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Suponer no es saber

Burcu Kadipinar 05 Jun 2023
Suponer no es saber Es importante ser empáticos con las emociones de los demás. (Vectorjuice / Freepik)

Frases como: “No pasa nada” o “Distráete un rato” crean en la mente adolorida de las personas que buscan alivio tan solo una esperanza falsa. Por esto quisiera invitar a todos los lectores a actuar ante el sufrimiento de los demás con empatía inteligente.


Cuando sentimos dolor físico, aunque sea leve, la mayoría de las veces actuamos de inmediato para ponerle fin. La razón es que no estamos preparados para vivir con el dolor físico y por eso buscamos una solución rápida para reducirlo o aliviarlo, y de la misma forma ocurre con el dolor emocional.

Pero ni reducirlo, ni sólo aliviarlo, nos da una solución verdadera, ya que el dolor se queda inmutable en su esencia.

El dolor que uno siente ciertamente tiene que ser atendido buscando las probables razones de este malestar, preferiblemente bajo la observación de un especialista.

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Es decir, sin automedicarnos y mucho menos tomando algo por recomendación de alguien que no tiene conocimientos en el área de salud, por más buenas intenciones que tenga.

Hay que tomar en cuenta que el dolor es la manifestación de una carencia física o emocional y no podemos actuar suponiendo o asumiendo porque suponer no es saber.  En otras palabras, el conocimiento no surge de suponer o sentir, sino de saber.

Por lo antedicho, al conocimiento verdadera no podemos menospreciar confiando más en las experiencias de alguien que carece del conocimiento necesario para dar una solución efectiva. Es decir, no podemos llamar a alguien experto sólo por tener experiencias de vida, ni confiar plenamente en él, sobre todo si nuestra salud física o mental están en peligro.

Explico esto porque diariamente estoy coincidiendo con dos grupos de personas:

  • Los que extienden su sufrimiento/dolor mental por no saber que hacer o por no querer hacer nada.
  • Los que no quieren sufrir y buscan alivio para su inestabilidad emocional (mas no una solución real).

Aunque pareciera que el primer grupo sufre más que el segundo, me permito resaltar que ambos están destinados a sufrir.

Las personas del primer grupo, los que extienden su sufrimiento, sufren por desconocimiento, por desorientación, por desesperanza o resignación. Piensan, y dicen a veces, que “no hay nada que hacer”porque realmente así lo creen.

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Los que no quieren sufrir y buscan alivio para su inestabilidad emocional en los consejos de los demás (como: “no pasa nada”, “distráete un rato”, “duérmete y va a pasar”, “el tiempo lo cura todo”, “ten paciencia”, “no te preocupes,” etc.) se convierten en las víctimas de una superstición/idea que se crea en su mente a raíz de estos consejos que reciben.

La razón es que este tipo de consejos/frases crean en la mente adolorida de las personas que buscan alivio tan solo una esperanza falsa, ya que lo que pudo funcionarle a una persona, no necesariamente funcionará para él/ella. Y esto, indudablemente, termina casi siempre en una desilusión frustrante.

Es por esto que quisiera invitar a todos los lectores a actuar ante el sufrimiento de los demás con empatía inteligente.

En mi último libro Me entiendo, te entiendo (2022, Capítulo 17) he dedicado un capítulo a este tema y me gustaría compartir con ustedes parte de el, aspirando con vehemencia que sepamos actuar con mayor sabiduría:

Mentir sin querer, aunque nuestras intenciones sean buenas, es uno de los errores más comunes entre los humanos. Cuando alguien siente dolor, decimos frases como “¡Todo estará bien!”, “¡El tiempo cura todo!”, “¡Te entiendo!”. Pero cuando alguien sufre profundamente, NO quiere que le digas esto. Por un lado, porque no le entiendes realmente, aunque hayas vivido una situación similar. Entiendes la situación, pero no entiendes la intensidad de su sufrir, el tamaño de su dolor emocional.

Por otro lado, todos sabemos que el tiempo no cura nada por sí mismo, en absoluto, sino el trabajo que hacemos durante este tiempo. Si no trabajamos en nuestra mente para limpiar los escombros del pasado y presente, perderemos cada vez más la capacidad de escuchar a nuestro corazón.

La frase más común de todas, “No te preocupes, todo estará bien” es la mentira más grande que podemos decir. Para que todo esté bien, tienes que estar bien y si tú no estás bien, aunque tengas las condiciones perfectas en el exterior, seguirás viviendo bajo los escombros de tu corazón. Algunas veces, estarás bajo su sombra; otras, sentirás su peso encima de ti; de vez en cuando, no podrás aguantar su dolor, al revivirlo con una experiencia similar (como verla en una película, sentirla con la melodía de una canción, o asociar un olor con la experiencia misma).

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Entonces, la próxima vez que veas a alguien sufriendo, piensa en cómo estas frases te harían sentir en realidad. Toma las mejores decisiones para ti y para esa persona. No mientas. Dale aquello que necesita para encontrar una salida de este sufrimiento: tu honestidad y tu presencia.

Estando voluntariamente con esa persona, acércate y dile,

                               “Aquí estoy y te escucho“.

¿No quiere hablar? Quédate con la persona. Regálale la magia del silencio, pero hazle sentir tu presencia.

¿No quiere ver a nadie? Déjale solo, pero quédate cerca.

¿No puede hablar por tanto dolor mental? Ofrécele tu mano o tómale en tus brazos, sin decir nada.

¿No puede dejar de llorar? Oxigena el ambiente, ofrécele una mirada amorosa y compasiva.

¿No puede parar de repetir lo mismo? Escúchale con paciencia. Ayúdale para que poco a poco, contando todo una y otra vez, su cerebro empiece a desensibilizarse.

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Necesitamos confiar en nuestra presencia consciente, para que nuestras palabras se puedan volver más sinceras. De hecho, cuando estamos conscientemente presentes, aunque estemos rodeados de sufrimiento, rápidamente podremos protegernos a nosotros mismos y a los demás con esta presencia sincera que siempre nos permitirá quedarnos en nuestro centro, al que me gustaría llamar nuestra casa verdadera.

Una vez que hayamos aprendido a ofrecer nuestra casa verdadera conscientemente a los que sufren, les vamos a poder brindar la gran oportunidad de crecer con y desde el sufrimiento, pero esta vez apagando los fuegos de su sufrir con nuestra sinceridad en lugar de atizarlos con mentiras. Esto se los debemos porque nadie merece sufrir de más, tú tampoco.


CONTACTO

Instagram: burcu_kadipinar

Instagram: happymindcenter

Correo: burcu@happymind.center

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Foto perfil de Burcu Kadipinar
Burcu Kadipinar Escritora, docente, terapeuta y conferencista Licenciada en Lengua y Literatura Alemana Contemporánea, Germanística, Antropología de las Culturas, y Ciencia de la Comunicación y tiene una maestría en Lengua y Literatura Alemana y especialidad en Neuropsicología. Además de dar entrenamiento mental a los directivos y empresarios, es docente, terapeuta, conferencista y tallerista en temas de neuropsicología, neurociencia y meditación en empresas y instituciones educativas a nivel internacional; asimismo creadora de la App digital de Meditación Happy Mind Center que contiene meditaciones diseñadas con base a neurociencia y psicología positiva la cual está siendo usada en escuelas y empresas para combatir y reducir el estrés laboral y académico. También es autora, coautora y editora de varios libros (en alemán y en otros idiomas). Su último libro Me entiendo, te entiendo (2022) ha sido publicado en español en Amazon.
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