Si ya llevas tiempo sintiendo un vacío interior perturbador y no encuentras sentido a la vida, te invito a buscar ayuda profesional, ya que sin una atención especial este vacío se hará más grande y complicado.
“La vida sólo puede ser entendida mirando hacia atrás, pero tiene que ser vivida hacia delante” (Soren Kierkegaard).
Nuestro cerebro necesita siempre de una emoción; sentirla y vivirla de manera positiva y/o negativa. El ser humano vive sintiendo y siente viviendo.
Pero, aun así, habrá a lo largo de nuestra vida algunos momentos o etapas en las que no vamos a poder llegar a sentir algo o incluso no llegar a sentir absolutamente nada. En términos más específicos, estoy hablando de una combinación de dos palabras fascinantes para mí: vacío interior.
Son fascinantes para mí porque el vacío es algo que relacionamos muy seguido con un espacio que se puede llenar, y el interior/lo interior con un lugar muy fácil de encontrar y visitar. Pero esto está muy lejos de la verdad convencional.
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Los budistas anhelan embeber su mente por completo con las enseñanzas complejas sobre la vacuidad para poder tener realizaciones y liberarse del sufrimiento. Para aquellos que meditan en la vacuidad, este proceso es un camino interior muy gozoso.
Es decir, la connotación del vacío en el budismo es un concepto y una percepción muy diferente a la sensación del vacío interior de las personas que se encuentran fuera de este camino espiritual, ya que se trata de un estado mental puro, sin distracciones de los sentidos o pensamientos.
Sin embargo, podemos ver a menudo que en la vida cotidiana esta sensación de vacío no resulta ser vivida gozosamente, sino que es expresada más bien como una queja surgida de una confusión interior al sentir que se trata de una carencia que impide sentir ese gozo día a día o de manera repetitiva en diferentes etapas de la vida.
En este sentido, considero importante que sepamos que los que sienten en su interior dicho vacío no disfrutan siempre de lo que ven, escuchan, comen y como se ven. Sus sentimientos parecen estar congelados a tal grado que no les resulta fácil percibir su vida como una vida completa o completamente satisfactoria, aunque todo pareciera estar bien en ella.
Una persona interiormente congelada, abarcando un vacío existencial en su mente, vive su vida sin involucrarse emocionalmente en ella, tal como si estuviera observando la vida de alguien más.
Y precisamente esto puede hacer que llamemos a este tipo de personas seria, indiferente, apática o hasta incluso definirlas – la mayoría de las veces- como personas frías o raras.
Comento todo esto en detalle porque siempre habrá personas en nuestro mundo para quienes no es o será fácil relacionarse con los demás y generar empatía.
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Y, como podemos ver, esta situación no siempre puede indicar una patología, sino necesita ser observada y analizada con claridad, ya que puede ser solamente un sentimiento profundo de vacío interior, lo cual no es simple o sencillo de entender y mucho menos sentir.
Sentirse emocionalmente vacío para nada es agradable. Sentirse vacío o sentir la vida sin sentido, no es algo que solo sentimos cuando estamos pasando por una crisis de la edad o estamos en una etapa de envejecimiento mayor. No. Esta sensación perturbadora no siempre tiene algo que ver con la edad, ya que es una experiencia interior muy común, independientemente de la edad y género.
Este vacío se puede vivir en la pubertad, con la combinación de emociones y hormones, la cual puede llevar a los adolescentes a pensamientos como “no sirvo para nada”, “no sé realmente lo que quiero”, o “no encuentro sentido a lo que estoy viviendo y haciendo”.
Pero también perder a un ser querido, rupturas emocionales, o cualquier tipo de pérdida, nos puede hacer sentir este tipo de vacío.
En otras palabras, terminar una etapa y empezar una nueva sin lo habitual, sin las personas que adornaron hasta ahora nuestras vidas, y también sin sentirnos amados y/o aceptados puede provocar poco a poco la creación de este sentir en nuestro corazón, y detonarlo en la cotidianidad y de manera muy fuerte en varias etapas de nuestra vida.
El que siente vacío interior lo usa como un muro entre el pasado y presente para no tocar los temas del pasado en el aquí y ahora, y así no sentir ni confusión y mucho menos dolor emocional.
En este sentido, considero transcendental hacernos las siguientes preguntas: Un vaso se puede llenar con cualquier tipo de líquidos, pero ¿qué tal el vacío interior? ¿Se puede llenar el vacío interior, y con qué? Y de la misma manera, ¿Se puede envasar el vacío interior?
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Por propia experiencia les puedo compartir que no se puede llenar el espacio del vacío que surge de la partida de un ser querido con nada y absolutamente con nadie.
Sea como sea, de manera repentina o esperada, cuando un ser muy importante para nosotros ya no esté en nuestra vida, esto nos deja primero con desesperación, después con intenso dolor y mucha confusión, al final con el ardor del enojo interior y por ende con un vacío interior.
Pero, aún así, también sé que, aunque no se puede llenar o desaparecer, sí se puede transformar de tal forma que el dolor sea cada vez menos y podamos seguir adelante con nuestra vida.
En veces, el trabajo a hacer es tan grande que para calmar y controlar ese vacío se requiere de una atención especial que se puede dar de una manera profesional.
Si ya llevas tiempo sintiendo un vacío interior perturbador y no encuentras sentido a la vida, te invito a buscar ayuda profesional, ya que sin una atención especial este vacío se hará más grande y complicado.
Pero con esa ayuda será cada vez más controlable y disminuirá hasta desaparecer por completo de manera temporal, ya que en la vida no dejaremos de experimentar rupturas y pérdidas de algún tipo, pero si podemos aprender a manejarlas y así evitar que nos afecten de la misma forma.
Prepararnos para la vida es la meta, buscar apoyo en el momento adecuado el camino.
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