Dividir CIBanco e Intercam en varias empresas busca ser una solución a un lío muy pegajoso, pero solo despierta más incógnitas. ¿En corto? Partirlas en pedazos no desaparecerá el problema.
Normalmente dejamos la carnita hasta el final, pero esto es tan importante que lo pongo al principio:
- Las empresas (como bancos o casas de bolsa) pueden ser castigadas penalmente;
- Esos castigos son «hereditarios» aunque dividan la empresa en mil pedazos; y
- Hoy el gobierno mexicano tiene una «papa caliente» entre manos y debe decidir si se quema hoy (dejando a CIBanco, Intercam y Vector a su suerte) o si se quema mañana («heredando» un contagio a quien se quede con los pedazos de estas instituciones)
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Responsabilidad de resultantes, un escudo legal
Vamos por partes. No es muy conocido, pero en México se sanciona penalmente a empresas que se benefician de delitos de sus empleados. Esto se implementó para que las empresas no fueran por la vida resolviendo sus problemas cometiendo delitos y colgándole los muertitos a su personal.
Y no solo eso, sino que esos delitos son «hereditarios». Antes, los problemas legales de una empresa se podían resolver dividiendo una empresa en varios pedazos (o «escisción»).
¿Tienes una multa impagable o una demanda gigante? Déjale los pecadillos del pasado a una empresa y las partes más lucrativas a otra. Trucazo, ¿no? Pues a la OCDE no le cayó nada en gracia e hizo a México una recomendación oficial para que cerrara esa laguna.
Hoy tenemos esta responsabilidad de resultantes (o «successor liability») y, si una empresa se divide en partes, cada una se lleva su porcentaje de los líos legales.
A raíz del escándalo de CIBanco, Intercam y Vector (Estados Unidos las sancionó porque —presuntamente— ayudan a carteles a lavar dinero) la SHCP decidió que va a dividir esos bancos.
El resto de cada banco se queda como está, pero sus áreas de fideicomisos se van un ratito a la congeladora y, cuando sea adecuado, se transfieren a otros bancos. Esto se hizo para dar tranquilidad a usuarios y clientes, y para reflejar un sistema financiero sólido.
No es una idea mala, si no fuera porque es probable que a estas instituciones —como se dice en español culto— ya las «chupó el diablo».
Me explico: El gobierno debe investigar a estos bancos y a sus directivos y hay dos opciones: que encuentre algo turbio o no. Si lo encuentra, debe sancionarlos y, si no, de cualquier modo esto toma meses.
Mientras tanto, la SHCP decide separar el área de fideicomisos y encomendárselo a bancos serios, sólidos y confiables, pero ¡oh, sorpresa!; ningún banco de esos se quedaría estas áreas sin antes hacer una investigación profunda (como decimos “en abogado”: «due diligence») para asegurarse de que no traigan pecadillos heredados.
Si resulta que si hay, yo no conozco a una sola directora de cumplimiento, legal o de riesgo que se atreva a recomendar comprarlos. ¿Ya tiene sentido lo de la «papa caliente»?
Lo agotador de es que el gobierno tampoco tiene un mundo de opciones, que digamos. Ahora mismo su papel es reflejar solidez y confianza en el sistema financiero y parece que lo va logrando, por el momento.
¿Cuál es la salida, si es que la hay?
Desde donde estoy sentado, que las tres instituciones acusadas tomen dos decisiones osadas:
Hacer —con firmas especializadas— investigaciones internas para descubrir y transparentar exactamente qué fue lo que sucedió; e implementar C-Suite Compliance; sistemas de integridad preventiva que — con herramientas de behavioral compliance— modifiquen la conducta real de la alta administración y prevengan conductas indebidas (como ayudar a carteles a lavar dinero).
Son osadas porque esto puede significar desenterrar pecadillos del pasado incluyendo a quienes los cometieron, pero no hay otro camino. Además, ¿qué no es eso exactamente la integridad?
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Director de Streiner, Buró anticorrupción Experto en anticorrupción, antilavado y cumplimiento normativo con experiencia en diversos sectores, es especialista en investigaciones corporativas internacionales y behavioral compliance, el único en México avalado por la International Anti-Corruption Academy. Es director en el Buró Anticorrupción, Streiner; en Diáfano, Laboratorio Latinoamericano Anticorrupción; y en Pares México, además de ser miembro de comités anticorrupción en la Barra Internacional de Abogados, ANADE y COPARMEX.y recibe contenido exclusivo


