El salario emocional se ha convertido en uno de los ingredientes básicos que debe ofrecer una organización, este valor permite incrementar la salud mental.
Cuando escuchamos la palabra “salario” pensamos automáticamente en el pago monetario que obtenemos por nuestro trabajo de 8 horas en una empresa; no obstante, recientemente ha surgido un término que escuchamos cada día más en el ámbito de los Recursos Humanos: el “salario emocional” y seguramente nos surge la duda sobre qué es y si cuentas con este en tu trabajo.
Este concepto se ha ido adoptando entre las empresas debido al impacto positivo que tiene en la productividad y fidelización del personal.
En una definición breve, el salario emocional son todos los beneficios no económicos que obtenemos al trabajar pero que de igual forma nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida: los seguros, vales de despensa, servicios médicos, dentales, ópticos, etc.
Salario emocional, ¿cuál es su importancia en la retención de talento?
Estos “extras” impactan positivamente en la percepción que tenemos de nuestro lugar de trabajo, ya que nos dan un sentimiento de pertenencia y funcionan como una herramienta de motivación.
El salario emocional es particularmente importante para las nuevas generaciones de trabajadores millennials y centennials, que hoy en día constituyen el 46% de la población económicamente activa del país, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Para ellos un buen trabajo no se trata únicamente del que ofrece mejores salarios, sino de aquel que les permite lograr un balance entre su vida personal y profesional al obtener estímulos que mejoren la calidad de vida de manera integral.
De acuerdo con el estudio “Búsqueda de Empleo por Internet en México 2021“, el beneficio más buscado por los mexicanos es un buen ambiente laboral, pues el 72% busca esta característica en un nuevo empleo.
Además, el conjunto de incentivos adicionales a las prestaciones de ley son factores muy importantes para ellos, pues les dan un sentido de apoyo por parte del empleador.
El valor agregado del salario emocional se puede dar a través de un sinfín de alternativas que no necesariamente impliquen costos altos para las empresas.
¿Sabes cuánto aporta tu empresa al IMSS para protegerte?
Lo primero es detectar cuál es el mejor incentivo para tus empleados, pues éstos pueden variar de una empresa a otra.
Por ejemplo, para algunos pueden ser programas de capacitación y para otros horarios flexibles, tarjetas de incentivos o monederos electrónicos con acceso a asistencias médicas y soluciones de crédito, adelantos de nómina, beneficios exclusivos que les ayuden a hacer frente a los gastos imprevistos y que procuraren por su bienestar.
El salario emocional se vuelve un factor determinante para no buscar otro empleo; de acuerdo con encuesta de Up Sí Vale, 9 de cada 10 trabajadores declaró que las prestaciones extras que les dan sus empresas influyen para que permanezcan en ella.
Sin importar el tamaño o modelo de negocios, es esencial reconocer la labor de cada persona en el equipo de trabajo, ya que se vuelve un elemento clave para construir una cultura de alta confianza, que denote un genuino interés por el bienestar de los colaboradores.
Algo importante a resaltar es que el impacto positivo del salario emocional no solo beneficia a los trabajadores y su productividad; las organizaciones también tienen mucho que ganar pues logran atraer y retener a perfiles más competitivos, deducir impuestos de algunos beneficios (vales, combustible, equipo de cómputo) y cumplir con la ley pues otorgar este tipo de beneficio permite el cumplimiento de normativas como la NOM-035, que tiene por objetivo identificar y prevenir factores de riesgo psicosocial, así como promover un entorno organizacional favorable.
Una vez definido el tipo de salario emocional que necesitan nuestros colaboradores e implementado, será fundamental comunicarles de manera oportuna y clara en qué consisten dichos beneficios y cómo pueden utilizarlos; esto para que los integren a su vida diaria, los aprovechen y comprendan su valor.
Es común que las personas no sepan en qué consisten o incluso desconocen que los tienen.
Los beneficios tanto para la fuerza laboral como para la organización que implementa el salario emocional son evidentes, sobre todo en tiempos de incertidumbre económica y donde los trabajadores acumulan factores de estrés que pueden contribuir a su desgaste laboral.
Entender cómo se sienten las personas que trabajan en una empresa e identificar cuáles son las áreas que requieren mejoras puede ser un gran punto de partida para implementar un salario emocional que ayude a que los colaboradores se sientan mejor, y ello impacte tanto en el entorno laboral como en la productividad de la organización.
*Pablo Menchaca es director de Recursos Humanos de Up Sí Vale. Cuenta con experiencia en el desarrollo de soluciones innovadoras, económicamente rentables y ágiles, que generan un impacto positivo en el modelo de negocio y una sincronía entre todos los colaboradores.
LinkedIn: Pablo Menchaca
Sitio web: www.sivale.mx