Los QSR o restaurantes de comida rápida deben tomar medidas de higiene y desinfección importantes para facilitar alimentos seguros y prevenir infecciones en los comensales.
Por décadas, los Quick Service Restaurants (QSR, por sus siglas en inglés), o restaurantes de comida rápida, han significado para cientos de miles de personas en México y en el mundo una experiencia inolvidable.
Para miles de jóvenes y adultos, el sabor y olor distintivo de ciertas papas a la francesa o una hamburguesa con queso, por ejemplo, trae consigo cientos de memorias durante la niñez, los juegos o lo maravilloso que es disfrutar de la familia y los amigos.
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Para mí, el recuerdo que trae una visita a un restaurante QSR limpio, conveniente, cercano, personalizable y eficiente es uno de precisamente un establecimiento en el que la preparación cuidadosa de alimentos, los protocolos de higiene y la desinfección se asemejan a la operación de un reloj suizo, siempre están ahí, son puntuales y visibles, pero también me trae a la mente un lugar cuya gestión del agua, la energía y los recursos se lleva a un nivel superior de eficacia.
Los esfuerzos diarios de los profesionales que trabajamos en el sector QSR a menudo pasan desapercibidos por los comensales, pero ellos son clave para facilitar alimentos seguros e impulsar a pasos agigantados un consumo cada vez menor de insumos en la operación diaria de cada restaurante, incluida la limpieza, al mismo tiempo que nos marcamos como prioridad la protección de los asociados y los clientes (a quienes nos debemos).
Según Statista, existen en México más de 68 mil restaurantes de comida rápida. Ahí conviven los restaurantes que ya conocemos de comida internacional, pero también aquellos de comida mexicana (los benditos tacos).
Los mexicanos, por ejemplo, consumen anualmente más de 22 millones de toneladas métricas de tacos y su taquería más cercana se encuentra a tan solo 400 metros de distancia en promedio, eso es dedicación, un factor de éxito para todo tipo de restaurante QSR (su cercanía geográfica a los comensales) y para mí una muestra irrefutable de en México mantenemos cerca lo que nos gusta, demasiado cerca, y ello es bueno.
Dentro del sector QSR, lo que veo a todos los días es una carrera entre los restauranteros más destacados para encontrar la manera más eficiente de asegurar la inocuidad, seguridad y limpieza de todas sus instalaciones, incluidas todas las superficies, las parrillas y los utensilios con los que se preparan alimentos continuamente.
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Además, soy testigo de una inversión continua en tecnología de limpieza que apuntala la sostenibilidad y cuida del entorno. Por ejemplo, pensemos en aquellas soluciones de limpieza que no requieren de enjuague, y por ello facilitan ahorros financieros y reducen el consumo de cientos de miles de litros de agua por establecimiento.
Ser eficiente y apuntalar la productividad es clave y también protege al medio ambiente.
Los comensales, como la industria y los inversionistas, están buscando cada día más opciones sustentables alrededor de los alimentos que se preparan y consumen, ahí nuevamente veo entre los jugadores más importantes QSR de México, el Caribe y Centroamérica un compromiso estricto con metas de sostenibilidad transversales que buscan, por ejemplo, reducir el consumo de energía, hacer su consumo de agua eficiente, prevenir la emisión de gases de efecto invernadero y evitar el desperdicio de alimentos.
Un hecho es que el sector QSR ha impulsado, incluso antes de la pandemia por Covid-19, medidas de higiene y desinfección importantes para facilitar alimentos seguros para los comensales e invitados, prevenir infecciones transmitidas por alimentos o contacto indeseable con elementos nocivos y se ha fortalecido por la inversión en mecanismos de compra innovadores, como lo son plataformas de pedidos vía dispositivos móviles, Internet y Apps, además de que crean nuevas experiencias en el plano del autoservicio continuamente.
De acuerdo con un estudio reciente de “Custom Markets Insights”, se prevé que el valor del mercado global de los restaurantes QSR superará 400 mil millones de dólares para 2030, impulsado por una tasa de crecimiento anual (CAGR) de 5.8 por ciento a partir de 2022.
Algunos de los factores que contribuirán al crecimiento será la capacidad del sector para adaptarse a los hábitos de consumo cambiantes de los comensales, como la creciente cultura del café, además de la necesidad de encontrar alimentos seguros disponibles, cercanos, accesibles y fáciles de consumir.
Una mayor demanda por alimentos veganos o vegetarianos también está obligando a algunas marcas a innovar en sus menús para incorporar más opciones.
Ahora bien, aquellos jugadores QSR que veremos en el futuro, serán en realidad aquellos que verdaderamente cuentan con metas transparentes y medibles en cuanto al cuidado del agua, la energía y sustentabilidad de sus operaciones.
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Consideremos que para 2030 se espera que existan más de 8.3 mil millones de personas en el planeta Tierra y se necesitará 35% más de alimentos. Además, tenemos que pensar sobre los riesgos que el cambio climático puede producir en los sistemas de producción de alimentos globales y las cadenas de suministro regionales.
La cuestión es obvia, las acciones que toman los grandes restauranteros (responsables) para tener disponibles las hamburguesas, pizzas, pollo frito, o los tacos seguros que a todos nos fascinan requiere de un razonamiento profundo, acciones contundentes enormes, pero también pequeñas; inversión y desarrollo de tecnología y soluciones que reducen el consumo de agua y de energía, protege a los comensales y a los asociados, y de manera general y precisa cuida del planeta Tierra.
¡Por más papas a la francesa (y tacos) seguras, hoy y siempre!
Juan Carlos Leyva es líder de la división Quick Service Restaurants para América Latina Norte de Ecolab.
Sitio web: es-es.ecolab.com