Transformación digital, una aliada para el compliance
La integración paulatina del concepto de compliance en las empresas ha permitido mejorar sus diferentes procesos, los cuales hoy pueden dar un paso aún más adelante con ayuda de la transformación digital.
La responsabilidad empresarial se ha convertido en la piedra angular del éxito en los negocios en un mundo cada vez más interconectado y global, donde la información fluye de manera dinámica y muchas veces incontrolable.
Las obligaciones sociales, éticas, económicas, ambientales y legales que se deben cumplir −impuestas por marcos regulatorios cada vez más estrictos y complejos− ofrecen nuevos retos para el desarrollo de las actividades organizacionales.
En vista de este desafiante panorama, las compañías se han visto inclinadas a fortalecer sus procedimientos a través de metodologías e implementación de áreas de compliance.
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¿Qué es el compliance?
De acuerdo con Deloitte, el compliance consiste en establecer planeaciones y proyecciones adecuadas y necesarias para asegurar que las actividades de trabajo ocurran bajo la normativa legal vigente, respeten las políticas internas y cumplan con las expectativas de socios, empleados y consumidores, para así conseguir una cultura de eficacia y compromiso.[1]
En suma: mejorar y fortalecer los estándares de observancia de las normas de obligado cumplimiento y de las mejores prácticas éticas y empresariales
Es evidente que las demandas de adecuación y transformación que el compliance representa pueden llegar a ser costosas, tardadas y complicadas, ya que se espera que mientras ocurre esta migración las acciones se mantengan en funcionamiento y que el ritmo de trabajo no disminuya.
Uno de los aliados más importantes para llevar a cabo estas tareas es sin duda alguna la digitalización.
Las bondades que la tecnología puede brindar en esta situación van desde la automatización de los procesos y la simplificación de la gestión de documentos electrónicos para el acceso a la información.
Hasta el resguardo cibernético, hasta la seguridad de datos y la mejora en la privacidad, entre otros.
Programas como la Inteligencia Artificial tienen el potencial de mantenerse al día sobre los cambios regulatorios, las estadísticas de reputación de una empresa, el número de menciones en diferentes foros virtuales y reales, entre algunas otras características.
Por otro lado, posibilita el monitoreo en tiempo real de actividades comerciales, facilitando la capacitación y concientización de los empleados sobre políticas de cumplimiento, mediante plataformas de e-learning y comunicaciones digitales.
El talento humano, de la mano de softwares especializados y precisos, puede reducir el índice de errores que llevan a las empresas a multas, sanciones legales, crisis reputacionales y pérdidas económicas.
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Un elemento crucial
El compliance es hoy un elemento crucial en la gestión y expansión empresarial moderna.
Por ello, las organizaciones que aprovechen la tecnología para fortalecer su cumplimiento normativo serán las mejor preparadas para enfrentar los desafíos del mercado y mantener su integridad.
Además, es probable que nos acerquemos rápidamente a un futuro donde el compliance deje de ser un punto extra y se convierta en una obligación, y las empresas que ya se hayan transformado se convertirán en referencias de este sector.
En nuestro país son cada vez más las firmas que se aventuran a concretar su integración, con el objetivo de apoyarse frente a las diferentes complejidades regulatorias existentes, convirtiéndose en un pilar fundamental para la supervivencia y el éxito de las organizaciones.
Pero su avance no se ha dado en solitario, pues a la par de su paulatino establecimiento, la digitalización de las compañías también ha aportado en los diversos procesos de cumplimiento normativo.
De esta manera, en conjunto con el avance tecnológico, el compliance está permitiendo a las compañías identificar y clasificar los riesgos operativos y legales a los que se enfrentan, además de establecer mecanismos internos de prevención, gestión, control y reacción frente a los mismos.
A ello se suma su amplia capacidad para reducir riesgos legales y financieros, además de la protección que trae consigo en temas de reputación ya que permite mantener la confianza del público y de los clientes.[2]
SOBRE LA AUTORA
María Ramírez es Head of Compliance en Telefónica Movistar México
REFERENCIAS
[1] [1] (Deloitte, s.f.) Los retos de la función de Compliance
[2] (World Compliance Association, 2023) ¿Qué es el Corporative Compliance?