La propaganda no es publicidad: con propaganda te quieren, con publicidad te compran. Y cuando quieres, también odias. La propaganda no se piensa, se siente.
Pierde Xóchitl y sientes un vacío en el estómago. Te hace recordar que cuando tu equipo de futbol perdió la final (que no había ganado en 20 años) fuiste parte de las caras largas que desfilaron al salir del estadio.
O cuando tu amigo “El Gordo” que es fan de los tenis, regresó del Sneaker Con de Sidney y estuvo muy triste porque no le alcanzó para los Nike SB Paris Dunks.
Y, haciendo un recuento de daños… cuando te corrieron de esa empresa que querías tanto y donde “diste todo” sentiste el mismo vacío en el estómago que hoy.
Y bueno, por alguna razón recuerdas que tu abuelita se puso triste porque le prohibieron la Coca-Cola.
¿Qué tiene todo esto en común? La respuesta es simple: la propaganda.
La propaganda no es publicidad: con propaganda te quieren, con publicidad te compran. Y cuando quieres, también odias. La propaganda no se piensa, se siente.
Y esta se puede definir como el esfuerzo que un grupo tiene por volverte adepto de una ideología. Lo interesante es que saber de política de poco sirve para este propósito.
El reciente triunfo de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales de México ha generado un torrente de análisis y opiniones. Caras largas y comentarios con aroma a crisantemos se leen en redes sociales.
Algunos la ven como la continuación natural del movimiento iniciado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), mientras que otros temen una perpetuación de sus políticas populistas: la nueva Venezuela.
“Pero, cómo la gente puede estar con estos índices de violencia históricos, sin medicinas y con un transporte público tan deficiente, 35 candidatos fueron asesinados en estas elecciones, y con obras que no sirven como el AIFA, Tren Maya y la refinería…”.
Y la queja sigue en un etcétera, etcétera de percibida incongruencia basada en datos, en números sólidos que no permiten entender de manera racional por qué la gente decidió que continuara la “transformación”.
Para entender este fenómeno, podemos hacer un paralelismo con las mega iglesias.
Una megachurch es una iglesia cristiana, generalmente evangélica o protestante, que atrae a una congregación de gran tamaño. Pensemos en figuras como el pastor Joel Osteen, cuya iglesia Lakewood en Houston, Texas, atrae a millones de fieles cada semana.
A pesar de las críticas por su opulento estilo de vida (mansiones, Ferraris, aviones) y la falta de congruencia.
Como cuando no abrió sus puertas a damnificados por el huracán Harvey; o por pedir un préstamo millonario en pandemia de un fondo del gobierno para pequeñas empresas; y una infinidad de situaciones que parecen contradecir el mensaje cristiano de humildad y caridad, su congregación sigue creciendo. Es mega gigante.
La pregunta es: ¿por qué pasa esto? La respuesta radica en la aplicación magistral de principios de propaganda y persuasión que construyen una meta narrativa tan convincente que las incongruencias se vuelven irrelevantes para los seguidores.
Para que quede claro, una metanarrativa es algo más grande que una narrativa porque incluye todo lo que vives.
Un calendario litúrgico da sentido a cada día que se vive, por ejemplo, y es parte de una metanarrativa: la religión. Con su manera de narrar nos salva. Es magia y misterio.
“Ah canijo… no entiendo nada”.
El comportamiento humano es imposible de entender si se ignora sobre propaganda.
Los que se quejan de que “la gente no lee y por eso AMLO sigue gobernando” deberían morderse la lengua y ponerse a estudiar sobre el tema.
Porque si algo me ha quedado claro durante todos estos años es que este señor, quizás sea ignore otras cosas, pero de este tema es un doctor. Y no solo los “malos” tienen que saber del tema.
La pregunta es: ¿las personas afectadas realmente quieren conocer los secretos de la propaganda o prefieren seguir sintiéndose víctimas?
