Los líderes deben prepararse con frases clave y practicarlas para usarlas con seguridad, incluso bajo presión.
El respeto, en su esencia, no debe ser partidista, político ni tribal. En las sociedades actuales se debe otorgar dignidad básica a todos.
No importa si eres director ejecutivo o asistente de director ejecutivo, religioso o agnóstico, negro o blanco. La premisa es esta: tienes derecho a un respeto básico por ti mismo y se espera que seas respetuoso con los demás.
Sin embargo, siendo honestos, las violaciones a la decencia y la civilidad —del respeto básico— siguen siendo demasiado frecuentes en el lugar de trabajo.
Según un análisis de múltiples estudios, diversas formas de falta de respeto y maltrato interpersonal cuestan a las organizaciones hasta 2 billones de dólares anuales debido a la reducción de la salud, el esfuerzo y el rendimiento de los empleados. 1
Sea cual sea la cifra exacta en tu organización, las investigaciones sugieren que la falta de respeto en el lugar de trabajo es un grave problema.
También es evidente que simplemente decirnos que empezaremos a ser más valientes cuando nos falten al respeto —que nos animaremos y haremos lo correcto a pesar de los riesgos— no es suficiente.
Cada uno de nosotros necesita aprender y practicar un enfoque para hacer nuestra parte cuando escuchamos o vemos un discurso o comportamiento irrespetuoso, ya sea que el comentario denigrante o devaluante se dirija a nosotros o a otras personas de nuestra organización.
Imagina, por ejemplo, que estás en una reunión de equipo donde el líder, frustrado por los recientes desafíos con clientes difíciles, dice con enojo:
“Tienen que recomponerse y dejar de avergonzarme”.
O estás en la oficina tomando café y escuchas a unos colegas hablando de una compañera. Uno de ellos dice:
“Janet se puso demasiado emotiva en esa reunión. Por eso no la incluyo a ella ni a mujeres como ella en proyectos de alto riesgo”.
Muchos de nosotros hemos vivido situaciones en las que nosotros o alguien más hemos sido estereotipados de forma problemática, vestidos de forma inapropiada o privados de oportunidades.
En estos casos, nos gustaría pensar que no seríamos víctimas silenciosas ni espectadores pasivos. Desafortunadamente, la evidencia sugiere lo contrario.
Por ejemplo, en un estudio se pidió inicialmente a los participantes que respondieran a una serie de escenarios de toma de decisiones, uno de los cuales implicaba escuchar sobre acoso sexual hacia una mujer.
Posteriormente, los participantes completaron una tarea de equipo en línea de cuatro partes, durante la cual uno de los participantes masculinos (como parte del estudio) hizo un comentario sexualmente acosador hacia una participante femenina.
¿Qué sucedió? Aunque el 64 por ciento había dicho que tomaría medidas como testigo de acoso sexual, solo el 20 por ciento lo hizo cuando tuvo la oportunidad. 2
Entonces, ¿qué puedes hacer? Te recomendamos que elijas un par de frases que puedas usar con seguridad y habilidad ante un comportamiento irrespetuoso e inapropiado.
Después, practica hasta que las frases se vuelvan automáticas, incluso cuando estés muy estresado.
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3 categorías con respuestas eficaces
Por supuesto que para responder a una falta de respeto en el trabajo no hay una solución universal.
Cada situación requiere un enfoque diferente, y la respuesta dependerá de los objetivos, de quiénes participan y del contexto.
Tu personalidad y tu forma habitual de actuar también harán que algunos enfoques resulten más atractivos y auténticos. Por eso es útil elegir con cuidado un par de frases que puedas usar con destreza.
Hemos organizado una serie de posibles respuestas en las siguientes tres categorías, que identificamos mediante la síntesis de los consejos de psicólogos expertos y consultores organizacionales. 3
El tipo de frase a utilizar en una situación dada dependerá, en general, de cómo se ponderen implícitamente dos objetivos: condenar inequívocamente la acción actual o generar un cambio en las creencias o el comportamiento del infractor.
El primero suele ser más beneficioso a corto plazo y transmite una señal inequívoca sobre los valores; el segundo puede resultar menos satisfactorio a primera vista, pero tener un mayor impacto general.
Categoría 1: Afirmar – Establecer límites claros
Utiliza respuestas asertivas cuando una afirmación sea claramente inapropiada y quieras dejar en claro que tales comentarios son inaceptables.
- “No me gusta ese comentario”.
- “Eso no es apropiado en un entorno profesional”.
- “Ese estereotipo es dañino y no lo voy a ignorar”.
- “Si no quieres que se diga eso de tu familia o amigo, no lo digas aquí”.
Las respuestas asertivas son eficaces para contrarrestar los prejuicios manifiestos y los ataques injustos y excesivamente personales.
Por ejemplo, ambos somos propensos a optar por declaraciones asertivas en respuesta a algo que consideramos claramente racista, sexista o denigrante.
