Debates de insultos y cartulinas – quien gana es la ignorancia
Los debates exponen una norma política basada en el extremismo, fanatismo y el populismo, y que las redes sociales son una gran fuente de influencia, basada en una política de burla y memes que apelan al sentimiento y a la ignorancia de la gente.
Ya tuvieron lugar dos de los tres debates presidenciales programados en México. ¿Qué es lo que realmente nos dejan?
Sí, nos han informado sobre las posiciones y propuestas políticas de Gálvez, Sheinbaum y Máynez, pero también nos han dejado ver cómo la política del insulto es lo que más apela a los votantes hoy en día.
El menosprecio al votante es descaradamente obvio y la manera en la que se posiciona esa retórica es muy similar a la manera en la que degrada la inteligencia de los votantes en Estados Unidos.
Para mí, como inmigrante mexicano, politólogo y comunicador, es fascinante presenciar este paralelo entre países, la semejanza en las estrategias de campaña, y ver cómo triunfa la estrategia de la ignorancia.
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Debates para denostar
Primero analicemos para qué realmente sirven estos debates. Uno podría argumentar que no sirven de nada y que las elecciones ya están decididas.
La más reciente encuesta realizada por El País y W Radio indica que Claudia Sheinbaum con el 60 por ciento le lleva una importante ventaja de 27 por ciento a su rival más cercana, Xóchitl Gálvez. Jorge Máynez registra apenas el 7 por ciento.
Notablemente, la encuesta también indica que el 72 por ciento de la población ya sabe por quién ejercerá su voto.
Entonces no se trata de informar a los votantes, o de presentar ideas distintas, se trata de exponer al rival, de insultarlo, y de despertar emociones en los votantes.
Los debates exponen una norma política basada en el extremismo, fanatismo y el populismo, y que las redes sociales son una gran fuente de influencia, basada en una política de burla y memes que apelan al sentimiento y a la ignorancia de la gente.
“¡Fue tan grande su actuación en el debate, que voy a cambiar mi voto!” – dijo nadie, nunca.
Un problema aún más grande
Si eres como yo, tu perfil en las redes sociales está lleno de publicaciones de amigos, conocidos o familiares que comparten memes de terceros que promueven a su candidato/a.
Esto despierta una emoción, puede ser el alivio de tener la razón, o en el peor de los casos te provoca preguntarte cómo es posible que una persona que admiras (o mínimo respetas) sea capaz de tener ese entendimiento político.
Todo lo vemos desde una sola perspectiva, la que te dice que el otro candidato está mal, es un villano y que arruinará al país para siempre.
“La candidata sin corazón”, “la candidata de las mentiras”, “el narco partido”, “el PRIAN”, “tu gobierno neoliberal”, cartulinas con fotos de “corruptos” que muestran “evidencias”, son solo algunos de los momentos más memorables de los debates.
Todos estos insultos tienen sus fundamentos en verdades incompletas, tanto para un lado como para el otro.
La verdad existe en un entremedio que nadie está dispuesto a ver. Como consecuencia nos rodeamos de información y puntos de vista similares a los nuestros.
Solo consumimos noticias que dan una perspectiva similar a la nuestra. Solo seguimos a páginas o influyentes que comparten nuestra opinión.
Y hay que recordar que en México esto es un problema aún más grave porque las televisoras son descaradamente favoritistas.
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La cámara de eco
A este fenómeno de solo escuchar lo que queremos y de solo rodearnos de información que favorece nuestro punto de vista, en Estados Unidos le llamamos el “echo chamber” o la cámara de eco.
La grave consecuencia de esta cámara de eco es que nuestro racional político se basa en un mensaje simplificado, en un mensaje clave, que en este caso es el insulto.
Si se han tocado temas importantes, como la igualdad de género, la igualdad de salarios, los derechos de personas y grupos históricamente marginados, el apoyo a la industria, la educación, la falta de vivienda, etc., pero muy a la ligera.
No hay tema o discusión que no empiece con una cartulina que reafirme el mensaje clave y que apele a la cámara de eco.
Habrá un debate más antes de las elecciones del 2 de junio y es difícil pensar que vaya a haber una gran variante en la opinión pública o que los argumentos cambien.
México hará historia al elegir a su primera presidenta, Claudia Sheinbaum, pero ojo: este será el segundo sexenio de Morena.
Y la reciente historia indica que ningún partido ha gobernado más de dos sexenios seguidos desde la elección del 2000. Y si lo hacen, ¿no se convertirán en aquello que rechazaban?
Es un hecho que si la política de insulto y de la cámara de eco sigue, esto presenta un gran peligro para la democracia tanto en México como en Estados Unidos. La vulgarización nunca sublima las buenas ideas; mucho menos las lleva a la práctica.
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