Día del medio ambiente, así es como la IA afecta a la naturaleza

Con la llegada de ChatGPT se democratizó el uso de la Inteligencia Artificial (IA). Ahora millones de estudiantes y profesionales lo utilizan de forma diaria para encontrar información o desarrollar ideas fácilmente, sin embargo, existen estudios que demuestran que su uso comienza a afectar al planeta.

Quedó demostrado que, a medida que estos modelos digitales impulsados por los datos crecen, también lo hace su el consumo de energía. El entrenamiento del modelo abierto de lenguaje multilingüe BLOOM produjo casi 24,7 toneladas de emisiones de carbono. 

Este dato comprueba que la IA es una herramienta valiosa, pero también podría convertirse en un estorbo en la lucha por mitigar la emergencia climática mundial.

En un artículo, Sanjay Podder, responsable global de innovación en sostenibilidad de Accenture, Senthil Ramani director general y responsable de datos en Accenture y Shalabh Kumar Singh, director de investigación de liderazgo de pensamiento en Accenture; abordaron diversas formas en las que las empresas pueden usar la tecnología de forma más sustentable:

• Seleccionar arquitecturas de modelos de ML eficientes, como los modelos dispersos frente a los densos
• Utilizar procesadores optimizados para el entrenamiento de ML, como las unidades de procesamiento tensorial (TPU) en lugar de procesadores de uso general
• Usar  recursos de computación en la nube para mejorar la eficiencia de los centros de datos
• Elegir ubicaciones de servicios en la nube que utilicen energía limpia

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Los riesgos detrás del uso desmesurado de la IA

Los empresarios ya están comenzando a visibilizar los problemas que trae consigo la IA. No obstante, la sociedad en general también los debe de comenzar a identificar.

1. La IA incrementa el consumo energético

Sam Altman, CEO de OpenAI, admitió en 2024 que la IA consumirá mucha más energía de la que se esperaba.

A nivel industrial, la Agencia Internacional de la Energía calculó que el consumo energético de los centros de datos que alimentan la IA se duplicará en dos años. Significa que consumirá tanta energía como Japón.

Estos centros también utilizan grandes cantidades de agua en sus operaciones y a menudo están situados en zonas que ya sufren escasez del vital líquido.

De acuerdo con Greenpeace, estas estadísticas son sólo estimaciones porque las empresas de IA siguen ocultando la mayoría de los datos. Unos informes transparentes permitirían a los investigadores saber si el uso de estos sistemas supone un ahorro potencial.

2. La IA ayudará a difundir la desinformación climática

Este escenario le permitirá a quienes niegan el incremento de las temperaturas desarrollar contenidos falsos persuasivos de forma más fácil, barata y rápida. Las fotografías, videos y textos inundarán las redes sociales, la publicidad dirigida y los motores de búsqueda.

El Foro Económico Mundial identificó en 2024 la desinformación generada por la IA como la mayor amenaza mundial. El organismo afirmó que los modelos de Inteligencia Artificial a gran escala ya han permitido una explosión de información falsificada.

El mundo ya está viendo cómo se utiliza la IA para campañas de desinformación política. Por ejemplo, en septiembre de 2023, las elecciones en Eslovaquia se vieron empañadas por contenidos generados por IA.

3. Generación de gases de efecto invernadero

La revista Natura publicó una investigación en donde se demostró que la IA también incrementa la generación de gases de efecto invernadero en la tierra.

“En términos de emisiones globales totales de gases de efecto invernadero, calculamos que la IA hoy es responsable de alrededor del 0.01 por ciento”.

Además, la base de evaluaciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE) mostró que los centros de datos y las redes de transmisión juntos representan alrededor del 0.6 por ciento de la generación de CO2.

Este porcentaje es pequeño, pero a medida que los esfuerzos por crear nuevos modelos IA aceleran, la cifra tiene una gran posibilidad de aumentar.

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4. Aumento de residuos electrónicos

Los desechos electrónicos producidos por la tecnología de inteligencia artificial plantean un grave desafío ambiental. Estos contienen sustancias químicas peligrosas, como plomo, mercurio y cadmio, que pueden contaminar el suelo y el suministro de agua. 

Para 2050, el Foro Económico Mundial (FEM) proyecta que la cantidad total de la basura generada por la fabricación de herramientas digitales habrá superado los 120 millones de toneladas métricas.

Para evitar daños ambientales y minimizar la liberación de sustancias peligrosas, la gestión y el reciclaje adecuados de los desechos electrónicos son esenciales.

Reciclar y procesar de forma adecuada los desechos electrónicos relacionados con la IA puede reducir significativamente sus efectos ambientales negativos. Sin embargo, se requieren leyes y prácticas de eliminación éticas más estrictas.

5. Los animales tienen nuevos enemigos

Las aplicaciones IA, como los automóviles sin conductor y los drones, representan una amenaza para los animales. La automatización impulsada por la IA puede dar lugar a un mayor consumo, así como a un aumento del desperdicio en ciertos sectores.

Por ejemplo, la industria del comercio electrónico, que ha normalizado la entrega rápida y frecuente de bienes de acuerdo con Earth.org Movement.

Además, el creciente uso de la IA en la agricultura podría dar lugar a un uso excesivo de pesticidas y fertilizantes. Esto contaminaría el suelo y el agua y dañaría la biodiversidad. 

“El uso de la IA para la gestión ambiental también plantea cuestiones éticas. Las decisiones tomadas por los sistemas de IA podrían estar sesgadas si se les presentaran datos inexactos o incompletos”.

6. Las empresas que generan IA no son vigiladas

Se necesita una estrategia integral para reducir el impacto de la IA en el medio ambiente. 

En primer lugar, el consumo de energía se puede reducir financiando el estudio y la creación de hardware y algoritmos energéticamente eficientes. Al optimizar su hardware, los sistemas de IA pueden lograr una eficiencia similar con menos electricidad.

También es esencial promover estándares éticos de diseño de IA, que incluyan evitar la recopilación de datos inútiles y garantizar que se tengan en cuenta las consideraciones sobre el final de su vida útil.

“Para garantizar la creación, el uso y la eliminación éticos de las tecnologías de IA, los gobiernos y las agencias reguladoras deben adoptar estándares y restricciones precisas”.

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