Retrato hablado de las empresas que este mundo necesita
Como cada año, el Informe sobre Riesgos Globales del Foro Económico Mundial ha dirigido nuestra atención sobre los desafíos del corto y mediano plazo. Ante las múltiples crisis que se interconectan, ¿qué pueden (y tal vez, deben) hacer las empresas?
Los presagios son sombríos y como dice el refrán: “quien avisa, no es traidor”. El Informe de Riesgos Globales 2023 del Foro Económico Mundial no dice nada que no supiéramos, pero lo refuerza. En el corto plazo, la crisis del costo de la vida y los riesgos ambientales.
En el largo plazo, el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y el impacto social que esto generará. Otto Scharmer, reconocido profesor del MIT, nos recuerda que donde ponemos la atención, ponemos nuestra energía. Entonces y desde el liderazgo empresarial, ¿estamos poniendo TODA nuestra atención y nuestra energía en estos riesgos?, ¿cómo se traduce esto para las empresas del mundo y de México?
Identidad empresarial: ¿la superpotencia de un líder es su talón de Aquiles?
No hay empresas exitosas en sociedades fracasadas. Sin importar tamaño, edad o industria, todas y cada una de las empresas pueden prepararse. Y un primer paso, fundamental para construir las empresas que este mundo necesita es que cada empresa conozca cómo está siendo el impacto de su negocio en estos riesgos, tanto en los sociales como en los ambientales.
¿Cómo? ¿Por dónde empezar este diagnóstico? Medir el impacto social de una empresa significa conocer cómo estamos impactando en las personas con las que nos relacionamos: nuestros colaboradores, nuestros clientes, nuestros proveedores y las comunidades con las que nos relacionamos.
El camino de toda compañía que quiere ser sustentable, que quiere perdurar en el tiempo, comienza por identificar el impacto que generan, es decir, con las preguntas esenciales para su toma de conciencia. La Evaluación de Impacto B, que utilizan en la actualidad más de 240,000 empresas en todo el mundo, puede ser una buena opción
El segundo trazo del retrato hablado es la mejora: las empresas que miden y conocen su impacto están poniendo las bases para la adaptación y la innovación.
Uno de sus componentes clave es la sensibilidad a los problemas, a las oportunidades. Las empresas que toman conciencia de su impacto social y ambiental detectan también sus problemas con más agilidad y ponen las bases de la mejora valiosa, de la innovación.
Lo que -en última instancia, ojalá- puede derivar en la generación de nuevos modelos de negocio de impacto, que saben traducir los riesgos en oportunidades para contribuir a una sociedad más resiliente y capaz de superar los desafíos económicos, sociales y ambientales.
Y un tercer paso es la colaboración entre empresas para ir a la raíz de esos problemas: una ‘colaboración radical’, que se traduce en la disposición total a colaborar y trabajar con cualquiera que pueda ayudar a combatir los riesgos ya nombrados. Incluyendo, por supuesto, a la competencia.
Crisis de competencias le costará anualmente a México 1.8% del PIB
Reos Partners, por ejemplo, es una empresa canadiense con presencia en varios continentes que desde hace más de veinte años trabaja con gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil; incluso con aquellos que más dificultades generan.
Reos Partners es una empresa que forma parte del Movimiento de las Empresas B, comprometidas con ser las empresas que este mundo necesita: con ser una fuerza para el bien. También están poniendo en evidencia el valor de tomar decisiones de negocios con base en la medición y considerando siempre el impacto social, ambiental y la gobernanza como como una base para la acción.
Esto es solo el primer paso. No tenemos tiempo para ser pesimistas ante los riesgos que cada año nos comparte el Foro Económico Mundial. Medir, mejorar y colaborar radicalmente es el inicio del camino al cambio para las empresas que necesita este mundo. Pero lo más importante es hacerlo YA. ¿Estamos?
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LinkedIn: Javier Herrero Postigo