Queremos dejar claro que, independientemente de las razones de alguien para decirlo, no queremos escuchar ese tipo de comentario, y punto.
Sin embargo, ten en cuenta que las respuestas asertivas son las más propensas a provocar una actitud defensiva, por lo que el tono y la forma de expresarse son lo más importante en este tipo de declaraciones.
Categoría 2: Educar – Fomentar la conciencia y el cambio
Si el orador tal vez no se dio cuenta de que su comentario era problemático, una respuesta educativa entregada de manera no agresiva puede ayudar a fomentar la comprensión.
- “Eso suena a estereotipo. Yo también lo pensaba, pero he aprendido que…”
- “Noté ese comentario y quiero compartir por qué puede ser dañino”.
- “Me siento incómodo con esa afirmación porque…”
- “No creo que te des cuenta del impacto de lo que acabas de decir”.
Las respuestas educativas funcionan bien cuando el objetivo es ampliar las perspectivas y fomentar el aprendizaje, en lugar de simplemente señalar la falta.
Por ejemplo, durante conferencias y mesas redondas, se suele escuchar a la gente decir:
“Las mujeres que negocian salarios/paquetes de compensación más altos son demasiado agresivas“.
En esas situaciones, intenta responder con algo como:
“He notado ese comentario y quiero explicar por qué puede ser perjudicial. La falta de un salario justo tiene un efecto enorme en los ingresos a lo largo de la vida, por lo que se debería animar a todas las personas a defender sus derechos, independientemente de su género”.
Las respuestas educativas funcionan bien cuando el objetivo es ampliar las perspectivas y fomentar el aprendizaje en lugar de simplemente señalar la ofensa.
Categoría 3: Indagar – Impulsar la reflexión y el diálogo
A veces, hacer una pregunta es la forma más eficaz de cuestionar comentarios problemáticos y estimular la autorreflexión.
- “¿Puedes aclarar qué quisiste decir con eso?”
- “¿Podrías decirme por qué crees que eso es cierto?”
- “¿Qué te llevó a esa conclusión?”
- “¿Estamos haciendo suposiciones que merecen una segunda mirada?”
Las respuestas basadas en la indagación fomentan la conversación bidireccional.
Esta estrategia permite cuestionar una afirmación sin una confrontación directa y, por lo tanto, puede ser especialmente útil cuando la persona que te ofendió tiene más poder.
Por ejemplo, se suelen escuchar variaciones de esta afirmación: las iniciativas de diversidad “reducen el nivel de talento” o “simplemente priorizan a algunas personas mientras excluyen a otras”.
En esas situaciones, intenta responder con algo como “¿Puedes aclarar qué quisiste decir con eso?” o “¿Puedes compartir los datos que respaldan esa conclusión?”.
Y cuando se escuchan comentarios relacionados con la edad, como “Los empleados jóvenes de hoy no tienen una ética de trabajo sólida” o “Los empleados antiguos simplemente no pueden seguir el ritmo”, intenta responder con algo como “¿Podrías decirme por qué crees que eso es cierto?”.
A continuación, por supuesto, tenemos que demostrar que estamos dispuestos a escuchar la respuesta de la otra persona de forma justa.
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Practica tu frase para responder a una falta de respeto
Elegir algunas frases que te suenen auténticas es un primer paso necesario, pero no suficiente.
También tendrás que practicarlas una y otra vez si esperas usarlas con destreza cuando los instintos de lucha o huida, profundamente arraigados en tu cerebro, tomen el control.
Si no has construido nuevas vías en la red neuronal de tu cerebro para evitar volver a tu ruta habitual, ese es precisamente el camino que probablemente tomarás.
Aquí tienes un proceso para practicar tus frases para responder a una falta de respeto en el trabajo:
Considera tus factores de identidad
Piensa en qué aspectos de tu identidad podrían convertirte en blanco de comportamientos irrespetuosos y sesgados (como tu edad, género, nacionalidad, experiencia, creencias religiosas o políticas, infancia o formación académica).
Practica en voz alta
Imagina un ataque a estos factores de identidad y luego repite tu frase de respuesta en voz alta, tanto a solas como con alguien de confianza.
Observarte en un espejo podría ayudarte a ver cómo reaccionan tu rostro y tu cuerpo al usar estas frases. Un amigo o compañero podría ayudarte a comprender aspectos que no puedes evaluar fácilmente, como tu tono.
Practica en situaciones de bajo riesgo
Empieza por usar tus respuestas en conversaciones informales o sesiones de práctica antes de aplicarlas en momentos de mayor presión y mayor riesgo.
Por ejemplo, podrías comprometerte a hablar la próxima vez que un amigo diga algo que te ofenda fuera del trabajo, o cuando un compañero diga algo ligeramente fuera de tono en un contexto individual.
Sí, esto es menos difícil que enfrentarse a una ofensa pública o de un jefe influyente, pero si no practicas en situaciones relativamente fáciles, nunca estarás listo para usar tu frase en momentos difíciles.
