Aprender a rediseñar nuestra mente es clave para hacer un nuevo comienzo
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Creo que la base de nuestros propósitos nuevos para este año debe de ser crecer para ofrecer lo mejor de nosotros tanto a los demás como a nosotros mismos.
¿Te has puesto a pensar cual es la primera queja que soltamos al empezar el año nuevo?
Te ayudo a pensar: Es una queja que soltamos cuando se acerca la fecha. Sigue pensando.
¿Será la fecha de cubrir nuestros gastos de la tarjeta de crédito del mes de diciembre?
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¿Será el cansancio por no haber descansado de verdad por atender a los familiares?
¿O será el agobio que sentimos por todo lo que nos está esperando en el año nuevo?
Tal vez respondiste a todas mis preguntas con un “sí”. Y aunque sea así, te comento que la queja más común al empezar el año nuevo está relacionada con el inicio de nuestras actividades laborales y estudiantiles.
Suena raro, pero parecemos tener una relación de amor y odio con lo que ganamos nuestro sustento diario, y también con lo que nos hace y hará crecer siempre: los estudios.
Entiendo que para algunos suele ser un factor perturbador despertarse cada día muy temprano para marcharse al trabajo o a la escuela, pero por otro lado existen también personas quienes se despiertan intencionalmente muy temprano para disfrutar de la magia del silencio o de una meditación en la mañana para poder cumplir con sus actividades cotidianas con una calma imperturbable.
Pero ¿qué tal si, tal vez, la razón de dicha queja se explica con el hecho de no querer lo suficiente lo que estamos haciendo o con quienes estamos trabajando y/o estudiando?
No cabe duda de que nuestra realidad -siendo así- necesita ser puesta bajo una lupa mental, ya que vivir sin gozar de lo que estamos haciendo, ofreciendo, creando, compartiendo y diciendo, hará que nuestra vida laboral y estudiantil se quede inerte.
Por lo tanto, me gustaría invitarte a contemplar conmigo las siguientes preguntas:
- ¿Realmente haces lo que te gusta o lo que es conveniente?
- Si tuvieras que diseñar tu próxima vida, ¿trabajarías en lo mismo y/o estudiarías exactamente lo que has estudiado?
- ¿Qué consejos darías a alguien que quiere ser como tú?
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Aunque sea entendible que las condiciones de la vida no siempre son o serán favorables para ocupar nuestra mente únicamente con lo que nos agrada, el cuestionar nuestra realidad actual, sea laboral o académica, ante todo desde una perspectiva diferente, puede hacernos entender lo que nos hace falta para crear la pasión que necesitamos tener para seguir adelante, no solo con lo que nos gusta, pero no nos conviene, sino también con lo que no nos agrada mucho sin dejar de ser favorable.
Diseñar nuestra próxima vida de una forma diferente a la que estamos viviendo ahora nos puede dar una idea más clara acerca de nuestros disgustos, deseos reprimidos y también anhelos olvidados. Por lo cual responder a las preguntas que te hice sólo te puede hacer crecer más.
Pero podemos crecer aún más si llegamos a anotar de manera puntual los consejos que daríamos a alguien más, ya que este ejercicio mental nos ayudaría a entender sin duda todo lo que no hemos sido y, por lo tanto, todo lo que hemos tenido que cambiar a lo largo de nuestra vida.
Una vez en este punto, podemos ver con más claridad cómo hemos llegado a ser este estudiante o profesional con quien estamos saliendo diariamente mano a mano al campo de la vida para sembrar ideas, y cosechar las que hayan florecido.
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Yo creo que la base de nuestros propósitos nuevos para este año debe de ser crecer para ofrecer lo mejor de nosotros tanto a los demás como a nosotros mismos, además de entender con claridad en quien nos hemos convertido y cuáles han sido las razones de este crecimiento.
De otra forma, estaremos tocando ideas generalizadas con nuestra mente, sin tocar nuestro corazón. Y así, será más difícil cumplir con nuestros propósitos anuales ya que, al no sentir lo que estamos haciendo nos destinaremos solamente a existir, pero no a vivir, y a únicamente creer en milagros.
Yo no creo en milagros. Yo manejo en la autopista de las neurociencias el carro más poderoso y fascinante: “el cerebro”. Y cuando el semáforo me muestra amarillo, antes de arrancar, me acuerdo: El cerebro cree en lo que crea, pero se empodera cuando logra sentir lo que ha creado.
¿Qué te parece a ti la idea de manejar tu super poder en las autopistas de esta vida, pero esta vez de manera diferente? Estoy muy segura de que de esta manera llegarás a tu destino más rápido y con una satisfacción muy especial; la satisfacción de crecer conscientemente.
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