¿Corrupción en tu empresa? Aprende a detectarla y prevenirla con tres señales antes de que estalle la tormenta perfecta.
Entender la corrupción puede parecer enredado, por eso comparto claves para que las empresas puedan definirla, evaluarla y evitarla
Hay dos tipos de personas que dicen entender la corrupción: los que saben todo y los que no saben nada. Yo me paso el día hablando de ella y sigo siendo de los segundos, ojalá un día conozca a uno de los primeros.
Pero la corrupción no es teoría de hilos, la hemos complicado pero puede ser sencilla. Y no solo hablo de gobierno, en la empresa también hay corrupción y se puede prevenir, la cosa es el cómo.
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¿Cómo saber si una acción es realmente corrupción?
Cuando me toca hablar de corrupción en empresas, me concentro en las 3 cosas que la componen y las 3 que la descomponen; veamos:
Mi definición favorita de la corrupción —entre muchas— es «el abuso de una posición de privilegio para generar beneficios indebidos». Me gusta por cortita y útil; como decir que algo es pato porque hace como pato, camina como pato y parece pato. Estos son los 3 elementos que componen la corrupción:
- Posición de privilegio. La corrupción indigna porque nace de una traición de confianza. Aquí hablamos de esa confianza: alguien recibe una responsabilidad y, para cumplirla, tiene más información y control sobre ella. Ahí el «privilegio»: «confío en ti y te empodero».
- Abuso de esa posición. Se trata de la otra parte: la traición. Quien tiene esa posición de privilegio debería usarla correctamente, pero decide abusarla: usarla mal: «te doy confianza, pero no eras digno de ella».
- Beneficio indebido. Aquí buscamos el motivo para hacer lo que no se debe. Una decisión es corrupta si la razón es egoísta: «no solo usaste mal la confianza que te di; lo hiciste para sacar ventaja».
Es así de sencillo y con esta listita podemos evaluar cualquier situación y saber si es corrupción.
Después vienen los delitos y, aunque no hay ninguno que se llame «corrupción», hay varios que están identificados y todos tienen esos tres elementos más un cuarto: estar designados en una ley. Eso es todo. Eso son los delitos de corrupción.

¿Qué deben evitar las empresas para que la corrupción no crezca?
Ahora entremos en la vida de las empresas: si alguien hace actos de corrupción y una empresa se beneficia, la fiscal o juez no se tocará el corazón; a esa empresa la van a multar, van a limitar cómo, dónde y qué negocios puede hacer; o hasta la pueden cerrar.
Por eso decimos que conviene más prevenir la corrupción que arreglarla.
Para prevenirla usamos «programas de cumplimiento»: herramientas complejas que otro día desmenuzaremos.
Lo importante (y lo que ningún abogado de compliance dice abiertamente) es que no importa cómo sean los códigos y manuales mientras lo hagamos todo para que nunca coincidan tres elementos que —según Robert Klitgaard— hacen una tormenta perfecta de corrupción.
Estos son los 3 elementos que descomponen la corrupción:
- Monopolio. Nadie en la empresa debe tener tanto poder sobre decisiones de dinero o de recursos que, en la práctica, podamos decir algo como «ella —y solo ella— decide esas cosas».
- Discreción. Quienes tengan poder para decidir sobre dinero o recursos no deben poder hacerlo como quieran.
- Falta de rendición de cuentas. Por último, quienes tengan estos poderes deben siempre enfrentar consecuencias —buenas o malas— por sus actos.
Estos tres horrores nunca deben coincidir y si no existe ni uno solo, la corrupción no puede florecer. Si hacemos políticas, reglamentos y manuales que no lo permitan —y los aplicamos estrictamente— estaremos más avanzados que la mayoría.
En poquitos renglones: hagamos todo para que en nuestra empresa nadie tenga «todo el poder»; nadie pueda decidir sin supervisión; y todos respondamos a alguien. Eso hará difícil que alguien abuse de su posición para beneficiarse indebidamente y nos evitará procesos legales difíciles y caros.
No es tan difícil, lo que pasa es que los abogados nos hemos esforzado en enredar todo, pero no se preocupe que a eso nos dedicamos aquí; a desenredar.
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Director de Streiner, Buró anticorrupción Experto en anticorrupción, antilavado y cumplimiento normativo con experiencia en diversos sectores, es especialista en investigaciones corporativas internacionales y behavioral compliance, el único en México avalado por la International Anti-Corruption Academy. Es director en el Buró Anticorrupción, Streiner; en Diáfano, Laboratorio Latinoamericano Anticorrupción; y en Pares México, además de ser miembro de comités anticorrupción en la Barra Internacional de Abogados, ANADE y COPARMEX.y recibe contenido exclusivo