Para alejar el burnout no es necesario salir de casa o de la oficina. Meditar en un espacio cerrado, también es posible y aquí sabrás cómo hacerlo.
México es el país donde hay más casos de desgaste laboral, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto es debido a que ocho de cada diez colaboradores lo padecen. Por lo tanto, meditar es una gran herramienta para que los colaboradores dejen el estrés a un lado.
Ese malestar no sólo afecta la productividad de cualquier organización, también amenaza con llevarse a su fuerza laboral y hacer que los colaboradores comiencen a experimentar algunos trastornos mentales como ansiedad o depresión.
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Ese tipo de cuestiones, hace que para los líderes sea urgente implementar nuevas formas de hacer que sus colaboradores se relajen y comiencen a darse algunos respiros durante su jornada laboral y una de las mejores formas de hacerlo es a través de la meditación.
Meditar es una práctica a través de la cual las personas intentan llevar su cuerpo y mente a un estado de relajación a través de ejercicios de respiración.
Para poder entrar en ese proceso, se necesita guardar silencio por unos minutos para así lograr auto-observarse de forma pasiva. Eso significa que el practicante deberá poner atención a sus sentimientos y sensaciones sin involucrarse con ellos, lo que implica, no responder.
Las personas suelen meditar para alcanzar la paz consigo mismas y llegar, eventualmente, a estados de conciencia positivos. Lo cual implica bajar los ritmos electroencefalográficos a niveles cercanos a los del sueño pero sin dormir.
Algunos de los beneficios más importantes de llevar a cabo esta práctica tienen que ver con la reducción del estrés, el aumento energético y lograr un mayor enfoque; lo que significa que meditar hará que el cerebro de tus colaboradores sea más efectivo.
Como anteriormente se mencionó, tener un espacio cómodo y libre de distracciones es algo necesario para comenzar a dejarte llevar en un proceso de meditación.
Si sabes que meditarás en la oficina, intenta utilizar la ropa más cómoda que puedas. En ocasiones las empresas no permiten llevar tenis o prendas deportivas a sus oficinas, por lo tanto, es mejor que la próxima vez que vayas de compras, elijas tu ropa de trabajo bajo este nuevo parámetro.
Meditar no es sinónimo de ponerse en posición de flor de loto, con el simple hecho de sentarte cómodamente en alguna silla con la espalda recta y con la barbilla un poco inclinada hacia el esternón mientras mantienes los hombros hacia abajo será suficiente.
Después de alcanzar esa pose, deberás dejar caer tus manos en el regazo o una sobre otra mientras conectas los pulgares. Otra opción cómoda es simplemente dejando tus manos relajadas sobre las rodillas.
A partir de ese momento podrás comenzar con el proceso de meditación.
Para poder dejar tu mente en blanco y simplemente observar tus emociones y sensaciones sin participar en ellas es clave poner atención a la forma en la que respiras.
Inhala aire profundamente y pone atención a la forma en la que el aire llena tus pulmones, cómo reaccionan tus fosas nasales y cómo exhalas. Pon atención a la sensación que te deja vaciar tu cuerpo.
Si casualmente algún pensamiento interrumpiera este proceso, déjalo pasar, de esa forma no interrumpirás el proceso que ya has iniciado.
Para comenzar a meditar, necesitas adecuar un espacio en tu oficina (o cualquier lugar en donde labores). Generalmente es necesario encontrar un espacio silencioso, sin embargo, muchas veces no es posible hacer eso. Estas son algunas de las otras características que debe de tener el espacio donde desees darte un “break” mental.
Entre otras cosas, debes de desconectarte de los aparatos móviles y silenciarlos o apagarlos durante tu sesión de meditación