio va más allá de garantizar que el trabajo se realice. Demuestra al equipo que la organización es resiliente, proactiva y capaz de afrontar los desafíos sin sucumbir al pánico o al descontrol.
También tranquiliza a los clientes o partes interesadas de que la empresa es estable y fiable, incluso en tiempos de cambio interno.
La falta de planificación de la continuidad del negocio puede dar lugar a un entorno de trabajo caótico, a un aumento de los niveles de estrés entre los empleados y a la posible pérdida de negocio o reputación.
5. Apoya emocionalmente al equipo
Abordar el impacto emocional que tiene un miembro del equipo cuando padece una enfermedad terminal es fundamental para mantener un lugar de trabajo que brinde apoyo.
Los líderes deben brindar espacios donde los miembros del equipo puedan expresar abiertamente sus sentimientos e inquietudes.
Entre los enfoques eficaces se incluyen programar reuniones periódicas del equipo o reuniones individuales para garantizar que el bienestar emocional de todos sea una prioridad.
La creación de un entorno de comunicación abierta es fundamental. Los gerentes pueden considerar frases como:
“Es perfectamente normal sentir una variedad de emociones sobre lo que está sucediendo”.
“Tus sentimientos son válidos y está bien compartirlos aquí” para alentar la apertura y validar los sentimientos de los miembros del equipo.
Fomentar el apoyo de los pares a través de sistemas de compañeros o redes de apoyo puede fortalecer aún más los vínculos del equipo.
Cuando los miembros del equipo reciben apoyo emocional, sienten que sus necesidades son reconocidas y valoradas, lo que genera confianza y cohesión.
Este apoyo es crucial para mantener la productividad y la concentración, ya que los miembros del equipo tienen menos probabilidades de distraerse o sentirse abrumados por emociones no atendidas.
Descuidar el bienestar emocional del equipo puede generar un ambiente negativo, una menor moral, un mayor estrés y posibles conflictos, lo que puede derivar en problemas a largo plazo, como el agotamiento o altas tasas de rotación.
6. Evita el silencio el día del fallecimiento
Dirigirse al equipo tras el fallecimiento de un empleado es un aspecto fundamental para gestionar el impacto de una enfermedad terminal en el lugar de trabajo.
Requiere una acción inmediata y sensible por parte de los directivos. El paso inicial debe incluir reconocer la pérdida con sinceridad y respeto y asegurarse de que el equipo esté informado de una manera que honre la memoria del empleado y el estado emocional del equipo.
Los directivos deben estar físicamente presentes y accesibles, ofreciendo un hombro en el que apoyarse y un oído para escuchar, para dejar en claro que el equipo no está solo durante este momento difícil.
Es fundamental crear un espacio para la expresión del duelo. Los líderes pueden organizar un homenaje respetuoso, como un momento de silencio, o facilitar una reunión en la que los colegas puedan compartir recuerdos, ofrecer apoyo y superar juntos el duelo colectivo.
Crear rituales o memoriales, como un tablero de recuerdos o un momento dedicado a compartir reflexiones y celebrar la vida del colega, también puede ser una forma significativa de abordar el duelo colectivo y ayudar a los miembros del equipo a procesar sus emociones.
Esto no solo honra al fallecido, sino que también fomenta un sentido de comunidad y apoyo mutuo entre los miembros del equipo.
Al gestionar esta delicada situación, es fundamental que los directivos equilibren el respeto por los deseos y la privacidad de la familia del empleado fallecido con las necesidades emocionales del equipo.
Este enfoque reflexivo del día del fallecimiento puede ayudar a sanar el corazón colectivo del equipo, a mantener la dignidad del colega fallecido y a garantizar que el lugar de trabajo siga siendo un entorno de apoyo para todos.
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Apoyo empático y duradero
La gestión de la enfermedad terminal de un empleado trasciende los desafíos rutinarios del lugar de trabajo y exige una combinación de empatía, adaptabilidad y planificación estratégica.
Las estrategias holísticas que hemos analizado (que enfatizan la comunicación abierta, los acuerdos flexibles, la educación del equipo, la continuidad del negocio y el apoyo emocional) resaltan la necesidad de un enfoque compasivo pero práctico.
Este enfoque no solo atiende la dignidad y las necesidades del individuo, sino que también garantiza un entorno de equipo resiliente y de apoyo.
De igual manera, esta gestión sensible no solo aborda los desafíos inmediatos, sino que también da forma a la cultura de una organización, reflejando así sus valores fundamentales y su compromiso con su gente.
ACERCA DE LOS AUTORES
Benjamin Laker es profesor de liderazgo en la Henley Business School de la Universidad de Reading y coautor de Job Crafting (MIT Press, 2024). Vijay Pereira es profesor distinguido de gestión internacional y estratégica del capital humano en la Neoma Business School de Francia. Jack Tillotson es profesor adjunto de marketing en la Universidad de Vaasa de Finlandia. Sammy Toyoki es investigador de subvenciones en la Universidad de Helsinki.

