¿Regalar basura este 14 de febrero? Mejor apuesta por joyas sustentables
Uno de los regalos más populares durante San Valentín son las joyas, sin embargo, antes de comprar alguna piensa dos veces en la huella ecológica que tiene detrás.
Ana recibió un anillo precioso el 14 de febrero, la mejor de las joyas. Su mano parecía incluso más bronceada de lo habitual debido a que mostraba todo el tiempo sus 18 kilates. Hecha con oro satinado y adornada con una esmeralda, la pieza lucía espectacular.
Sin embargo, Ana (como muchas otras personas que poseen joyas hechas con manufactura tradicional) poco sabe de la huella de arsénico y mercurio que sus piezas dejan en el suelo de donde el oro es extraído. Y aunque eso no es su culpa, la información es difusa.
¡Salva los recursos naturales! Haz de tu empresa un proyecto verde
La contaminación es una de las tantas consecuencias que padece el mundo y casi cualquier industria es generadora de ese fenómeno.
Este aspecto que se ha naturalizado no es normal, al menos para Veronika Salomon, cofundadora de Martalia, una empresa dedicada a crear joyas hechas con residuos de computadoras y tetra pak.
Lamenta que los seres humanos vivan en la época del desecho y que en su mercado aún no tomen en cuenta los productos amables con el medio ambiente cuya realización no provoque un daño mayor al ecosistema.
“Redefinir lo que es lujo es muy complicado. Actualmente nosotros trabajamos para demostrarle al público que utilizar un collar hecho con teclas de una computadora o de tetra pak es igual o más valioso que alguna joya hecha con diamantes”, comenta.
Sonora es uno de los mayores estados productores de oro en México y se ha encontrado que el proceso para obtener oro en distintas minas es una fuente importante de contaminación por arsénico, compuesto altamente tóxico.
Ese no es solamente un problema en México, también lo es en toda Latinoamérica, región en donde han surgido distintos proyectos para que las personas puedan continuar portando objetos preciosos. Pero a un costo ecológico mucho menor.
Productos y joyas sustentables, una inversión rentable
Con el inicio del nuevo milenio dos proyectos de distintas mujeres dieron la bienvenida al mundo. Por ejemplo, en 2008 Verónika y su madre, Marta Lía fundaron Martalia en Ecuador y en México en 2003 surgió por primera vez PAAR. De la mano de Paulina Villalpando una adolescente que a los 17 años se encargó de fundar su empresa.
“Crecí en Querétaro en la década de los 90. En ese momento, mucha gente de la Ciudad de México se había mudado ahí para escapar de la contingencia, y creo que había mucha conciencia ambiental. Es una ciudad donde no hay mucha agua y en donde en ese entonces podías pasar tiempo afuera de forma segura. Estar en contacto con la naturaleza te hace valorarla”, dice la empresaria.
Esa fue la principal razón por la que desde el nacimiento de su proyecto decidió que tendría un giro ambiental. Al igual que Martalia, el corazón de PAAR late gracias al uso de materiales reutilizados.
El amor que Paulina y Verónika han puesto es recompensado actualmente, sin embargo, en un futuro algunos análisis sostienen que sus ganancias podrían ser mucho más jugosas. Eso debido a las preferencias de las próximas generaciones de compradores.
Un estudio de First Insight apuntó a que el 62 por ciento de los integrantes de la generación Z prefieren comprar de marcas sostenibles al igual que los Millennials. Un porcentaje considerablemente mayor que el de las personas nacidas en los 80 o la generación silenciosa.
Todo apunta a que la sustentabilidad “será el nuevo negro”. Incluso se espera que las empresas actuales y del futuro no se comprometan con la naturaleza por el simple hecho de vender su mercancía. Sino que también se espera que los inversionistas y el gobierno pongan su “granito de arena”.
Esa es la razón por la que cumplir con los criterios ESG es uno de los objetivos principales de las empresas en el mundo. Gracias a ellos, las organizaciones se comprometen a generar productos sustentables y disminuir su huella de carbono y logran generar mayores inversiones.
