Caleidoscopio del cambio en las organizaciones y los prismáticos de la reinvención
La velocidad es prioritaria. Es la única manera de estar preparado para un mundo de cambios rápidos. Incide en mayor resiliencia operativa, mayor rendimiento financiero, crecimiento e innovación.
Lo que en este momento existe se modificará, desaparecerá o será cimiente de algo impensado y nuevo. El cambio es el signo de este tiempo y esta tendencia prevalecerá en los próximos años.
Entretanto, el líder empresarial realiza malabares para mantener en pie a sus organizaciones y adaptarse a nuevos entornos de negocio, demandas de consumo impensadas y ambientes no previstos.
Los cambios son de amplio alcance, omnipresentes en todas las funciones y organizaciones, y de hecho ocurren todos a la vez. A la par, aún no se logra establecer el equilibrio entre el trabajo presencial y la tele colaboración.
Violencia en el teletrabajo, qué es, cómo se manifiesta y todo lo que debes saber
Los esquemas híbridos sacuden a la organización mientras se extienden promesas y amenazas de la IA generativa, lidiar con el “abandono silencioso” y el deseo de sumarse a otros esquemas de realización como el intraemprendimiento a la par de generar nuevas capacidades competitivas en la empresa mientras cambios radicales en el entorno empresarial nos acechan.
Bajo ese entorno no es sorprendente que los CEO y directivos empresariales se encuentren desconcertados y encuentren a sus organizaciones complejas e ineficientes.
Todo parece caótico: interrupciones en la cadena de suministro, aumento de la inflación o picos en las tasas de interés y los precios de la energía y comestibles… las empresas deben estar preparadas para actuar en todo momento. No se trata solo de salvarse de una crisis, sino de generar una mentalidad de adaptación.
Esto mientras lidiamos con otras tendencias que exacerbó la pandemia, como la digitalización y apertura a la omnicanalidad. La tecnología se intensifica y a la par aparecen focos rojos tras la renuncia silenciosa global.
¿Podremos ahora reinventar la motivación y alinear los propósitos individuales a los de la compañía mientras peleamos con las enfermedades mentales que parecen abrazarnos a todos de una u otra manera?
Si. Nos movemos a través de ruedas vertiginosas y el CEO no sabe controlar el cambio continuo. Entonces deberá echar mano de recursos como la ventaja competitiva de la velocidad, tecnologías que aumentan las capacidades humanas, centrarse en el talento “olvidado” y ejercer un nuevo estilo de liderazgo más consciente de sí mismo y en sintonía con los tiempos.
Trabajo híbrido vs. directivos exigentes, ¿cómo implementar esta forma de trabajo?
Priorizar la agilidad
La velocidad es prioritaria. Es la única manera de estar preparado para un mundo de cambios rápidos. Incide en mayor resiliencia operativa, mayor rendimiento financiero, crecimiento e innovación.
Lograr velocidad significa devolver el poder a las personas, permitirles tomar decisiones y eliminar los niveles de jerarquía entre la alta dirección y las líneas del frente.
Puede implicar crear equipos más pequeños y multifuncionales, clarificar quién toma qué decisiones y cómo, ofrecer una narrativa de cambio bien adaptada y eliminar acciones y protocolos innecesarios para que las personas se ocupen de lo que realmente importa.
Los líderes empresariales deberán crear una nueva arquitectura organizacional.
Por supuesto, la adopción tecnológica implica construir una cultura de aprendizaje perpetuo. Las organizaciones deben ser lo suficientemente flexibles para rediseñar los roles y ajustar la fuerza laboral a medida que avanzan las tecnologías. El talento es fundamental para las organizaciones.
Los líderes deben pasar de ser gerentes que buscan mejoras incrementales para convertirse en visionarios para elaborar un propósito e imaginar y perseguir el futuro. La autenticidad personal es ahora un “deber”.
Liderazgo directivo, ¿sabes cómo lograrlo? Aquí te decimos
La expectativa de hoy es que los líderes se presenten en el trabajo no solo como profesionales sino también como humanos. Las jerarquías aisladas del pasado desaparecen.
El pensamiento estratégico profundo, la exploración y la conexión social son las nuevas consignas de gestión de nuestra era donde el trabajo por equipos resulta la base de transformaciones enriquecedoras.
La velocidad, tecnología, talento y liderazgo son herramientas para enfrentar vaivenes de cambios que aún no aparecen. Se trata de herramientas versátiles y atemporales para dar cuenta de un futuro no imaginado.