La parálisis del sueño no solo asusta, también puede afectar tu rendimiento laboral. Descubre cómo prevenirla y recuperar tu descanso y productividad.
¿Alguna vez despertaste con la mente alerta, pero con el cuerpo inmóvil, como si algo invisible te sujetara? Coloquialmente a esto se le conoce como “se te subió el muerto”, pero tiene una explicación científica llamada parálisis del sueño. Lo peor: puede afectarte en el trabajo.
Intentas gritar, mover un dedo, pero nada responde. No estás soñando: estás despierto, atrapado entre el sueño y la realidad.
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosSe trata de un fenómeno tan real como desconcertante, donde la ciencia y el misterio parecen cruzarse.
Este trastorno del sueño que, aunque parece sacado de una historia de terror, no lo es. Tiene una explicación médica y es más común de lo que se piensa.
De acuerdo con Cleveland Clinic, el 30 por ciento de las personas a nivel mundial experimentan al menos una vez en su vida un episodio de parálisis del sueño.
Y aunque no es peligroso, sí puede generar estrés, angustia, miedo y confusión entre tus colaboradores. Además de afectar la calidad de vida de quien la sufre.
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A lo largo de la noche se atraviesan varias fases del sueño. Una de las más profundas es el REM (Rapid Eye Movement), donde se sueña activamente.
En esta fase, el cuerpo entra en una especie de “parálisis” natural para evitar que se actúe físicamente en los sueños. En la parálisis del sueño, el cerebro se despierta antes de que el cuerpo lo haga.
Aquí es cuando ocurre una desconexión entre la mente y el cuerpo que puede durar pocos segundos o varios minutos.
En ocasiones, se acompaña de alucinaciones auditivas o visuales, sensación de presión en el pecho o una “presencia” en la habitación.
Lo primero es mantenerse tranquilo, ya que puede parecer una experiencia paranormal, pero solo se trata de un proceso neurológico.
Las causas que aumentan el riesgo de sufrir parálisis del sueño incluyen:
La parálisis del sueño se presenta en dos momentos clave: al quedarse dormido o al despertar.
Durante estos episodios, el colaborador:
Hay casos en los que estos síntomas pueden repetirse con frecuencia. Interfieren en la calidad del sueño y generan temor a dormir.
Un estudio realizado por la Universidad de Harvard indica que quienes sufren de ansiedad, depresión o estrés postraumático tienen más probabilidades de experimentar este trastorno.
Por tanto, la salud mental también desempeña un papel clave en su aparición.
La buena noticia es que, aunque la parálisis del sueño puede ser perturbadora, no representa un riesgo físico real y suele resolverse por sí sola.
Sin embargo, existen formas efectivas de reducir su frecuencia:
También es fundamental no temerle al episodio. Saber que se trata de un fenómeno transitorio y comprender su causa biológica puede reducir significativamente la ansiedad que provoca.
La parálisis del sueño sigue siendo un campo de estudio activo. Conocerla no solo permite mejorar la calidad del descanso, sino también derribar mitos y temores asociados.
Si alguna vez la experimentaste, no estás solo. Millones viven lo mismo, y entenderlo es el primer paso para superarlo.
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Sí, la parálisis del sueño puede afectar de forma significativa la vida laboral de quienes la experimentan con frecuencia.
Al respecto, Medical News Today asegura que el rendimiento del día a día puede verse afectado:
Uno de los principales efectos secundarios de la parálisis del sueño es la alteración del descanso nocturno.
Después de un episodio angustiante, muchas personas tienen dificultades para volver a dormir o sufren insomnio por miedo a que se repita.
El miedo a sufrir nuevos episodios puede generar estrés y ansiedad durante el día, lo que impacta directamente en el clima laboral y en la capacidad de socializar o tomar decisiones bajo presión.
Las noches mal dormidas y la ansiedad pueden traducirse en llegadas tardías o incluso en faltas laborales, sobre todo cuando el trastorno se vuelve frecuente o crónico.
Esto puede afectar negativamente la percepción que líderes y colegas tienen del empleado.
Estudios, como el de la Universidad de Harvard, explican que la parálisis del sueño tiene un vínculo directo con trastornos como la ansiedad, la depresión o el estrés postraumático, los cuales también deterioran el desempeño laboral.
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