Del prototipo al producto que todos compren: el caso de Smart Shower
¿Cómo convertir un prototipo en un producto que todos quieran comprar? Acá te contamos del caso del equipo de Smart Shower y la mentoría que les dio Mario Romero, director de Impact Hub en la Ciudad de México.
Tenía ocho años cuando empezó a interesarse por la robótica. Era la única mujer en toda la clase. Jocelyn Velarde se sentía sola, como alguien raro en medio de ese mundo. Pero su pasión por la tecnología la hizo persistir.
“Sí se siente un poco feo, pero vas agarrando el coraje porque es lo que te gusta, es lo que te encanta hacer”, recuerda.
En la secundaria, conoció a Alejandra Coeto, otra niña como ella que amaba la tecnología, y dejó de sentirse sola. Más tarde, en la prepa del Tec de Monterrey, conocieron a Melissa Esparza, también interesada en desarrollar sus habilidades STEM (Ciencias, Ingeniería, Tecnología y Matemáticas).
El equipo estaba listo para el primer reto, que llegó muy pronto, cuando decidieron participar en el Hackaton Educar Niñas Cambia Al Mundo 2022, organizado por Caterpillar y por United Way México.
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No sólo enfrentaron el reto, sino que se convirtieron en el proyecto ganador, al presentar el prototipo de Smart Shower, con su equipo Voltec Robotics. Se trata, como su nombre lo indica, de una regadera inteligente que evita el desperdicio de agua que ocurre mientras el usuario espera que el agua esté caliente.
Según Agua Foundation, una ducha de 5 minutos conlleva un gasto de agua de 100 litros, que equivale a lo que bebe una persona en 50 días, lo que implica que, de media, se gastan 20 litros de agua por cada minuto que pasamos en la ducha.
La Smart Shower tiene un dispositivo conectado al celular con el que cada persona puede programar la temperatura a la que desea bañarse; mientras esta temperatura se alcanza, un sensor desvía el agua por una tubería y la almacena para otros usos. El mecanismo también cierra la regadera cuando no detecta a nadie debajo usándola.
Con esta tecnología, aseguran las jóvenes, cada persona ahorraría, en promedio, 16,800 litros de agua al año. Además, la app permitiría al usuario programar su ducha, con la temperatura que más le guste, sus horarios, así como medir el ahorro de agua por día, mes y año.
El principal reto de Jocelyn, Ale y Melissa es convertir su prototipo en un producto que pueda venderse en el mercado, para lo que no tienen financiamiento, ni tecnología para producción en serie, ni tampoco una estrategia de marketing.
El reto de las chicas es similar al que pasan muchas startups, pues sólo dos de cada 10 que nacen logran superar la barrera de los dos años, comenta Mario Romero, managing director de Impact Hub en la Ciudad de México, que se dedica a acelerar a emprendimientos en etapa temprana.
Para ayudarles con sus retos, Mario comparte varias estrategias que pueden servirte a ti, si estás en una situación similar, es decir, con una idea o un prototipo que quieres sacar al mercado para que cualquier persona lo pueda comprar:
- Realiza una campaña de preventa de tu producto para los early adopters, aquellos súper interesados en hacer algo concreto por ayudar al medio ambiente, y ofréceles porcentajes de descuento, con lo cual empezarás a tener capital para lanzar una primera producción.
- Deja de lado la preocupación por hacerte cargo tú de todo el desarrollo tecnológico y mejor busca partners aliados que ya tengan experiencia en desarrollo de la tecnología o los insumos técnicos.
- Realiza una estrategia de pricing correcta para que el precio final de tu producto al mercado sea viable para el consumidor final, pero también que te permita pagar insumos, producción, gastos de marketing y otros, y te deje un margen de ganancias.
- En tu comunicación y marketing sobre tu producto incluye el propósito de tu marca, es decir, qué problema social o ecológico resuelve, lo que puede sumar a más consumidores comprometidos con contribuir a un mejor futuro.
Jocelyn dice emocionada: “Queremos inspirar a más niñas a estudiar tecnología y a atreverse a emprender.”
Para Melissa, lograr las cosas implica no quedarse sólo con la idea. “Hay que tener el coraje de seguir adelante y tener esta hambre de buscar y aprender más y más”, dice, y agrega: “Nada que valga la pena es sencillo.”
Alejandra asegura que “los logros no sólo se miden en los éxitos que vas logrando, sino en los obstáculos que vas superando”.
Fotografía destacada: Cortesía Bar Emprende.
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