Exploremos de manera simplificada cómo se implementaron 3 de las 33 claves del mapa de la propaganda que se pueden encontrar en El Libro Secreto de la Propaganda en la campaña de Sheinbaum-AMLO y lo que esto significa para el futuro de México.
Para contrarrestar esta “megaiglesia”, solo le queda a la oposición seguir el ejemplo que la Iglesia Católica implementó cuando Lutero empezó a ganar adeptos por el protestantismo de la famosa Reforma (no confundir con la de Benito Juárez):
Surgió la Propaganda Fide (donde se acuñó el término para propagar la fe) y con ello la Contrarreforma. Haremos también un esbozo de qué claves de contrarreforma la oposición necesita implementar claramente desde ahora.
La contrarreforma debe ser bajo la ideología de “El Nuevo Sincretismo”.
Pero ¿qué es el sincretismo? Este término tiene sus raíces en la mezcla de diferentes tradiciones culturales y religiosas para formar una nueva, más inclusiva y adaptativa.
En México, el sincretismo se ve en nuestra comida, donde la mezcla de ingredientes y técnicas indígenas y españolas creó una cocina mestiza única.
La clarificación de valores en la nueva contrarreforma política debe tener en cuenta este factor “mestizo” como en nuestra comida, ya que ahí nos encontramos todos.
Memepolítica, el riesgo de convertir a los políticos en un chiste
Identifica tus creencias y valores. Después, las creencias y emociones fundamentales que impulsan a un grupo, hazlas coherentes con las tuyas y utiliza esos valores como guía para elaborar mensajes que resuenen en el público objetivo. Logra una compenetración social recordando que siempre debes empezar por ti.
En propaganda debe haber una convicción ya existente en la gente para poder trabajar sobre ella.
No puedes inventarte valores: debes observarlos y como en el fuego, acercarle combustible para luego soplarle. Los valores de justicia social no son los que la clase media piensa que son. La mayor justicia es que hablen en tu idioma: identificarte.
“Habla como yo, se ve como yo: ¡soy yo!”
Comendador: “Pero qué decís soquete, Sheinbaum no se parece nada a Fuenteovejuna, su semblante es una mezcla de Ashkenazi y Sefaradí, y qué decir de su talante frío. Así no es Fuenteovejuna”.
Mi respuesta, Comendador (se recomienda leer Fuentovejuna de Lope de Vega), es que Claudia es transparente y pasiva porque solo tiene que dejar pasar la imagen de AMLO; a ella no la verán sino al ídolo que está detrás.
Esto me recuerda que en el mundo simbólico, el inconsciente no perdona: ¿Alguien ha notado que la Virgen de Guadalupe es judía mizrají (por eso es morena)?
Comendador: “¡Anatema! Eso es absurdo, es como decir que de niño me enamoré de mi madre, ni que fuera Edipo Rey. ¡Bellaco!”.
La siguiente “justicia” se explica con el problema que un empresario me expuso un día:
“…le doy a mis empleados muchas prestaciones por arriba de la ley, el seguro de GMM me sale carísimo, ahora me doy cuenta que no lo aprecian (porque les pregunté a uno por uno), prefieren ganar más dinero ahora mismo, por más que les explique que si les pasa algo, un hospital privado les saldría muy caro y que el SS es pésimo… no les interesa”.
La oposición necesita clarificar y comunicar de manera coherente sus propios valores y que estos coincidan, de manera relevante, con los de la masa.
¿Habrá alguno relevante y auténtico para ambos? No es que la jerarquía de necesidades (Maslow) sea diferente, es que no se están hablando el mismo lenguaje.
El joven Colosio habla, por su puro apellido, de justicia como valor compartido. “Veo un México con hambre y sed de justicia”, decía su padre.
En su familia ya hubo un sacrificio de sangre que lo valida como un auténtico mártir vivo.
Habla el lenguaje de los jóvenes (ya vimos que eso funciona de manera “naranja”). Su problema es que no se ensucia los zapatos; le faltan kilómetros de calle. Lo cual nos lleva a la siguiente clave de El Libro Secreto de la Propaganda:
Sé cercano, verdaderamente cercano. Toca puertas, visita calles y comunidades.
