Martes y viernes 13: Ni hoy ni nunca es buena idea invertir en estos negocios

Martes y viernes 13. Dos días que para muchas personas supersticiosas son sinónimo de mala suerte y malos augurios. Pero, ¿de dónde surge esa creencia?

De acuerdo con la tradición cristiana, 13 es un número que atrae las desgracias debido a que en la última cena de Jesucristo fueron 13 los apóstoles que lo acompañaban. Además, en el libro del Apocalipsis, es en el capítulo número 13 cuando llega el anticristo.

Por otra parte, en la mitología nórdica el número 13 es de mal augurio debido a que en la cena del Valhala, Loki, dios de las artimañas y de las bromas pesadas, ocupó ese lugar sin ser invitado a la mesa. Después de esa cena, el dios de la luz, Baldur fue asesinado.

Ahora, ¿qué pasa con el martes y viernes? Estos días quedaron catalogado como uno de los peores gracias a la mitología griega, debido al nacimiento de Tifón, dios de los huracanes y de naturaleza violenta.

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Martes y viernes 13: no le inviertas a estos negocios

Estas culturas le enseñaron a las personas que habitan el mundo contemporáneo a temerle al martes y viernes 13, ya que la mala suerte es sinónimo de pérdidas, incluso monetarias. Esa es la razón por la que especialmente hoy (ni nunca) debes invertir en este tipo de negocios.

1. Empresas que no se interesan por el medio ambiente

Actualmente en el país está en vigor la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA). Este conjunto de normas indican las condiciones en las que las compañías deben actuar para cuidar el medio ambiente.

Entre los artículos más importantes de la ley se encuentra el número 15 en el que se recalca las obligaciones que las organizaciones tienen que cumplir para cuidar al planeta, entre las que destacan:

1. Prevenir, minimizar o reparar los daños que cause al ecosistema, , así como a asumir los costos que dicha afectación implique.
2. Los recursos naturales no renovables deben utilizarse de modo que se evite el peligro de su agotamiento.
3. Garantizar el derecho de las comunidades, incluyendo a los pueblos indígenas, a la protección, preservación, uso y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales.

Si cualquier compañía comete alguna falta, tendrá el riesgo de ser clausurada totalmente, además, quienes sean los socios mayoritarios deberán pagar una multa que va desde los 20 mil a 50 mil días de salario mínimo.

2. Compañías que no son inclusivas

Con el paso del tiempo los clientes de las empresas se han vuelto cada vez más selectivos a la hora de elegir un producto o servicio. Ahora el público analiza las organizaciones antes de convertirse en su cliente. ¿Daña al medio ambiente?¿Tiene un pasado dudoso?¿Es inclusivo con sus colaboradores?

Esa es una de las razones por las que invertir en una compañía que tenga una política de inclusión es una buena idea. Además, en México existe una norma que castiga a las organizaciones que no tratan a todos sus colaboradores como iguales.

Se trata de la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad cuyo objetivo es brindarle seguridad a los colaboradores con discapacidades. El artículo 11 de el conjunto de normas explica las obligaciones que deben tener sus empleadores para ser realmente incluyentes:

1. Prohibir cualquier tipo de discriminación por motivo de discapacidad en la selección, contratación, remuneración, tipo de empleo, reinserción, continuidad, capacitación, liquidación laboral y promoción profesional. Asegurar que las condiciones de trabajo accesibles, seguras y saludables.
2. Fomentar la capacitación y sensibilización al personal que trabaje con personas con discapacidad en el sector público o privado.
3. Promover medidas a efecto de que las obligaciones laborables no interrumpan el proceso de rehabilitación de las personas con discapacidad.

Las sanciones por incumplir esta ley es una multa de es de hasta 200 días o hasta 300 días de trabajo a favor de la comunidad. Aunado a eso, los clientes podrían alejarse de la marca a la que se le acusó de incurrir en esas prácticas.

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3. Organizaciones que se resisten a apostar por la tecnología

Las empresas que no apuestan por la digitalización están condenadas al fracaso. Durante la pandemia por COVID-19 las personas y los negocios aceleraron su transformación digital, los meses de encierro le enseñaron a los clientes que no hace falta salir de casa para consumir algunas cosas.

Esa fue la razón por la que las empresas de mensajería y de comercio electrónico crecieron hasta un 21 por ciento, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Hoy en día, a pesar de que las personas pueden salir con más libertad, los negocios que ocupan las redes sociales o diversas plataformas para llevar sus productos al cliente siguen manteniendo sus ingresos, un ejemplo de ellos son las Dark Kitchens.

Incluso, un estudio de la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAEH), describió que después de la pandemia, las familiar comenzarán a reformular sus hábitos de compra, los cuales cambiaron a partir del 2020.

“En muchas familias, las compras realizadas por comercio electrónico en línea de comestibles, ropa y entretenimiento reemplazarán las visitas a tiendas y centros comerciales de forma permanente”, se menciona en el informe.

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