Las actitudes de Adrián Marcelo son reflejo de que la cultura machista aún existe en México. Descubre cuatro formas de eliminarlas en tu lugar de trabajo.
Adrián Marcelo, influencer y ex participante de La Casa de los Famosos México 2, dejó claro durante su participación en el famoso reality que el machismo es una actitud que lastima a las personas y puede causar un ambiente tóxico.
Durante su estadía en el programa de televisión, el comentarista de origen regiomontano fue captado en repetidas ocasiones emitiendo discursos machistas. Muchos de ellos, incitando a la violencia contra las mujeres.
@ahoratabasco 🟣#ESCENA | ¡Sin palabras!🤐 “Una mujer menos para maltratar “, esas fueron las palabras de Adrián Marcelo tras regresar a LCDLFMX.😐 |#AhoraTabasco |#Noticias |#LaCasaDeLosFamosoMx2 |#AdrianMarcelo |#LCDFMX2 ♬ sonido original – AhoraTabascoNoticias
Esto causó varios problemas con diversos compañeros famosos. La enemistad más conocida que sostuvo Adrián Marcelo fue con Gala Montes, una actriz mexicana reconocida por su participación en telenovelas como Secretos de familia.
Además, miles de fanáticos del programa también demostraron su enojo hacia la actitud del influencer a través de redes sociales en diversas ocasiones.
Que individuo más detestable el enfermo sociópata de Adrián Marcelo, además de narcisista, hipócrita y manipulador, es un patán, intrigoso, y malintencionado. No entiendo cómo es que @Televisa se ha rebajado tanto como para tener a este pusilánime individuo en pantalla que solo a… pic.twitter.com/bkUMtzSPX8
— José Luis Reséndez (@joeresendez) August 5, 2024
Sin embargo, la actitud del conductor es solo una muestra de la cultura machista que aún impera en México.
Según el Sistema Integrado de Estadísticas sobre Violencia Contra las Mujeres (Siesvim), el 70 por ciento de las mujeres mayores de 15 años en México han sufrido violencia de género en cualquiera de sus formas.
Construir masculinidades positivas, el antídoto contra el machismo laboral
Acabar con la cultura machista no es fácil, mucho menos en la oficina, un espacio en donde los trabajadores pasan la mayor parte del día. No obstante, es importante comenzar a marcar un cambio desde el corazón de la cultura corporativa.
Si el discurso de Adrián Marcelo, es similar a algunos de los diálogos que resuenan en tu oficina, puedes acabar con estas actitudes de las siguientes formas:
El primer paso es la educación. Las empresas deben organizar talleres y capacitaciones sobre igualdad de género y respeto. Esto ayuda a que los colaboradores reconozcan actitudes y comentarios machistas, incluso cuando no son explícitos.
La sensibilización crea conciencia y fomenta la empatía, crucial para cambiar la cultura organizacional.
Es fundamental contar con políticas que castiguen el acoso y las conductas discriminatorias. Un protocolo claro de denuncia y acción inmediata ante comportamientos inapropiados refuerza el mensaje de que el machismo no será tolerado.
Las sanciones deben ser coherentes y aplicarse sin excepciones, asegurando un ambiente de respeto.
Muchas veces, el machismo se perpetúa porque las estructuras de poder en las empresas son desiguales. Promover la participación equitativa de hombres y mujeres en la toma de decisiones es crucial.
Esto no solo elimina prejuicios, sino que también ofrece oportunidades para que las voces de las mujeres influyan en la cultura laboral y aporten soluciones.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), explicó que la participación equitativa en la toma de decisiones reduce los conflictos. De hecho, la participación de las mujeres en la toma de decisiones en general tiene beneficios no sólo para ellas, sino para la sociedad en su conjunto.
El lenguaje refleja las actitudes de la cultura organizacional. Fomentar un uso inclusivo del lenguaje ayuda a cambiar las normas y percepciones sobre el rol de las mujeres en el trabajo.
Evitar comentarios sexistas y estereotipos refuerza un entorno donde todos los empleados se sienten valorados y respetados, sin importar su género.
“El lenguaje, hemos aprendido, es un factor clave que contribuye a que todavía veamos desigualdad de género donde se espera un mayor progreso”, según el Centro de Política de Desarrollo.