Más acción, menos greenwashing

Teresa Gutierrez 05 Ene 2024

Comprender e integrar estas prácticas en la cultura empresarial es importante. (stockeraxel/Freepik)

La sustentabilidad y sostenibilidad son conceptos fundamentales en la creación de las estrategias ESG de las empresas, mismas que deben ser visibles, tangibles y estar respaldadas por un plan a largo plazo. Establecer alianzas y actuar con transparencia, ayudará a las organizaciones a ganar la confianza de los consumidores y contribuir al bienestar del planeta y la sociedad.

Con el objetivo de mejorar su imagen y atraer a consumidores conscientes del medio ambiente muchas empresas recurren a técnicas conocidas como greenwashing.

Se le conoce así a la práctica deshonesta con la que pretenden ser más sostenibles o sustentables de lo que realmente son; esta táctica afecta la confianza del usuario y perjudica los esfuerzos reales de las firmas que buscan generar un impacto positivo genuino.

Ahora bien, ya que la sostenibilidad y sustentabilidad se han vuelto omnipresentes en el mundo del consumo, es fundamental comprender los matices que existen entre ambos conceptos que a menudo se entrelazan, pero tienen diferencias cruciales.

Por un lado, la sostenibilidad busca la continuidad y regeneración de recursos y sistemas a largo plazo, para satisfacer las necesidades actuales sin arriesgar la capacidad de las futuras generaciones de hacer lo mismo.

Por otra parte, la sustentabilidad se enfoca en la conservación y el uso responsable de los recursos en el presente, sin un énfasis fuerte en las generaciones futuras.

Sustentabilidad y sostenibilidad ¿cuál es la diferencia?

La importancia de la implementación de ambas

Ahora que aclaramos esta diferencia, es necesario reconocer la importancia de la implementación de ambas dentro de toda la cadena de suministro de las organizaciones.

Esto implica la formulación de estrategias ESG (Environmental, Social y Governance, por sus siglas en inglés), con el objetivo de prevenir, controlar y mitigar riesgos, así como identificar oportunidades para la generación de valor que garantice su continuidad^[1].

Apenas el 58 por ciento de las empresas en Latinoamérica considera que cuenta con una estrategia ESG.

Pero según la encuesta realizada por EY Parthenon, lo que cada una considera como una estrategia de esta naturaleza puede variar.

Comprender e integrar estas prácticas en la cultura empresarial es importante.

Pues existe siempre la posibilidad de caer en acciones como el greenwashing, el cual no sólo puede afectar al planeta, sino también a la reputación de las organizaciones.

Los consumidores son cada vez más conscientes de los problemas ambientales y sociales y están dispuestos a apoyar a empresas que demuestran un compromiso real con la sostenibilidad y la sustentabilidad, lo que brinda una ventaja significativa en el mercado.

Ni los criterios ESG, ni la sustentabilidad son modas pasajeras

Para generar un impacto real y positivo, las acciones deben ser visibles y tangibles, desde disminuir la generación de residuos, migrar hacia el uso energía renovable o abrir oportunidades laborales inclusivas, hasta brindar transparencia en la toma de decisiones corporativas^[2], entre otras cosas.

Pero lo más importante, es que todos, dentro de la organización, debemos sentir y vivir estos valores para que realmente permeen en cada una de nuestras acciones.

Establecer alianzas con organizaciones que también los compartan es otra iniciativa que hace la diferencia y aporta a la consecución de las estrategias de largo plazo.

Sólo actuando con transparencia y alineadas a los objetivos de desarrollo sostenible, las empresas podrán ganarse la confianza de los consumidores y contribuir al bienestar del planeta y la sociedad de manera auténtica.

Juntos podemos cuidar el planeta y construir la América Latina que nos merecemos ¡Más acción y menos greenwashing!