La actitud de los jefes es clave para la salud mental del colaborador
Facilidades como el home office o salir antes los viernes no son lo único importante para la buena salud mental de los colaboradores. El trato que dan los jefes a su personal tiene que alinearse a estos beneficios. Desde el reclutamiento se puede prevenir que una persona tenga estrés laboral, afirma la directora de la maestría en Dirección Estratégica de Capital Humano de la Universidad Anáhuac.
Para prevenir el estrés laboral no basta con permitir que los colaboradores usen mezclilla o darles beneficios como el home office y masajes. La actitud de los jefes tiene que estar alineada a estas políticas, opina Martha Beatriz Valderrama, directora de la maestría en Dirección Estratégica de Capital Humano de la Universidad Anáhuac.
Cuando el colaborador tiene que avisar a su jefe cualquier detalle, pedir permiso hasta para salir a comer o reportarse porque se atrasó 10 minutos hay muchas posibilidades de que desarrolle estrés laboral, afirma Valderrama en entrevista para Factor Capital Humano en Expo Capital Humano en la Ciudad de México.
“Si no se alinean las buenas prácticas con los comportamientos de los jefes estás haciendo una empresa esquizofrénica, porque por una parte permites hacer home office y por el otro lado, la supervisión se convierte en acoso laboral. El colaborador no sabe si hacerles caso a las políticas de la empresa para hacer home office o al jefe que, en ocasiones, no se lo permite”.
Cuando las exigencias de un trabajo rebasan la capacidad del colaborador para cumplirlas, éste puede llegar a sufrir estrés laboral. Esta enfermedad se puede prevenir desde el proceso de reclutamiento. “Hay que tener cuidado en la selección del candidato. Las competencias del nuevo trabajador tienen que ser acordes al puesto. Si la persona no tiene el conocimiento, ni le gusta el trabajo, en un tiempo prolongado esto afectará su salud mental y física”.
Otros factores como la mala relación con los compañeros o hacer las tareas que nadie más quiere también impactan negativamente en la salud mental. Pero el estrés no es la única enfermedad mental que se puede desarrollar en el trabajo. Por ejemplo, la ansiedad deriva de la incertidumbre relacionada con el trabajo como los rumores sobre posibles despidos.
Pierde el colaborador y pierde la empresa
Una mala salud mental del colaborador a largo plazo puede provocarle enfermedades metabólicas o trastornos cognitivos.
“Lo malo no es olvidar una fecha de cumpleaños o la fecha de un concierto. El problema es olvidar entregar un reporte y con eso no sólo queda mal el empleado, sino se atrasa el trabajo en la empresa”, comenta la académica.
La promoción de la salud mental de un colaborador es un ganar – ganar porque afecta su salud física. Cuando una persona no tiene buena salud física se ausenta para ir a consulta médica. La falta de un empleado es una pérdida para la empresa.
¿Los colaboradores son intocables?
La prevención de enfermedades mentales ocasionadas por el trabajo no tiene que confundirse con que el colaborador sea intocable. “Se trata de cuidar factores psicosociales para el personal esté cómodo, a gusto y atendido en aspectos mentales, físicos y sociales, que la Organización Mundial de la Salud contempla como un estado de bienestar generalizado”.
Evitar el estrés en un colaborador no quiere decir que ya no se le pueda dar una orden, sólo hay que poner atención en cómo se gira la instrucción.
“Es cuidar la forma, no el fondo. Siempre habrá líneas de autoridad, pero esto no significa que lo vas a tratar con discriminación, majadería o falta de respeto”, puntualiza Martha Valderrama.
Un buen trato y un buen sueldo son claves para, que las personas quieran estar en un lugar de trabajo y tengan buena salud mental: “El buen clima de trabajo comienza por hablar a las personas por sus nombres”.
El reconocimiento al trabajo también es importante. A todas las personas, sin importar generaciones, les gusta recibir una felicitación por sus logros y sentir que su trabajo aporta a la organización. Las empresas tienen que crear en sus líderes una cultura de reconocimiento a sus colaboradores y no sólo señalarles los errores.