Katya Echazarreta hace un llamado a transformar los discursos sociales y familiares que desmotivan a las niñas desde la infancia e impiden que se visualicen como líderes en el mundo de la ciencia y la tecnología.
Aunque cada vez hay más mujeres interesadas en las ciencias, las barreras laborales en el mundo STEM aún son profundas, silenciosas y persistentes.
En este contexto, Katya Echazarreta, la primera mujer de origen mexicano en ir al espacio, compartió los desafíos que enfrentan muchas mujeres para mantenerse, y crecer, dentro de estas industrias.
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosLa líder subrayó que uno de los principales obstáculos suele surgir desde el entorno más cercano, como la familia, donde las niñas reciben comentarios negativos que, con el tiempo, las llevan a renunciar a aquello que alguna vez imaginaron posible.
“Tenemos que cambiar la manera en que nos dirigimos a las nuevas generaciones. Es nuestra responsabilidad como sociedad construir un entorno que impulse sus aspiraciones, no que las frene”, dijo en entrevista.
¿Cómo hacer que las niñas y niños se interesen por las carreras STEM?
Las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) están marcando el rumbo del empleo a nivel global.
ONU Mujeres estima que, para 2050, el 75 por ciento de los trabajos estarán relacionados con estas disciplinas.
Sin embargo, las mujeres aún no ocupan el lugar que merecen en ese futuro: solo el 35 por ciento de quienes se gradúan en carreras STEM son mujeres, y su participación en la fuerza laboral del sector es de apenas el 28 por ciento.
Esta desigualdad no nace en la universidad ni en la oficina: se construye desde la infancia, entre estereotipos, falta de referentes y mensajes sociales que limitan sus aspiraciones.
Desde la perspectiva de la líder de la Fundación Espacial Katya Echazarreta romper con este ciclo requiere más que motivación porque la sociedad necesita entornos donde “niñas y mujeres puedan imaginarse liderando el mañana sin pedir permiso”.
Desde su rol como divulgadora científica, Echazarreta reflexionó sobre el momento en que muchas niñas comienzan a abandonar sus sueños más ambiciosos por temores impuestos por la sociedad.
“Los niños muestran interés por la ciencia, por el espacio, quieren ser astronautas. Pero, conforme crecen, muchas personas les dicen que deben ser más realistas, que entiendan la situación política o económica del país. Es ahí cuando se desaniman”, dijo durante la charla en el marco de la inauguración de la Estación Espacial Papalote en colaboración con KIO.
Para la ingeniera electrónica, el problema no está en la falta de talento, sino en el discurso que como sociedad se entrega a las infancias: uno que desalienta, que minimiza, que les exige bajar la mirada y conformarse.
Y si esas niñas llegan a estudiar una carrera STEM, las barreras toman nuevas formas: techos de cristal, brechas salariales, falta de liderazgo femenino y culturas organizacionales poco inclusivas.
Aunque el panorama es desigual, algunas señales de cambio comienzan a hacerse visibles. Cada vez hay más mujeres en posiciones de liderazgo dentro de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Y también más espacios educativos que buscan sembrar el interés por STEM desde edades tempranas.
Pero los retos persisten y el estudio Mujeres en las empresas: impulsoras del cambio elaborado por el IMCO muestra un panorama complicado en el mercado laboral general:
“Las cifras confirman que la falta de representación femenina no es casualidad, es estructural”, aseguró Katya Echazarreta.
Desafíos para el liderazgo de las mujeres en STEM: Barreras estructurales y crecimiento
La transformación no es solo cuestión de políticas, también es personal, cultural y colectiva, aseguró Georgina Rangel Bang, directora de Marketing en KIO Data Centers, compartió cómo la representación puede impulsar cambios reales:
“El 50 por ciento de las personas en puestos directivos en KIO son mujeres. Esto no es casualidad, es resultado de una política de equidad de oportunidades, donde hombres y mujeres compiten en igualdad de condiciones”.
Pero ir más allá de los números también implica romper esquemas y generar inspiración.
Desde la visión de esta líder, es crucial motivar a las nuevas generaciones para que crean que también pueden liderar y alcanzar cualquier meta que se propongan.
Por lo que el entorno familiar y social es el primer impulso, desde cómo se habla con las niñas o qué referentes se les muestra, construye (o limita) lo que ellas creen posible.
“Hay que motivar a las nuevas generaciones a pensar que ellas también pueden liderar, que pueden llegar a donde quieran. Ver mujeres en estos espacios no solo valida sus aspiraciones, las potencia”, agregó Georgina Rangel Bang.
La conversación sobre mujeres STEM en el mercado laboral no es solo una agenda de género, para Katya Echazarreta es una conversación sobre desarrollo, competitividad y justicia social.
Por ello, la egresada de la Universidad de California en Los Ángeles está convencida de que México necesita más mujeres científicas, ingenieras, programadoras, astronautas y líderes.
Cada referente visible, cada política inclusiva, cada palabra de aliento puede ser el punto de partida que transforme una curiosidad infantil en una carrera estelar.
“Y para lograrlo, hace falta abrir puertas, cambiar discursos y replantear estructuras”.
Katya Echazarreta: La astronauta pionera y modelo a seguir de Barbie para las niñas STEM