Tras confirmar su salida del gobierno estadounidense, el fundador de Tesla arremetió contra el “gran y hermoso” plan de gasto de Trump. ¿Esta decisión abrirá una brecha en su amistad o se trata de una jugada calculada por ambos?
La relación de Elon Musk con Donald Trump parece no estar pasando por sus mejores momentos.
El CEO de Tesla decidió finalizar su participación en el gobierno de Estados Unidos y expresó públicamente su desacuerdo con el proyecto de ley de gasto federal impulsado por el mandatario republicano.
Desde que Trump regresó a la Casa Blanca para su segundo mandato, Musk encabezó el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) donde hizo polémicos recortes.
El empresario ocupó el puesto de “empleado especial del gobierno”, establecido en un periodo de 130 días, iniciados desde el 20 de enero de 2025, fecha que Donald Trump tomó posesión como presidente.
La salida de Musk no ha sido la más tersa, ya que el dueño de SpaceX ha desatado un serie de críticas al gobierno de Trump.
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“Estoy decepcionado”
En un adelanto exclusivo de la entrevista con CBS Sunday Morning que se transmitirá el 1 de junio, Musk criticó el llamado “gran y hermoso proyecto de ley” promovido por Trump.
Aseguró estar “decepcionado” con el megaproyecto fiscal y presupuestario por la administración republicana, ya que considera que podría incrementar el déficit y el gasto público, algo que “socava” el trabajo que hizo durante todos estos meses.
“Francamente, me decepcionó ver el enorme proyecto de ley de gasto”.
El empresario comentó que el plan del presidente de Estados Unidos aumentará el déficit presupuestario.
Además, recalcó que desde que trabajaba en Washington, lo hacía siete días de la semana, pero que en el futuro está seguro de que ese modelo será adoptado en todo el gobierno.
“Se fortalecerá con el tiempo, a medida que se convierte en un modo de vida en todo el gobierno“, agregó Musk.
¿Qué significa esta decisión para la imagen de Musk?
Esta salida puede poner en jaque la estabilidad jurídica de Musk, ya que existen varios casos presentados legalmente, que lo acusan de violar las leyes federales cuando dirigía el Departamento de Eficiencia.
Su participación como “empleado especial del gobierno” también provocó que los líderes de los fondos de pensiones enviaran una carta a la junta directiva de Tesla.
En la misiva exigían que el ejecutivo trabajara 40 horas por semana como mínimo. Esta condición se establecía para que el CEO pudiera obtener cualquier paquete salarial a futuro en su cargo.
La renuncia de Elon Musk a su cargo en el gobierno estadounidense evidencia una ruptura ideológica, de acuerdo con expertos.
Además, refleja los crecientes desafíos que enfrenta internamente con sus empresas.
Su crítica al proyecto de gasto federal marca su distanciamiento del sector público. La experiencia concluye con cuestionamientos legales y una presión clara para redefinir sus prioridades.
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Una salida anticipada… pero llena de polémicas
A través de su cuenta en X, antes Twitter, Musk expresó su deseo de centrarse plenamente en sus compañías.
Publicó que pasaba todo su tiempo trabajando y durmiendo en salas de conferencias, servidores y fábricas. También escribió que quería estar centrado en sus proyectos.
En una llamada de resultados de abril, Musk ya había anticipado que reduciría su tiempo en el gobierno, dedicando solo uno o dos días por semana a DOGE para finales de mayo.
La salida de Musk también ocurre en medio de problemas legales. Varias demandas presentadas en Estados Unidos.
¿Musk correrá con la misma suerte que otros excolaboradores?
Donald Trump, quien en diversas ocasiones elogió a Musk como “un patriota”, ahora se mantiene sin una respuesta oficial sobre la renuncia del magnate.
Sin embargo, en declaraciones anteriores también dejó claro que no permitiría que el empresario tuviera influencia en temas espaciales si se alejaba de su visión.
“No lo dejaremos participar en nada relacionado con el espacio”, afirmó el mandatario.
La renuncia de Elon Musk a su puesto en el gobierno de Trump pone foco a una tensión anunciada.
Anteriormente el mandatario republicano mostró cierta moderación cuando colaboradores abandonaron su proyecto político, sin embargo, con el paso del tiempo surgieron las polémicas.
Tal fue el caso de Stephen Bannon, quien fue estratega jefe de la Casa Blanca, fue destituido en 2017 tras diferencias internas y declaraciones explosivas sobre Trump y su familia en el libro Fire and Fury.
Pero no fue el único, el patrón se repitió con:
- John Bolton (exasesor de Seguridad Nacional)
- Rex Tillerson (exsecretario de Estado)
- James Mattis (exsecretario de Defensa)
- Jeff Sessions (exfiscal general)
Todos ellos en algún momento fueron confrontados o descalificados públicamente por el presidente.
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