Reflexiona y adapta
Tras responder a una situación donde se te falte al respeto en el trabajo, pregúntate: ¿Representé mis valores fielmente? ¿Mantuve mi profesionalismo? ¿Qué tipo de respuesta generó? ¿Logré mi objetivo al usar la frase? Usa tu reflexión para refinar tu enfoque.
Hemos utilizado este proceso muchas veces con grupos con los que hemos trabajado, ya sea individualmente o en conjunto. Ninguna persona ha sido incapaz de pensar en sus propios factores de identidad. La falta de respeto es omnipresente y sus manifestaciones trascienden cualquier línea de identidad y afiliación.
Pero cuando les lanzamos insultos rápidamente relacionados con los factores de identidad de alguien (para ayudarlos a practicar en tiempo real), pocos han practicado lo suficiente como para poder responder tan bien como quisieran. Se quedan paralizados.
Dicen cosas que los hacen reír a sí mismos o a los demás, o que los meterían en problemas. Pero lo bueno es que este tipo de práctica de prueba de estrés es efectiva precisamente porque casi todos se sienten incómodos de una forma u otra.
Las personas se dan cuenta de que se ríen entre sí, no de sí mismas, y están realmente motivadas para hablar sobre cómo seguir practicando.
Cómo las organizaciones pueden apoyar la promoción
Elegir, practicar y usar frases de respuesta es una tarea difícil, y nadie puede hacerlo por ti.
Cada uno de nosotros debe decidir que nos importa lo suficiente ser fieles a nuestros valores como para aceptar las posibles consecuencias sociales o profesionales al hablar.
Debemos decidir ayudar a crear la cultura en la que queremos vivir y, por lo tanto, no ser espectadores ni víctimas dentro de ella.
Dicho esto, es mucho más fácil defendernos a nosotros mismos y a los demás en un entorno que apoya ese comportamiento. Así que, si tienes la capacidad de hacerlo, contribuye a fortalecer la cultura de respuesta de tu organización haciendo lo siguiente:
Proteger a quienes alzan la voz. Permitir que alguien sufra consecuencias negativas tras usar su frase es una forma infalible de socavar su disposición a volver a hacerlo.
Reconocer y recompensar a quienes alzan la voz. Agradecer públicamente a quienes denuncian el mal comportamiento.
Dar a quienes suelen alzar la voz mayor visibilidad ante personas y proyectos clave, y asegurar que tengan oportunidades justas de ascender a puestos donde puedan influir aún más en la cultura.
Exigir a los líderes, especialmente a aquellos en puestos directivos, que rindan cuentas por el comportamiento que modelan. Esto significa que los líderes no deben ser una fuente constante de dolor y ofensa, y que deben usar hábilmente sus propias palabras cuando escuchen comentarios problemáticos de otros.
Es absurdo pensar que los empleados denunciarán sistemáticamente el mal comportamiento si ven a sus jefes ser espectadores silenciosos.
SOBRE LOS AUTORES
Jim Detert es profesor de Administración de Empresas John L. Colley en la Escuela de Negocios Darden de la Universidad de Virginia y autor de Choosing Courage: The Everyday Guide to Being Brave at Work (Harvard Business Review Press, 2021). Aba Blankson es directora de marketing y comunicaciones de la NAACP, donde desarrolla estrategias de comunicación, campañas y colaboraciones con socios.
Referencias (3)
1. LY Dhanani, ML LaPalme y DL Joseph, “¿Cuán prevalente es el maltrato laboral? Una investigación metaanalítica”, Journal of Organizational Behavior 42, n.° 8 (octubre de 2021): 1082-1098.
2. R. Goodwin, J. Graham y KA Diekmann, “Las buenas intenciones no son suficientes: coraje moral para oponerse al acoso sexual”, Journal of Experimental Social Psychology 86 (enero de 2020).
3. H. Yoon, “Cómo responder a las microagresiones”, The New York Times, 3 de marzo de 2020, www.nytimes.com; B. Carey y J. Hoffman, “Lecciones en el delicado arte de confrontar el discurso ofensivo”, The New York Times, 13 de octubre de 2016, www.nytimes.com; “Una guía para responder a las microagresiones”, University of Illinois Urbana-Champaign Grainger College of Engineering, consultado el 3 de junio de 2025, https://wie.grainger.illinois.edu; EF Washington, AH Birch y LM Roberts “Cuándo y cómo responder a las microagresiones”, Harvard Business Review, 3 de julio de 2020, https://hbr.org.

Jim Detert y Aba Blankson
Jim Detert es profesor de Administración de Empresas John L. Colley en la Escuela de Negocios Darden de la Universidad de Virginia y autor de Choosing Courage: The Everyday Guide to Being Brave at Work (Harvard Business Review Press, 2021). Aba Blankson es directora de marketing y comunicaciones de la NAACP, donde desarrolla estrategias de comunicación, campañas y colaboraciones con socios.y recibe contenido exclusivo