¿Aún no comienzas? 3 razones para actuar contra el cambio climático

La batalla para lograr que las empresas se tomen en serio la sostenibilidad está prácticamente terminada. Incluso frente al movimiento anti-ESG hay muy pocas organizaciones que realmente cuestionen la necesidad de abordar cuestiones ambientales y sociales. El cambio climático ha cambiado todo.

Llevo dos décadas argumentando que la sostenibilidad es buena para las empresas. Me encantaría dejar de hacer un argumento comercial, idealmente porque la sostenibilidad ya no tiene por qué justificar su existencia. Pero todavía se la cuestiona constantemente.

Por eso es útil dar un paso atrás periódicamente y recordarme el por qué de todo esto, y ofrecer un marco simple para las filas cada vez mayores de quienes son relativamente nuevos en el tema.

Veo tres grandes bloques de lógica para la acción en relación con nuestros grandes desafíos ambientales y sociales, pero especialmente en relación con el cambio climático. Las empresas y sus líderes deberían actuar, en términos simplificados que pueden superponerse, porque necesitamos , tenemos que y queremos hacerlo.

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Frenar el cambio climático es una necesidad

Rara vez hablo de la ciencia que afecta al clima, prefiero centrarme en el argumento comercial. Pero vayamos ahora a ese tema y analicemos las duras realidades sobre el clima, que a menudo se descartan como “pesimistas”.

En resumen, el cambio climático, como resume la Agencia de Protección Ambiental, significa olas de calor, sequías e inundaciones más intensas y prolongadas. Además, aumento del nivel del mar, cambios profundos en los patrones de lluvias y peor calidad del aire y del agua.

Esa terrible lista se traduce en graves consecuencias para los seres humanos, incluidas amenazas a la seguridad alimentaria y del agua, riesgos para la salud, etc. Estos son los peldaños básicos de la famosa jerarquía de necesidades de Maslow : comer, beber, respirar y seguridad física. 

Necesidad significa literalmente el imperativo de proteger los recursos sin los cuales no podemos vivir.

Las consecuencias sociales, muy probables, son duras, ya que grandes franjas del mundo se volverán inhabitables. Muchas ciudades y pueblos estarán demasiado inundados o harán demasiado calor para vivir en ellos.

Esto que provocará una migración masiva y desestabilizadora de mil millones de personas o más . Consideremos la presión sobre los sistemas sociales y los países que se enfrentan a las recientes oleadas de “apenas” millones de personas procedentes de Siria y Ucrania.

Los datos llaman a la acción

Datos y estimaciones como estos suelen ser despreciados por alarmistas. Sí, bueno, es bastante alarmante.

Me cuesta encontrar las metáforas adecuadas para hacer que esto sea real, pero pensemos en términos de salud médica. El mundo ha recibido un diagnóstico de cáncer grave (etapa 3), y algunas regiones se acercan a condiciones incurables (etapa 4).

Si el mundo se calienta otros 1.5 grados Celsius, a lo que ya nos estamos acercando rápidamente, muchas naciones insulares y áreas bajas desaparecerán. Con 2,0 grados Celsius todos los corales mueren, lo que marca el comienzo de un cambio inimaginable en los ecosistemas costeros. Cada medio grado de calentamiento es peor, no linealmente sino exponencialmente .

No se trata de escenarios hipotéticos. Refugiados climáticos, calor extremo prolongado, incendios forestales sin precedentes, inundaciones en días secos y tormentas récord que se producen cada año.

Independientemente de la preocupación que tengamos por “salvar el planeta”, el imperativo es claro: debemos actuar para nuestro propio progreso.

Luchar contra la crisis climática, se volvió un deber

Las empresas se enfrentan a una ola de nuevos requisitos legales y de mercado en torno a las emisiones no financieras y los informes de carbono. Se estima que las Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad y la Directiva sobre Información Corporativa sobre Sostenibilidad afectan por sí solas a unas 50 mil empresas.

Varios países tienen sus propias leyes que obligan a divulgar las emisiones de carbono en las operaciones y las cadenas de suministro. California, que cuenta con una economía más grande que todos los países excepto cuatro, ha promulgado sus propias y agresivas leyes de transparencia del carbono .

Por exigentes que sean estas regulaciones, el poder blando puede ser igual de importante. Por ejemplo, los miembros del grupo CDP Supply Chain exigen que los proveedores midan las emisiones o establezcan objetivos de carbono basados ​​en la ciencia.

Las generaciones más jóvenes de trabajadores, a quienes las empresas tendrán que atraer y retener, quieren trabajar para y comprar a empresas que compartan sus valores, y el cambio climático se ubica como una de sus principales preocupaciones.

Las comunidades esperarán ver a las empresas creando impactos positivos antes de darles la bienvenida para construir o expandir operaciones. Y los inversionistas analizan cada vez más cómo las empresas gestionan los riesgos ambientales y sociales.

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El deseo por luchar contra el cambio climatico

Aquí está la historia de la diversión: la historia de mira cuánto dinero puedes ganar. Ningún enfoque de negocios puede prometer solo resultados beneficiosos para todos, pero la búsqueda de la sostenibilidad ofrece un valor claro.

Las estrategias climáticas inteligentes reducen los costos, reducen el riesgo, impulsan los ingresos y crean valor intangible y de marca. Tomemos, por ejemplo, las iniciativas de eficiencia energética o energía renovable. Estos, pueden reducir rápidamente los costos operativos.

O observe las oportunidades de ingresos que ofrece la creación de soluciones innovadoras para descarbonizar los edificios, el transporte, los alimentos y la agricultura, y más. El desarrollo de productos y servicios sostenibles es un motor de crecimiento, con mercados multimillonarios en juego.

En la gestión de riesgos, es importante evitar costosas perturbaciones provocadas por fenómenos meteorológicos extremos. A nivel macro, solo en Estados Unidos se produjeron 28 fenómenos meteorológicos extremos que costaron más de mil millones de dólares en 2023.

Muchas empresas sufren estos costosos fenómenos en sus operaciones y cadenas de suministro. Las compañías de seguros, en concreto, están gestionando sus riesgos dejando de asegurar las zonas propensas a incendios forestales e inundaciones.

Luchas para regenerar el planeta ya no es una opción

He resumido los argumentos a favor de la acción en la necesidad de actuar, la obligación de actuar y la obligación de actuar. Dada la crisis climática cada vez más evidente, a menudo me frustra que la necesidad de actuar con lógica no sea suficiente.

Por supuesto, ha habido un esfuerzo concertado por parte de intereses creados, durante décadas, para restar importancia a los riesgos ambientales que se avecinan. Y el hecho de que tengamos que hacer algo se basa en la responsabilidad compartida, mientras que las empresas individuales pueden aprovechar la lógica del deber y el deseo por sí solas.

Aun así, cada vez resulta más surrealista que nos pidan que justifiquemos la inversión en acciones climáticas para nuestra propia supervivencia.

SOBRE EL AUTOR

Andrew Winston (@andrewwinston) es un experto reconocido mundialmente en cómo crear empresas resilientes y rentables que ayuden a las personas y al planeta a prosperar. Es coautor de Net Positive: How Courageous Companies Thrive by Giving More Than They Take (Harvard Business Review Press, 2021).

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