El estrés en el trabajo puede causar gastritis y afectar tu calidad de vida. Conoce sus síntomas, impacto y cómo controlarlo.
La presión constante, la sobrecarga de trabajo y la falta de bienestar emocional pueden alterar el equilibrio del sistema digestivo de los colaboradores provocándoles gastritis.
Este padecimiento es una inflamación de la mucosa del estómago que puede causar dolor, acidez, reflujo y náuseas.
Aunque otros factores como una alimentación inadecuada y el consumo excesivo de alcohol pueden contribuir a su aparición, el estrés laboral es un factor clave en el desarrollo de la enfermedad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés relacionado con el trabajo es una de las principales causas de enfermedades digestivas en adultos.
Además, un estudio publicado en el World Journal of Gastroenterology reveló que las personas con altos niveles de estrés tienen un 36 por ciento más de probabilidades de desarrollar gastritis crónica.
Si un colaborador sufre molestias estomacales frecuentes, es momento de analizar si el estrés en su entorno laboral podría estar afectando su salud digestiva.
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Cuando el cuerpo experimenta estrés, libera cortisol y adrenalina, dos hormonas que pueden alterar la producción de ácido gástrico y debilitar la mucosa del estómago, de acuerdo con expertos.
Como resultado, pueden presentarse síntomas como dolor o ardor estomacal, náuseas o vómitos, inflamación abdominal, pérdida de apetito o hambre compulsiva.
Además, el estrés puede empeorar una gastritis preexistente al aumentar la producción de ácido en el estómago. Si no se trata, esta condición puede derivar en úlceras gástricas o incluso en complicaciones más graves.
El ambiente de trabajo influye significativamente en la salud. Jornadas largas, presión por resultados, malas posturas y poca actividad física pueden contribuir al estrés y a problemas digestivos como la gastritis.
Un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública de México encontró que el 60 por ciento de los empleados experimentan estrés laboral, y de ellos, el 40 por ciento reporta síntomas digestivos frecuentes.
Factores que pueden incrementar el riesgo de gastritis en el trabajo incluyen:
Si se identifican estos hábitos en la rutina diaria, es importante tomar medidas para proteger la salud digestiva.
La buena noticia es que modificar algunos hábitos puede ayudar a prevenir y controlar la gastritis derivada del estrés laboral.
A continuación algunas recomendaciones:
Es importante llevar una dieta balanceada, rica en fibra, frutas y verduras, y evitar alimentos muy condimentados, ácidos o grasos. Comer en horarios regulares y masticar lentamente ayudarán a mejorar la salud digestiva.
El exceso de cafeína y bebidas alcohólicas puede debilitar la mucosa gástrica. Optar por infusiones como manzanilla o jengibre puede calmar el estómago.
El yoga, la meditación y la respiración profunda pueden reducir el impacto del estrés en el cuerpo. Incluso pausas cortas durante la jornada laboral pueden marcar la diferencia.
Se recomienda beber al menos 2 litros de agua al día para favorecer la digestión y proteger la mucosa estomacal.
Dormir entre 7 y 8 horas diarias permite la regeneración del sistema digestivo. Además, el ejercicio regular ayuda a reducir el estrés y mejorar la digestión.
Si los síntomas persisten en uno o más colaboradores es importante que consulten a un gastroenterólogo. En algunos casos, pueden ser necesarias pruebas médicas y tratamiento específico para controlar la gastritis.
El estrés en el trabajo puede ser un detonante silencioso de la gastritis, afectando no solo el bienestar digestivo, también tu calidad de vida de los colaboradores.
Identificar los síntomas a tiempo y adoptar hábitos saludables es clave para evitar complicaciones.
Si los empleados perciben molestias estomacales recurrentes, es importante analizar su nivel de estrés y tomar medidas para reducirlo.
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