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Liderazgo democrático, el arte de dirigir escuchando todas las voces

Un dirigente que tiene un estilo de liderazgo democrático tiende a escuchar las opiniones de sus trabajadores lo que genera un buen ambiente en la compañía.

MIT SMR México 22 Ago 2023

Nelson Mandela, el reconocido revolucionarios sudafricano que liberó a su país del racismo, y Martin Luther King, que luchó por la igualdad y los derechos civiles son dos ejemplos de lo que es el liderazgo democrático.

Este tipo de dirigentes son reconocidos por tomar en cuenta las opiniones, quejas y sugerencias de sus colaboradores para poder actuar de una manera en la que les convenga a todos.

Liderazgo transformacional, el estilo de dirección que libera a los colaboradores

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Cuando la cabeza de un grupo recurre al liderazgo democrático como estilo de dirección, nunca toma decisiones de forma unilateral, como aquellos gerentes autocráticos. Al contrario, ellos y ellas animan a su fuerza laboral a que alcen su voz y participen lo más que puedan en los procesos de la compañía.

Ventajas del liderazgo democrático

Al escuchar a todos sus colaboradores y poner su máximo empeño en hacer que todas sus necesidades sean visibles, los directivos que tienen este estilo para liderar suelen ser muy populares.

1. Los colaboradores se sienten más motivados

Los miembros del equipo suelen sentirse más comprometidos y motivados cuando tienen la oportunidad de contribuir a las decisiones que afectan su trabajo.

Saber que sus opiniones son valoradas y consideradas aumenta su satisfacción laboral y mejora el ambiente laboral. Un colaborador que sabe que será respetado por su líder siempre será más seguro y entusiasta.

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2. Permite el libre desarrollo de habilidades

Al participar en el proceso de toma de decisiones, los miembros del equipo tienen la oportunidad de desarrollar y mejorar sus habilidades de toma de decisiones y resolución de problemas.

Además, al tener una comunicación abierta y frontal con sus jefes, el equipo puede expresar sus inquietudes, qué nuevos talentos les gustaría desarrollar y qué otros no.

3. Genera una ambiente propicio para el desarrollo de la creatividad

La colaboración y la consulta a menudo generan ideas más creativas e innovadoras. La combinación de diferentes perspectivas puede conducir a soluciones únicas y a la mejora continua.

Escuchar voces de distintos miembros del equipo siempre hace posible generar nuevas ideas que no se pueden crear si solo se escucha una voz. Por eso, el liderazgo democrático es tan valorado, porque todos se sienten útiles y tomados en cuenta.

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4. Mejora en la resolución de conflictos

Al involucrar a los miembros del equipo en el proceso de toma de decisiones, se reduce la posibilidad de conflictos y resistencia a las decisiones tomadas por el líder. Los equipos suelen estar más dispuestos a aceptar decisiones en las que han participado.

Entablar diálogos y conocer las necesidades de los colaboradores don dos puntos claves para lograr este cometido ya que de esta manera los miembros del equipos se sensibilizan unos con otros.

5. Mejora la retención de talento

Cuando un líder tiene un estilo de liderazgo democrático valora y empodera a su equipo, esto genera una mayor retención de talento a largo plazo. Al lograr un índice alto en la fidelización de los colaboradores la empresa se vuelve más estable y tiende a crecer de forma más fácil.

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Puntos en contra del liderazgo democrático

No todo es “miel sobre hojuelas”, los líderes que son democráticos también pueden llevar una serie de problemas a la compañía a la que representan.

1. Ralentiza los procesos

La toma de decisiones democrática a menudo es más lenta debido a la necesidad de consultar a los miembros del equipo, recopilar opiniones y llegar a un consenso. Esto puede ser problemático en situaciones que requieren decisiones rápidas.

Ante este tipo de escenarios, los líderes autoritarios son quienes mayores oportunidades tienen de triunfar frente a un momento crítico. Ellos pueden accionar de forma más rápida las estrategias para triunfar.

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2. Tiende a generar conflictos

La participación activa de múltiples personas puede dar lugar a conflictos y desacuerdos en el equipo. Las diferencias de opinión pueden ser difíciles de resolver y pueden afectar negativamente el ambiente de trabajo.

Además, cuando un líder democrático está al mando, muchos de los empleados pueden no tener claras las jerarquías, por eso tienden a desobedecer a sus superiores que se toman el tiempo de escuchar sus opiniones.

3. El liderazgo democrático se puede llevar a cabo cuando el equipo es experimentado

En equipos con poca experiencia o conocimiento en ciertas áreas, la toma de decisiones democrática puede no ser efectiva. Una de las razones principales es porque los miembros pueden carecer de la información necesaria para tomar decisiones.

Para poder formar un equipo con un líder que escucha a todas las voces que lo conforman es necesario tener experiencia y mucha paciencia. Además, la tolerancia entre los miembros es muy importante.

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4. La autoridad de un líder democrático puede verse reducida

En un liderazgo democrático extremo, el dirigente puede sentir que su capacidad de tomar decisiones autónomas está limitada, lo que puede ser frustrante en situaciones donde se espera una personalidad firme.

Una vez que los líderes que tienen este estilo de mando les presentan a sus colaboradores la posibilidad de expresar sus ideas y ser escuchados, debe de mantener la confianza y el control.

5. Exceso de consulta

En algunos casos, el director democrático puede consultar demasiado a los miembros del equipo sobre decisiones menores o triviales, lo que puede ser una pérdida de tiempo y recursos.

Para evitar esto, los líderes, además de darle libertad a sus colaboradores, deben de reforzar su seguridad y ejercitar el músculo de la toma de decisiones.