El cofundador de Apple no solo conoce el lenguaje de la informática y programación, también el de la paternidad. Desde dejar que los hijos persigan sus propios sueños hasta enseñarles a mantener las cosas divertidas, “Woz” le brinda algunos valiosos consejos a los líderes.
Steve Wozniak, conocido cariñosamente como “Woz“, es una figura emblemática en el mundo de la tecnología. Su importancia radica no solo en su rol como cofundador de Apple, junto con Steve Jobs, también en sus contribuciones al desarrollo personal y de la informática.
Al contrario que su compañero, este líder innovador prefirió quedarse en las sombras, pero no por esto su participación para desarrollar la compañía de la manzana fue menor.
Gracias a Steve Wozniak, el mundo pudo conocer uno de los inventos más famosos de Apple, el iPod. Durante una entrevista recordó que la visión en equipo que tuvo con Steve Jobs los hizo aumentar el tamaño de este dispositivo.
“Debo señalar que Steve Jobs tuvo la visión de ver que se trataba de un gran producto con gran aceptación”.
En repetidas ocasiones ha mostrado su gran respeto por el trabajo de su excolega, a pesar de que no participa de forma activa en la compañía.
Steve Wozniak, el cerebro tecnológico poco conocido que también revolucionó a Apple
Steve Wozniak es conocido por su humildad y generosidad, valores que seguramente ha transmitido a sus hijos. A pesar de su éxito y fama, ha mantenido una vida relativamente modesta y siempre ha estado dispuesto a ayudar a los demás.
Esta actitud de servicio y empatía ha influido positivamente en sus hijos, enseñándoles la importancia de dar y de ser considerados con los demás. Así lo ha demostrado en varias intervenciones en eventos.
Durante un evento de la Universidad de Colorado, Steve Wozniak recordó la forma en la que sus padres lo educaron. Su participación en su vida fue tan importante que reconoce que varias de sus enseñanzas las lleva a la práctica como padre.
“Cuando realmente quieres algo, amas algo y es tu pasión, debes tener a tus padres apoyándote para seguir tu dirección. Que no te digan: ‘No. Deberías ir a esta universidad'”.
El californiano se inscribió en la Universidad de Colorado Boulder en 1968 y se especializó en informática. Sus padres tenían suficiente dinero ahorrado para pagar sólo un año de matrícula fuera del estado, pero aun así le animaron a ir a la universidad de su elección y seguir su amor por la tecnología.
En el blog de Woz U, Steve Wozniak también le brinda a los padres consejos para estar más presentes en la vida de sus hijos y apoyarlos. A través de este canal aceptó explicó que cada niño es único y no se puede hacer que disfruten unos temas más que otros. Sin embargo, se les puede dotar de los recursos necesarios para que crezcan en la dirección que deseen.
“Ayúdales a ir en esa dirección. Dales apoyo, dales educación, dales materiales, cosas que no tienen”, dijo Woz.
Como padre, dar apoyo moral y muestras de aprobación también puede animar a los hijos a perseguir sus sueños. Además, poner a su disposición en casa material didáctico es clave para su éxito.
Una de las características de la educación del líder innovador fue el ejemplo de su padre, ingeniero de Lockheed Martin. De niño, su héroe llevaba a casa diagramas de las últimas tecnologías y le pedía al joven Woz que le ayudara a resolver problemas de ingeniería.
“Vi diagramas del primer chip que tendría seis transistores; ahora tenemos 20 mil millones de transistores en un chip por el mismo precio. Crecí muy joven sin darme cuenta de que estaba viendo el camino que conducía al futuro de la tecnología y la electrónica”.
Estar expuesto a tecnologías de punta le abrió los ojos a este campo y despertó su curiosidad. Y aunque Steve Wozniak cree firmemente que la pasión no la pueden asignar los padres, sí desempeñan un papel importante en el desarrollo educativo de sus hijos.
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Cuesta trabajo, pero los padres deben aceptar que sus hijos crecen, gracias a esto podrán iniciar sus propios proyectos y aprender con cada éxito y fracaso. Incluso el propio Steve Wozniak no encontró el éxito comercial en todo lo que hizo, pero recordó que disfrutó cada minuto.
“En mi vida hice proyecto tras proyecto tras proyecto que no valían una empresa ni mucho dinero. Pero, Dios mío, me encantaba hacerlos y mostrarlos, y eso me motivaba para seguir adelante”.
Mientras los niños disfruten de lo que hacen, desarrollarán un deseo profundo por perseguir sus pasiones.
El especialista en tecnología cree que la educación estandarizada no satisface las necesidades especiales de cada persona. En cambio, las pasiones de un niño le llevarán a vivir experiencias que le proporcionarán habilidades y talentos únicos.
Según Woz, uno de los mayores factores determinantes del éxito de un niño es su capacidad para descubrir y explorar libremente. En lugar de presionar a los niños o jóvenes para que estudien determinadas asignaturas, lo mejor es dejarles que persigan sus intereses.
“Déjalos explorar. Deja que formen parte del mundo entero, de las cosas que les gustan y de las direcciones que quieren tomar. No les digas: ‘Esto es lo que debes estudiar. Esta es la escuela a la que deberías ir porque te dará más dinero en la vida’. No, no, no, no. Que hagan lo que les gusta”.
Y aunque la educación puede requerir que se integren más reglas en etapas posteriores, demasiada estructura en el desarrollo durante la primera infancia puede suprimir la creatividad del niño.
Madeline Moitozo, excolaborador de Vice, recordó cuando tomó clases de computación con Woz. Si bien, el cofundador de Apple no fue su padre, le brindó algunas enseñanzas que se pueden aplicar mientras se educa a un hijo.
“Pasamos los meses siguientes aprendiendo a usar Internet, a montar una red y a crear páginas web sencillas. Recuerdo que me sentía como si tuviera las llaves de un reino mágico”.
Steve tenía un comportamiento sincero en la clase, pero se aseguraba de mantener las cosas interesantes. Algunos días le brindaba a su clase Happy Meals de McDonald’s, lo que resultaba rebeldemente excitante para unos niños a los que sus padres, preocupados por su salud, obligaban a comer granola.
También recordó cómo le encantaba compartir artilugios divertidos. Un día les regaló a todos bolígrafos láser. Sin embargo, sus estudiantes pasaron el resto de la clase intentando cegarse unos a otros a escondidas.