Miles de pymes se adaptaron a la nueva realidad por medio de la digitalización de sus operaciones y medios de pago, tanto en México como en otros países de Latinoamérica.
Por Ramiro Nández
A raíz de los cambios tecnológicos y el crecimiento exponencial del comercio electrónico (de 19% a nivel mundial en el último año, según la Organización de las Naciones Unidas), es normal que las pequeñas y medianas empresas (pymes) se pregunten sobre su futuro y vigencia en el mercado.
Conforme la tecnología avanza, los grandes corporativos se han adaptado con mayor velocidad y facilidad, gracias a su alto presupuesto, infraestructura e instrucción digital. Ante este panorama, las pymes no se pueden quedar atrás debido a que son la columna vertebral para muchas economías.
En México, por ejemplo, el 99.8% de las empresas son pymes, que aportan 42% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y generan el 78% del empleo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En marzo de 2020, la operación de los negocios cambió drásticamente y muchos establecimientos cerraron o tuvieron que migrar a plataformas online. Por otro lado, las personas empezaron a consumir en lugares que siguieran las medidas sanitarias y les permitieran pagar con métodos contactless.
La nueva realidad de la pandemia visibilizó la necesidad de llevar las operaciones financieras al plano digital. En el caso de México, un país con alta circulación de efectivo, cerca de cinco millones de personas redujeron el uso de efectivo y tres millones cambiaron las tarjetas de crédito por aplicaciones digitales durante la segunda mitad de 2020, señala el Banco de México.
Los negocios se adaptaron a la situación, mientras que los que no se habían digitalizado, lo hicieron. Como la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO) indica: 6 de cada 10 pymes venden ahora en línea. Los números muestran un incremento del 95% en comparación con 2019.
El distanciamiento social nos motivó a innovar en los métodos de pago y digitalizar las interacciones físicas más básicas. Así, las personas empezaron a escanear códigos por todas partes y un nuevo método de pago había nacido: el código QR.
En Mercado Pago fuimos testigos de un aumento de 534% de pagos con código QR a través de nuestra aplicación y vivimos una explosión azul en la Ciudad de México, pues duplicamos la cantidad de establecimientos que lo aceptan: ahora son 13,500 en la capital del país y más de 20,000 comercios con QR a nivel nacional.
De acuerdo con nuestro estudio Tendencias de Pagos online en Latam a un año del COVID-19, realizado en siete países de la región (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay), más de 40 millones de personas hicieron uso de algún pago en línea por primera vez. Brasil fue el país con más usuarios (con 21 millones), seguido de Argentina (8 millones) y México (4 millones).
El estudio tomó en cuenta nuestro procesador de pago en página web y el link de pago, que se puede enviar por redes sociales a cualquier cliente (en la región, 682,000 vendedores usaron este último). México reportó 14,000 pymes que lo implementaron, un crecimiento de 61% en comparación con el año anterior.
A un año de la pandemia de Covid-19, el compromiso de las fintech sigue con los emprendedores. Debemos proporcionarles herramientas para facilitar su integración a la economía digital y hacer frente a los nuevos retos.
La meta es llegar a una verdadera inclusión financiera en la que tanto una gran cadena de restauración como una tienda de abarrotes accedan a las mismas oportunidades de cobro para atraer más clientes y digitalizar sus operaciones.