Los líderes del barco que eligen dejar la innovación en un segundo plano están, en esencia, sentenciando a sus empresas a un lento declive.
“La innovación es un proceso de experimentación, y no necesariamente de inventar algo nuevo”
Clayton M. Christensen, pionero de la innovación disruptiva
En el vasto océano de los negocios, muchos capitanes de industria, acostumbrados a mares en calma, cometen un error fatal: ven la tormenta económica que se avecina y deciden guardar las velas.
Confían en que la robustez del casco de su barco (sus procesos, servicios y productos actuales) será suficiente para capear el temporal. Pero la historia, esa sabia sirena, nos susurra que la inmovilidad en aguas turbulentas no es sinónimo de seguridad, sino de naufragio.
Dejan de explorar nuevas corrientes, de escuchar el susurro de la tripulación y de perfeccionar la brújula. En este acto de omisión, ahogan el espíritu innovador de su gente, transformando a exploradores en simples remeros.
La innovación no es un lujo que se recorta en tiempos de crisis, sino la tabla de salvación que permite a las organizaciones no solo sobrevivir, sino prosperar.
La fuerte y decadente influencia de las políticas arancelarias de Trump combinado con una desaceleración de la economía mexicana, ha enviado señales poco alentadoras para un sector que exige que las empresas pongan especial atención en las ventas, los clientes y particularmente los gastos.
Con una inflación que, según el Banco de México (Banxico), se ha estabilizado en un rango manejable, pero con un crecimiento del PIB que se ha moderado, el panorama es de cautela.
La tasa de referencia se mantiene en un nivel que busca contener presiones inflacionarias sin ahogar el crédito, creando un entorno donde la liquidez es un recurso preciado.
En este escenario, la innovación se convierte en un imperativo estratégico. No se trata solo de crear un nuevo producto; es una transformación holística que abarca la eficiencia operativa, la propuesta de valor y la conexión con el cliente.
Las empresas que innovan logran una mayor resiliencia financiera, reduciendo costos innecesarios y optimizando recursos.
La adopción de tecnologías como la Inteligencia Artificial y el análisis de datos permite predecir cambios en el mercado y ajustar estrategias con agilidad, algo fundamental cuando los márgenes se estrechan.
Las estrategias para mantener la resiliencia en tiempos de incertidumbre pueden variar dependiendo del entorno económico en el que está inmersa la organziación pero navegar en el actual mar económico y ambiente de desarrollo exige un plan bien trazado.
Cómo impulsar la innovación dentro de empresas tradicionales
Cómo fomentar una cultura de innovación
Las empresas deben implementar estrategias que fomenten una cultura de innovación realista, constante y accionable en al menos cuatro componentes:
1. Fomentar la curiosidad y la acción
La innovación nace de la curiosidad. Los líderes deben incentivar a sus equipos a cuestionar el statu quo y propiciar salgan de la zona de confort. Se trata de crear un ambiente donde el error no sea castigado, sino visto como una oportunidad de aprendizaje.
Las empresas deben establecer canales formales (comités de innovación) o los informales para la presentación de ideas, desde “brainstorming” estructurados hasta buzones de sugerencias digitales.
La clave es que estas ideas no queden en el olvido, sino que se les dé seguimiento y, de ser viables, se les asigne un presupuesto y un equipo para su desarrollo. El empoderamiento es vital y para tal caso lo mejor es formalizar el proceso.
2. Inversión inteligente en tecnología
Aunque el ambiente económico es incierto, la inversión en tecnología no debe detenerse. Sin embargo, debe ser estratégica.
Las empresas deben enfocarse en tecnologías que ofrezcan un retorno de inversión claro a corto y mediano plazo.
Por ejemplo, la adopción de software de gestión de relaciones con el cliente (CRM) o de sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP) puede mejorar la eficiencia operativa y reducir costos.
La automatización de procesos repetitivos no solo ahorra tiempo y dinero, sino que libera al personal para que se enfoque en tareas más creativas y estratégicas, mas aun con las herramientas de Inteligencia Artificial cada vez mas sofisticadas e integradas a los procesos productivos.
Es importante que la inversión tecnológica vaya de la mano con la capacitación del personal para maximizar su potencial.
3. El cliente, la brújula definitiva
En tiempos de crisis, el cliente se vuelve el ancla más segura. La innovación debe estar centrada en sus necesidades cambiantes.
Las empresas deben utilizar herramientas de análisis de datos para entender mejor el comportamiento de sus consumidores y anticipar sus demandas.
Por ejemplo, una empresa de retail podría usar el análisis de datos para optimizar su inventario y evitar el exceso de existencias, liberando capital de trabajo.
La creación de nuevos modelos de negocio, como la venta por suscripción o la personalización masiva, puede generar flujos de ingresos estables en un mercado volátil.
La escucha activa del mercado es la mejor forma de asegurar que las innovaciones son relevantes y valiosas.
4. La colaboración como motor de la creatividad
Nadie puede innovar solo. Las empresas deben fomentar la colaboración interna y externa.
La sinergia entre las áreas, como capital humano, operaciones, marketing y desarrollo de productos, puede acortar los ciclos de innovación. Además, la colaboración con otras empresas, startups o instituciones académicas puede abrir la puerta a nuevas tecnologías y conocimientos.
Las alianzas estratégicas juegan un rol reelevante, porque pueden mitigar riesgos y compartir costos, algo fundamental en un entorno complejo.
La innovación abierta es una forma de acceder a un universo de ideas más allá de los límites de la organización, permitiendo una mayor agilidad y adaptabilidad.
El futuro es de los audaces y la innovación el estandarte para impulsar los cambios de rumbo, dentro de un contexto de grandes retos económicos y no, no es un ideal romántico, sino una necesidad vital.
Es la herramienta que permite a las organizaciones no solo sobrevivir la tormenta, sino emerger de ella más fuertes.
Los indicadores financieros dictan un segundo semestre complejo, señalando un camino de precaución, pero no de parálisis.
Los líderes del barco que eligen dejar la innovación en un segundo plano están, en esencia, sentenciando a sus empresas a un lento declive.
El verdadero capitán no guarda las velas, sino que las ajusta, buscando el mejor viento para avanzar.
La innovación es esa brújula que, incluso en la oscuridad de la incertidumbre económica, nos señala el camino hacia un futuro de crecimiento y prosperidad. Y aquellos que la abrazan, serán los que cuenten la historia de su éxito.
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Te recomendamosGilberto Novelo Pardueles
Director General iO Consultoria Conferencista, catedrático, investigador, escritor y consultor en innovación, estrategia organizacional y mejores prácticas empresariales. Doctor en Planeación Estratégica y Dirección de Tecnología, Maestro en Administración de empresas (MBA) e Ingeniero industrial. Facilitador de metodologías como Lego Serious Play, Design Thinker, SCRUM Master y Agile management.y recibe contenido exclusivo


