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Memepolítica, el riesgo de convertir a los políticos en un chiste

Los memes son un componente cotidiano del discurso social que con el paso de los años los políticos han sabido capitalizar para impulsar su popularidad entre los ciudadanos. Pero detrás de esta práctica pueden existir riesgos asociados con la reputación de la cultura política o sacrificar un voto a cambio de una emoción.

Elizabeth Vargas 30 May 2024

Lázaro Cárdenas, Luis Donaldo Colosio y Diego Fernández de Cevallos son políticos que permanecen en el imaginario colectivo gracias al poder de sus palabras. Su talento los llevó a tocar el cielo o el infierno en México. Sin embargo, atrás quedaron esos simbólicos discursos. Lo de hoy es la memepolítica.

Muchos recuerdan la frase: “Los golpes en campaña, antes dan honra que la quitan”, que dijo el panista amante de los puros parafraseando al Quijote de la Mancha.

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O la forma en que el trágico héroe nacional asesinado en el barrio de Lomas Taurinas estremecía al público con sus palabras. 

Con el traslado de las campañas electorales hacia el terreno digital también se transformó la narrativa y las formas de comunicar. Fue aquí donde los memes políticos encontraron un terreno fértil para prosperar.

La memepolítica no es nueva ni rara, de hecho, se ha convertido en una constante en los últimos años. Los políticos adaptan sus discursos a las nuevas tecnologías y, más allá de los comentarios polarizadores, las plataformas digitales se han convertido en una gran herramienta de distracción. 

Esto significa que las y los candidatos, en lugar de mantener una imagen pulcra y más conservadora, apuestan por  hacer de sí mismos -o de sus rivales- un meme

Adán Moctezuma, experto en comunicación política, explica que el éxito de los memes utilizados por los políticos está en que apelan a las emociones de la sociedad. Así como siempre lo han hecho los candidatos a algún cargo público. Pero estos sirven para caricaturizar su figura y brindarles un halo de cercanía.

“Los debates no son para dar propuestas, sirven para posicionar la imagen de un candidato. ¿Qué es lo que recordamos de estos encuentros en las elecciones anteriores? Por ejemplo, Al Bronco arrancando carcajadas después de decir que proponía ‘mocharle’ las manos a los delincuentes”, plantea el experto. 

Después de los grandes discursos presenciales y de los diálogos, la memepolítica ha surgido como una nueva herramienta para posicionarse en el gusto -o disgusto del público-.

Si bien, la política es una disciplina racional, los ciudadanos votan a través de las emociones. Esta es la razón por la que este elemento cultural resulta tan atractivo: apelan al corazón y al estómago, según Moctezuma. 

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Memes: Mensajes cortos pero contundentes que apelan a las emociones

Paul Ekman, psicólogo norteamericano experto en el estudio de las emociones, fue el primero en identificar las cinco emociones básicas del ser humano: ira, asco, miedo, alegría, tristeza y sorpresa. Los memes, al ser una unidad mínima que transmite información cultural, tienen el poder de manifestar alguna de ellas. Por eso son tan poderosos y llamativos.

Al respecto, Carlos Enrique Hidalgo, director de la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora, refuerza la teoría de Ekman. Cada una de estas unidades de la comunicación apela a las emociones de las personas y por eso se logran posicionar en el inconsciente colectivo.

“El meme, como es corto, es una rápida transmisión de la idea que se quiere reforzar y eso refuerza un sentido de pertenecía. De un agrado o rechazo que tiene la sociedad”, agrega Carlos Enrique.

Los memes ayudan a comunicar una idea de forma más rápida, visual y actual. Estos valores los transformaron en las nuevas balas comunicativas más efectivas del mundo digital. Las emociones tomaron el lugar de la pólvora y se volvieron en una de las armas favoritas de los políticos.

Enrique Peña Nieto, la mayor víctima de los memes

Los memes son entes que mutan, su sentido se elabora y reelabora constantemente. Tienen el poder de ser intercambiados a gran escala y esto les brinda el valor de la omnipresencia, así salen de la red y se vuelven en referencias que son utilizadas en la vida cotidiana. Se insertan poco a poco en lo social y obtienen gran valor comunicativo.