En 2020 un estudio del CFA Institute encontró que el 85 % de los inversionistas consideran que esos factores son importantes a la hora de decidir dónde invertir. Teniendo a los clientes y a el interés del mercado de su lado, PAAR y Martalia tienen el terreno listo para lograr lo que se propongan.
Teclas en un collar y trazabilidad, muestras del futuro de la joyas
Verónika sostiene un collar cuyas piezas principales son tres letras, pero no algunas hechas con oro plata o bronce, en esta ocasión, ella luce orgullosa tres piezas de un teclado de computadora. Ella sonríe orgullosa y celebra la creación de Martalia.
“Nosotros hicimos esto con los desechos de una computadora antigua. Inclusive, podemos hacer joyas hechas con tetra pak que muchos no saben de lo que son. La sustentabilidad nos permite apostarle a lo que queramos mientras cuidamos al planeta, eso es lo divertido”, explica la también gemóloga.
Por su parte, los artesanos que trabajan en Martalia logran convertir no sólo el cartón o los chips en accesorios, también utilizan los cristales marinos y se comprometieron a cuidar 14 hectáreas de la selva amazónica para compensar su impacto ambiental.
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Por su parte, Paulina se muestra orgullosa de los ideales con los que PAAR nació: ser una empresa sustentable que reutilice los materiales como el oro o las gemas. Además, ella intenta llevar a su producto un valor que es difícil de conseguir: la trazabilidad.
“Un reto con este modelo es poder escalar, es decir, que absolutamente todas las piezas se hagan con metales y gemas provenientes de fuentes confiables, sustentables y socialmente responsables. Por ejemplo, en México es difícil encontrar gemas con trazabilidad absoluta (es decir, que sepamos de dónde vienen, en qué condiciones se minaron, etc.)” agrega.
Sin duda alguna, ambas mujeres han tenido que trabajar arduamente para que no sólo las joyas que venden sean sustentables, sino también su proceso. Quizá esto suene a un dolor de cabeza para muchos empresarios, sin embargo ellas deciden luchar diariamente desde la trinchera que les corresponde para poder sostener al planeta tierra.
El precio de un anillo Cartier oscila los 40 mil pesos, mientras que un anillo PAAR cuesta cerca de 2 mil pesos. La diferencia de precios es bastante, pero ¿te has preguntado la razón por la que pagas 38 mil pesos más por una joya? Quizá sea momento de reevaluar el concepto de “lujo” y sumarlo al de sustentabilidad.
El futuro de PAAR y Martalia
Tanto Paulina como Verónika sostienen que una de las mayores crisis que atravesaron con sus empresas fue durante la pandemia. “Todos se preocupaban por tener algo que comer, nadie quería saber algo sobre joyas”, admite Salomon.
Sin embargo, en Martalia se siguió vendiendo. No al ritmo pre-pandemia, pero lograron sostener su empresa. Al parecer, las muestras de amor y cariño no faltaron durante la pandemia porque las ventas seguían. Gracias a eso hoy en día cuentan con cerca de 13 colaboradores cuando su negocio inició con 2 personas (Verónika y su madre).
El trato con los clientes y la venta en línea por su parte, fueron las dos ámbitos que más se le dificultaron a Paulina, aunque después de algún tiempo entendió el nuevo comportamiento de los clientes y continuó con su vida en Londres.
Al parecer a las tres mujeres las ha marcado el constante cambio y la innovación ya que con la misma “loca idea” con la que iniciaron sus negocios, planean expandirse.
La firma ecuatoriana próximamente se unirá activamente a la lucha de la comunidad LGBTIQ+ lanzando su línea de joyería para su público genderqueer. ¿Quién iba a pensarlo? Hace más de 20 años unir el sueño de la sustentabilidad con la lucha de la comunidad no heteronormativa hubiese sido un sueño.
Por su parte, Paulina Villalpando espera que PAAR sea para el 2025 una empresa 100 por ciento sustentable sin importar el tiempo que le tome lograrlo o los sacrificios que necesite hacer.
“Toma tiempo construir una marca responsable y sustentable, y una marca en general. Ser fiel a tus valores es clave también. En PAAR producimos todo de manera artesanal, apoyando a que la tradición orfebre en México. Para mí es importante contribuir al desarrollo del país”.