El principio de “estar en la calle mientras los votantes están en casa” fue esencial para la estrategia de campaña de la “Brigada del Cacahuate” de Jimmy Carter.
Se llamaba del cacahuate por Carter era granjero, los producía y los regalaba casa por casa en bolsitas. Entendió que, para lograr el éxito en la organización de base, debían conectar personalmente con los votantes y encontrarse con ellos en sus hogares, calles y comunidades.
“Ya sabes quién” duró dos décadas recorriendo cada rincón de México (2,471 municipios).
Comendador: “¡Animal! Estamos hablando de Sheinbaum, no de Obrador, ella no recorrió nada en comparación”.
Cierto, pero ni hacía falta el desgaste por la figura que representa. Pongámoslo de esta forma: Jesús resucitó de entre los muertos y subió al cielo. Aun sin él de cuerpo presente… hubo santos que lo representaron.
Un personaje relevante de la oposición como Colosio, debería estar sacándole brillo a las calles desde ya junto con su brigada del cacahuate. Si la gente te conoce en persona, te ve y lo ves. La cosa cambia. Honestamente, dudo que lo haga; lo veo cómodo y sobreprotegido.
El miedo y la esperanza son las dos historias más persuasivas; enuncian la posibilidad de que algo pase aun cuando esto sea solo una fantasía
La ciudad de la esperanza, la esperanza de México, primero los pobres, el segundo piso de la transformación, regeneración nacional, todos esas Generalidades relucientes (Clave 23) son pura esperanza.
El miedo es hacia lo que se vivía antes con la mafia del poder, prianistas, genaros lunas, calderones y otros conservadores que seguramente, estes o no estes de acuerdo, te vienen a la mente porque son reiteradamente dichos, ad nauseam.
Comendador: “Rebuznáis, esperanza de qué, si ahora Fuenteovejuna está peor que nunca”.
Probablemente tengas razón, Comendador, piensa que los primeros cristianos eran torturados y asesinados, y aun así esparcían lo que para ellos era la verdad: la buena nueva.
Estaban mejor físicamente, pero ideológicamente …antes estaban desatendidos: no tenía sentido su vida.
Comendador: “Gaznápiro, taimado, cenutrio hidepu… cómo te atreves a comparar, además ni religioso soy”.
Para entender esta aparente contradicción, tenemos que salir de nuestra “cámara de ecos” (echo chamber) como le llama el estratega de reputación George I. Gonzalez. Esa donde lo que decimos se nos regresa en el Whatsapp o en Facebook.
No te pido mucho, Comendador, sal un día de esta cámara y pregúntale a uno de los 10 mil trabajadores voluntarios que participan en diversas actividades de limpieza y mantenimiento una sencilla pregunta:
“Ahora que ganó la 4T, ¿qué esperas que pase?” (esperanza = esperar) Y te va a contestar: “Que nos contraten con sueldo, y nos den seguro social”.
Ahora pregúntale a uno de los 5 mil eventuales y te dirá:
“Hace cuatro años nos contrataron con un pequeño sueldo, y nos dieron seguro social, ahora esperamos que nos den contrato fijo”.
Comendador, observa como el miedo que tienen no es contagiarse de tifoidea o de hepatitis y morir, ese riesgo ya lo viven. El miedo es que llegue alguien y les quite la esperanza de lo que nunca les ha sido dado: dignidad.
¿Quieres que te vuele la cabeza? Te voy a presentar una imagen que es impresionante y aun siendo imponente, representa solo una pequeña parte de los que votaron por la opción populista (el primer logo es de la Sección 1 de Limpia y Transportes:
Comendador: “Estulto, les prometieron algo que igual no cumplen y luego los formaron para votar”.
Seguramente así fue. Pero ¿tienes una mejor alternativa para ellos? En esa situación ¿a qué le apostarías? En toda la historia de la importante labor de recolectar basura, llevan cuatro años con un contrato eventual, ¡y solo una parte de ellos! Están acorralados. Es un no brainer.
