Una comunidad sustentable cuida sus recursos y es inclusiva. Conoce la forma en la que el país puede convertirse en esta clase de lugar.
El 61.5 por ciento del territorio nacional padece una falta de agua, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). Esto significa que mil 613 municipios tienen sequías severas. Por esto es necesario que los pobladores del país comiencen a formar una comunidad sustentable.
“La disponibilidad promedio de agua por persona en México ha disminuido de forma constante en las últimas décadas, producto del crecimiento demográfico”.
La disminución de la carga hídrica es un reflejo de que el cambio climático que ya impacta al país. Según la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), en julio, agosto y septiembre de 2023 las temperaturas globales estuvieron más de 1°C por encima del promedio.
Ante este escenario, las personas deben formar una comunidad sustentable. Esto implica abordar una serie de desafíos y adoptar medidas integrales que promuevan el equilibrio entre el desarrollo económico, la protección del medio ambiente y el bienestar social.
Convertir niebla en agua, una solución ante la sequía en México
Para lograr construir una lograr una comunidad sustentable en México las sociedad requiere de un enfoque integral que abarque aspectos ambientales, sociales y económicos. También es necesaria la colaboración y compromiso de todos los sectores de la sociedad, desde el gobierno y las empresas hasta la comunidad local.
El Institute for Sustainable Communities explicó que para formar este tipo de sociedad, se necesita una perspectiva a largo plazo. Esto requiere centrarse en anticipar y adaptarse a los cambios tanto en el presente como en el futuro.
“Una comunidad sostenible gestiona su capital humano, natural y financiero para satisfacer las necesidades actuales. Al mismo tiempo, garantiza que haya recursos adecuados disponibles para las generaciones futuras”.
La organización desarrolló los siguientes elementos de una comunidad sostenible en 1995 que fueron adoptados por la Comisión Presidencial sobre Desarrollo Sostenible en 1997.
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