Para algunos, como Pedro Pascal, llegar a los 50 años significa el momento cumbre de la vida; para otros, puede ser el principio del fin y para muchos más –como yo– es momento de cambiar.
Tener al mundo a tus pies a los 50 años suena a un cuento fantástico si no te llamas Pedro Pascal.
Nadie puede dejar de voltear a ver a este actor, nacido en Santiago de Chile el 2 de abril de 1975, bajo el nombre de José Pedro Balmaceda Pascal.
Su historia es, sin duda, impresionante: A los 40 años era un desconocido, pero hoy, a los 50, ha participado en más de 40 películas, tres de ellas este 2025 –incluyendo Los 4 Fantásticos–, y protagonizado series que lo han catapultado como un icono, amado por hombres y mujeres, como The Mandalorian, The Last of Us, Narcos y Game of Thrones.
Sus padres, opositores al régimen de Pinochet, huyeron a Dinamarca cuando solo tenía nueve meses. Más tarde emigraron a California y luego a San Antonio, Texas.
Estudió en la Orange County High School of Arts y en 1993 se trasladó a Nueva York, donde se formó en arte dramático en la prestigiosa Tisch School of the Arts de la NYU.
Durante esos años enfrentó varias dificultades personales; la más grave tuvo que ver con un escándalo relacionado con la clínica de fertilidad que administraba su padre, por lo que su familia tuvo que regresar a Chile y provocó, al final, que su madre se suicidará.
Tras este suceso adoptó el apellido Pascal. Por años, audicionó de forma incansable para conseguir algún papel, sin éxito. Trabajó de mesero para poder pagar sus cuentas. Muchas veces se sintió desanimado y consideró dejar su carrera de actor para siempre.
“Después de los 29 sin tener una carrera significaba que estaba acabado, definitivamente”, dice en una entrevista para Vanity Fair.
Cada que estaba a punto de rendirse, su familia y amigos salían al quite. Su hermana Lux le prestaba 40 dólares para que le alcanzara para el fin de semana cuando pasaba por su oficina.
Sus amigos le compraban comida y lo llevaban a cenar. Los vecinos ayudaban a cuidar de su perrita Gretta. Su amiga íntima, Sarah Paulson, le daba el dinero de sus viáticos por sus actuaciones y le dejaba usar el coche de su hermana.
Su primera gran oportunidad en el cine llegó en 2015 con la película Bloodsucking Bastards, una comedia de terror, cuando tenía 40 años. Sin embargo, su verdadero salto a la fama se produjo gracias a su papel como Oberyn Martell en la serie de HBO, Game of Thrones, en 2014.
Su manera de resumir la historia de su éxito actual es una lección de realidad que a nadie le haría daño escuchar:
“Básicamente, todos me cuidaron hasta bien entrados los 30”, dice. “Tuve ángeles a mi alrededor todo el tiempo”.
Pedro Pascal: 5 lecciones de liderazgo que traspasan la pantalla
Nada está escrito
Ya sé que te preguntarás por qué escribo de un actor en un espacio de historias de negocio, emprendimiento y liderazgo.
La respuesta es sencilla: porque justo acabo de cumplir mis propios 50 años y me doy cuenta de que, en una sociedad edadista, para muchos, esta edad es el principio del fin.
Me pareció buena idea tomar a Pedro Pascal como referencia extrema ante la fatalidad y posible derrumbe emocional de muchos quincuagenarios como yo.
Si tienes 50 o te acercas a esta edad y te sientes fatal porque piensas que se acabó tu momento, o si eres joven y has discriminado a los de 50 o más porque los consideras “inservibles”, te quiero decir que, en ambos casos, estás equivocado.
Y no tenemos que ser Pedro Pascal para convertirnos en superhéroes de 50 años. Unos datos para documentar mi optimismo: la tasa más alta de emprendimiento a nivel mundial se ha desplazado al grupo de edad de 55 a 64 años.
Además, la actividad emprendedora entre los mayores de 50 años ha aumentado más del 50 por ciento desde 2008, según el Monitor Global de Emprendimiento.
Pero hay más: el estudio Age and High Growth Entrepreneurship, realizado por el MIT en conjunto con la Oficina del Censo de Estados Unidos, analizó a 2.7 millones de personas que iniciaron empresas entre 2007 y 2014: descubrió que una persona de 50 años tiene el doble de probabilidades de tener un éxito masivo que una persona de 30 años.
Más allá de las cifras (y de Pedro Pascal) todos los que tenemos 50 años o más somos ya superhéroes por estar aquí, por atrevernos a aprender cosas nuevas, a cambiar las veces que han sido necesarias, por seguir de pie, pese a las tantas crisis que hemos vivido.
Con un hijo de seis años, una nueva hipoteca que empiezo a pagar, con más de cinco años como profesional independiente, con una nueva empresa en camino y un libro por dar a luz, perdóname, pero sí me siento un héroe, pero no uno de película, sino uno vulnerable, de carne y hueso, que sabe que llegó hasta aquí gracias a su tribu, que no lo dejó caer… y que sabe también que los 50 son tiempo de cambiar… ¡otra vez!
Frases de Los 4 Fantásticos para mejorar el trabajo en equipo
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Genaro Mejía
Fundador de Bar Emprende Periodista de negocios, estratega editorial, consultor en storybeing y comunicación integral, y mentor de emprendedores. LinkedIn Top Voices 2019. Fundador de BAR EMPRENDE. Speaker en temas de liderazgo, storytelling, periodismo digital, comunicación integral y emprendimiento. Fue director de Entrepreneur en Español y fundador de Forbes.com.mx. Ha sido editor en El Financiero, El Economista y Expansión, y reportero en El Universal.y recibe contenido exclusivo