Comendador: “Buitre inmundo, le apostaría a la educación, a la superación, a que no me digan mentiras diario, a tener salud….”.
Seguramente.
La oposición tiene la difícil tarea de contar una historia que ofrezca mayor esperanza que la actual y/o que dé más miedo que lo que ya vivimos en violencia, salud y retraso educativo, a las masas, a la mayoría. No a ti que estas leyendo esto.
Comendador: ¿Zágano, ladíno, inmundo, quieres que Fuenteovejuna termine como Venezuela para que la gente entienda?
Desafortunadamente, la clave #14. Graduar, dice lo siguiente: Se acepta una medida, incluso una inaceptable, si se aplica progresivamente, poco a poco en un tiempo más o menos largo.
Si se van erosionando instituciones autónomas como el INE y el INAI; se borran los contrapesos en los poderes legislativos y judicial; y se coopta a grupos de interés como a las fuerzas armadas. El admirado modelo “bolivariano” llegó para quedarse.
En un caso benigno, seremos Argentina que tardo del 2003 a la fecha en despertar. Veinte años les tomó tener miedo a estar peor, y esperanza en un modelo diferente.
Efecto bumerang en la publicidad, desestimar el ataque
La palabra “sincretismo” tiene su origen en el griego antiguo. Proviene del término “synkretismos” (συγκρητισμός), que literalmente significa “coalición de cretenses”.
Este término griego se usaba para describir una alianza temporal entre los habitantes de la isla de Creta (cretenses) frente a un enemigo común, a pesar de sus diferencias internas.
El término fue adoptado posteriormente en el latín y se utilizó en el contexto de la cultura y la religión para describir la combinación o fusión de diferentes prácticas, creencias, y elementos de diversas tradiciones.
El Nuevo Sincretismo es donde nuestros valores se encuentran, ahí hablamos el mismo idioma.
La polarización es nuestro enemigo en común. Insultar al “pobre” porque por menso votó por ser Venezuela, o maldecir al “rico” por corrupto y abusivo es el divide y vencerás que las verdaderas élites del mundo quieren.
¿Quieres vivir el Nuevo Sincretismo como algo real? Sal a comer después de un evento cívico como el domingo. Hazlo en ese lugar intermedio entre lo popular y lo clasemediero.
Eran 3 de la tarde, salimos de votar y nos metimos en un comedor que estaba al lado.
Después de estar formados y asoleados por tanto tiempo, no había mente, ni ganas ya para buscar un lugar conocido. Pedí tacos de bistec y ya no había, luego de arrachera y tampoco.
Hice un aspaviento y un comensal me llamó la atención: “No les reclames, es que todos los que salimos de votar llegamos aquí, prueba los tacos de cochinita, están deliciosos, te aseguro que son los mejores que has probado”.
Así lo hice, y el amable/confrontativo señor tuvo razón. Mientras los disfrutaba escuché que alguien votó por Morena, otro por Partido Verde (¿?) y alguien más por Máynez. Yo por ninguno de los anteriores (aquí te platico por quién voté y cuál fue mi predicción).
Y todos estábamos ahí, todos diferentes, todos unidos siendo amables unos con otros: todos éramos Fuenteovejuna[1]. El sincretismo es algo que todo mexicano disfruta. ¿Podrá alguien abanderarlo? Sin saber los 33 secretos de la propaganda, lo dudo.
Comendador: “Pijo llorón”
[1] Fuenteovejuna fue escrita alrededor del año 1612 y está basada en hechos históricos que ocurrieron en la villa de Fuenteovejuna (actual Fuente Obejuna) en el siglo XV. La obra es célebre por su representación de la rebelión de los aldeanos contra la tiranía del Comendador Fernán Gómez de Guzmán, y por su célebre respuesta colectiva “Fuenteovejuna, señor” cuando se les pregunta quién mató al Comendador.