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Masculinidad hegemónica, ¿qué es y por qué le hace tanto daño a tu empresa?

La masculinidad hegemónica dicta “cómo debe comportarse un hombre”, sin embargo, esta práctica daña a las empresas por los problemas de salud mental que puede ocasionar para los colaboradores que son atacados con esta conducta.

Elizabeth Vargas 23 Jun 2023

Frases como “Los hombres no lloran” o “Los hombres son fuertes” forman parte de la masculinidad hegemónica, una conducta que establece cómo debe ser un hombre en su esfera social, familiar y laboral.  

La prevalencia de esta forma de pensar daña a las organizaciones y deteriora el tejido social con actitudes violentas y de posesión, de acuerdo con Nicko Nogués, CEO y fundador del Instituto para el desarrollo de Masculinidades Anti Hegemónicas (IDMAH). 

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“Hace 7 mil años los hombres tuvimos que luchar contra la naturaleza para sobrevivir y desarrollar actitudes para perpetuar la especie. Hoy, donde no estamos en ese escenario, lo seguimos haciendo. Los hombres siguen siendo violentos, competitivos y posesivos. Esto no es posible”, comentó.

Ese tipo de actitudes han dañado seriamente el tejido social. Por ejemplo, son las principales culpables de la violencia de género o de la falta de autocuidado entre los hombres.

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Afectaciones de la masculinidad hegemónica en las empresas

¿Alguna vez has conocido a un colaborador extremadamente competitivo o que discrimine a otro de sus colegas solo por pertenecer de la comunidad LGBTIQ+? Él forma parte de los hombres que viven su masculinidad a través del pensamiento hegemónico y genera un ambiente laboral tóxico.

“No es que los hombres sean malos, más bien es que no son educados para dejar de ser los fuertes o ser más sensibles. Ellos no pueden salir de su ‘caja de hombre’ porque los verían mal”, dijo Nogués. 

La masculinidad hegemónica daña a las compañías de estas maneras:

1. Genera un ambiente de extrema competitividad

Socialmente a los hombres se les suele educar para ser más “hombres” que otros y se les hace creer que deben ser superiores en su forma de actuar y pensar. Para Nicko esta conducta genera un ambiente de competencia extrema y, en muchas ocasiones, insana. 

“La masculinidad hegemónica trae consigo una visión androcentrista en la que los hombres tienen que estar en el centro del universo y deben de ser los más importantes en todo”,  explicó.

2. Crea ambientes discriminativos

Un hombre que no acepta que existen compañeros que son sensibles o que aceptan pedir ayuda se vuelve una persona que tiende a discriminar a los demás. 

“Nos enseñan a que un hombre debe ser capaz de resolver por sí solo todo. Por eso, cuando un hombre pide ayuda, le resulta molesto a quienes viven inmersos en la masculinidad hegemónica y tienden a hacer comentarios despectivos”. 

3. Elimina la importancia del cuidado de la salud mental

“Cuando los hombres se sienten tristes, no lloran y no hablan al respecto”, así es como la sociedad, a través de la masculinidad hegemónica, ha normalizado la falta de cuidado mental por parte de los varones. “8 de cada 10 hombres se suicidan callando sus problemas”, mencionó Nogués. 

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4. Hace que las mujeres no puedan acceder a cargos c-level

El 80 por ciento de las empresas a nivel mundial están dirigidas por hombres, de acuerdo con el especialista en nuevas masculinidades. 

“Muchos de los atributos que le son dados a los hombres por parte de la sociedad provienen de la masculinidad hegemónica. Por ejemplo, deben de ser valientes, capaces de tomar decisiones y ser asertivos. Por eso muchas de esas cualidades culturalmente no están relacionadas con las mujeres, lo que disminuye su posibilidad de ocupar cargos como líderes“. 

5. Aumenta la posibilidad de acoso sexual en el trabajo

La masculinidad hegemónica hace que la sociedad normalice que un hombre tenga el deseo de “poseer” a una mujer. Por lo tanto es común escuchar casos de acoso sexual y abuso en distintos ambientes laborales a pesar de estar penados por la ley y violentar a las mujeres

“La sociedad entiende al amor romántico como el derecho de poseer a otra persona y eso es el resultado de la masculinidad hegemónica”.

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