Uno de los primeros políticos mexicanos que se enfrentó a su popularidad fue Enrique Peña Nieto, quien gobernó México de 2012 a 2018. La figura presidencial cruzó fronteras gracias a Facebook y a Twitter, hoy X. Aunque en la mayoría de las ocasiones fue más bien ridiculizado.

Sin embargo, la figura del meme, aplicado al ámbito político durante ese sexenio, surgió como una herramienta que logró empoderar a la población. Gracias a estas representaciones los ciudadanos pudieron alzar la voz y expresar su descontento.

En la actualidad se ha normalizado el uso de las redes sociales para expresarse. No obstante, en épocas anteriores era impensable exteriorizar puntos de vista contrarios al gobierno, ya que los medios de comunicación estaban estrechamente ligados a las autoridades, según el Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (Coneicc)

Fue la primera vez en la historia que los internautas pudieron reír mientras diseñaban un meme en donde ridiculizaban habilidades como el dominio de inglés del jefe del Ejecutivo. La revolución había llegado y las armas estaban por primera vez al alcance del público.

El uso de los memes en la política de Estados Unidos

El uso de los memes en los comicios estadounidenses va en aumento. Incluso, lograron convertirse en una parte innegable de la transformación fundamental del discurso político.

Barack Obama, que gobernó el país vecino de 2009 a 2017, fue el primer mandatario estadounidense que gozó de las mieles de los memes. A diferencia de Enrique Peña Nieto, la figura del exmandatario demócrata fue impulsada y hasta alabada gracias a su uso.

Sus mensajes políticos serios y populares recibieron hasta 1.5 millones de “me gusta” en sus redes sociales, mientras que sus memes encantaron a más de medio millón de internautas.

Posteriormente, un estudio encontró que durante las elecciones de 2020, en las que se enfrentaron a Donald Trump y Joe Biden, casi el 75 por ciento de los memes que analizó cumplían con todos los criterios de propaganda, y los que no, eran humorísticos.

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El costo detrás de los memes: La depreciación de la cultura política

El uso de los memes entre los políticos es una estrategia que va en ascenso. Los gobernantes les han perdido el miedo, ahora los utilizan con el fin de posicionarse de manera orgánica en el corazón y en los feeds del público.

Gracias al uso de estos elementos y de otros más, como jingles pegajosos, diversos candidatos han ganado fanáticos en las redes sociales. Sin embargo, estos números no se traducen en votos, advierte Carlos Enrique Hidalgo, experto del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora.

El catedrático recuerda el caso del político Ricardo Anaya que representó a la coalición Por México al Frente, integrada por: PAN, PRD y Movimiento Ciudadano durante las elecciones de 2018. Su estrategia de redes sociodigitales pretendía generar cercanía con los jóvenes y causó gran revuelo.

“Movimiento Ciudadano hizo muy famosa una canción en redes sociales. Pero eso no significó que la población votara por este partido”.

La idea es clara: Ser popular, no es igual a ser elegido como representante ciudadano. Es cierto que el uso de los memes sí acerca a los candidatos a sus posibles votantes, aunque se debe de ser cauteloso con su uso.

Estas herramientas son un arma de doble filo ya que su explotación podría hacer que los mexicanos no reflexionen su voto, explica Adán Moctezuma.

Es deber de los ciudadanos conocer y estudiar a sus próximos gobernantes. Sin embargo, frente al uso de estas armas digitales tan poderosas la realidad está en juego. El experto en comunicación política considera que pueden ser graciosos, pero el ejercicio democrático aún debe ser guiado por la razón. Sin ella, los votantes no pueden evaluar las políticas que se proponen o su viabilidad.

“Será lamentable que, cuando alguien haga una canción o un meme poderoso, las propuestas políticas se vuelvan irrelevantes. No podemos permitir como sociedad que en la política gane quien sea más popular y no quien sea más capaz de gobernar”.

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