Especial Fintech: Criptomonedas no son una inversión – José Antonio Quesada
Aunque las criptomonedas no son un instrumento de inversión, los especuladores se han beneficiado de su volatilidad.
Para algunos, el Bitcoin es un activo imprescindible en el portafolio de inversión. Para otros, como José Antonio Quesada, catedrático de la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, no es un instrumento de inversión.
En esta conversación, Quesada explica por qué desde su punto de vista, además de compartir sus perspectivas sobre la posibilidad de una Ley Bitcoin en México similar a la de El Salvador, el verdadero potencial del cripto en la democratización de las finanzas, y si debería regularse la información sobre criptomonedas que se comparte con la población.
MIT Sloan Management Review México: Como catedrático, ¿qué opinión tienes sobre las criptomonedas y la aceptación que están teniendo en México?
José Antonio Quesada: Se me hacen muy interesantes por lo que no son. No son un instrumento de inversión. Soy una persona que está completamente en contra de quienes creen que las criptos son mecanismos de inversión.
Tampoco lo son las monedas tradicionales. Una cosa es que tengas una inversión indexada en dólares o que por seguridad tengas dólares debajo del colchón. Lo mismo pasa con las criptos: al igual que las monedas reconocidas, están sujetas a un régimen de mayor correlación de mercados financieros.
Solamente hay cuatro o cinco criptomonedas reconocidas. Las demás, quién sabe para qué las están usando. Pero, aunque las criptomonedas no son instrumentos de inversión, no faltan los especuladores que se han beneficiado de los vaivenes de su volatilidad.
MIT SMR México: ¿Crees que México pudiera adoptar una ley de Bitcoin o criptomonedas parecida a la que se aceptó en El Salvador?
JAQ: Lo de El Salvador ocurrió principalmente porque su divisa está dolarizada. Eso provocó que consideren abrir al Bitcoin a la población de manera más agresiva para lograr una verdadera inclusión financiera, pues solo el 30 por ciento de los adultos salvadoreños tiene acceso a una cuenta de banco.
México tiene una inclusión financiera un poco mayor, del 35 o 37 por ciento. Esa es una diferencia importante, además de que aquí tenemos otras condiciones de mercado. Claro que las criptomonedas nos ayudarían para ampliar la inclusión financiera, pero no de manera tan agresiva sino más regulada. Otras legislaciones como la del lavado de dinero se tendrían que estar implementando en el manejo de este tipo de activos.
Pero en México no tenemos una ley sobre criptomonedas o una manera de reconocerlas legalmente. Ninguna está autorizada hoy en día para el sistema financiero en el país, aunque tal vez en un futuro sí haya alguna, tal vez el cripto peso o alguna moneda emitida por el Banco de México.
Lo que hay que considerar en esta discusión no sólo es la legalidad de una criptomoneda, sino poder aprovechar las plataformas blockchain para tener seguridad y trazabilidad para varias transacciones. Si hay algo que deberíamos revisar con urgencia, sería esto.
Lee también: Especial Fintech: La complicada promesa de criptomonedas en México
Criptodemocracia
MIT SMR México: En México sólo existen 500,000 cuentas de inversión tradicional, mientras que Bitso, la plataforma de intercambio de criptomonedas más grande del país, ya supera el millón de usuarios en México que las usan principalmente para trading. Tomando esto en cuenta, ¿qué tan viable ves el potencial de que las criptomonedas democraticen las finanzas, como prometen?
JAQ: Si hablamos sobre democratizar las finanzas, las criptomonedas sí han crecido de manera exponencial en México. Pero ha sido solo en un segmento de la población que las han visto con buenos ojos por distintas razones. Operar criptos no es tan sencillo como suena y no necesariamente las ves en las serranías sin acceso a internet.
No quiere decir que falten operadores de remesas que ayuden a empujar su adopción, pero no será derivado de las criptos directamente, sino de todo el universo digital que las fintech están trayendo al mercado.
En México, las fintech no pueden operar las licencias de criptomonedas a menos que las puenteen a través de otros países, como hace Bitso con Gibraltar. Al momento en que no pase un pago o no haya reciprocidad de activos, hay que ir con la autoridad de aquel país a levantar la queja. Existe una serie de empresas que están operando criptos de manera arbitrada en lugares donde la regulación sea más permisiva. Es un riesgo que irá cambiando dependiendo los arbitrajes y regulaciones.
Todo esto no quita que las criptomonedas sí tienen muchas ventajas. Por eso es que una serie de bancos centrales, empezando por la misma Fed, está evaluando emitir sus monedas virtuales. En un principio estarán atadas a sus propias monedas y después irán eliminando el uso del efectivo. La misma aceptación del cripto irá marcando el paso en este sentido.
MIT SMR México: Para evitar fraudes por especulación, ¿debería regularse la información que se comparte en México acerca de criptomonedas?
JAQ: Para los entes regulados, ya hay dos políticas importantes que se empujan a nivel federal: la política nacional de inclusión financiera, que por mandato de la Secretaría de Hacienda está a cargo de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, y la de educación financiera, que es responsabilidad de la SEP por indicación de Hacienda y CONDUSEF.
Yo sí creo que se hizo un avance importante en cuanto a reconocer la necesidad de tener educación financiera de manera transversal en los planes de estudio. Pero en el caso de los entes no regulados como las criptomonedas, esta educación va a tener que acelerarse para que la información sea actualizada, vigente y útil.
Hay que informarle a la gente cuáles son los vehículos e instrumentos de pago y cuáles de inversión. La inclusión financiera no solo se limita a abrir una cuenta, sino que realmente se pueda utilizar una gama de productos financieros, incluyendo entidades que operan con criptos.
Una versión de este artículo se publicó en la edición trimestral digital de MIT Sloan Management Review México Verano 2021.