Nueve de cada diez universitarios ya usan IA generativa en su día a día, pero la mayoría de los profesores aún no están preparados para este cambio. ¿Qué acciones pueden tomar para cerrar la brecha? Te contamos.
Adaptarse o quedarse rezagados. Ese es el dilema que hoy enfrentan muchos docentes. La Inteligencia Artificial se convirtió en una compañera más en el salón de clases con la que los universitarios interactúan a diario, le hacen preguntas, le piden ayuda con sus tareas y, en muchos casos, la usan para presentar trabajos como si fueran completamente suyos.
La cifra es contundente: el 89 por ciento de los universitarios ya usa IA generativa, lo que confirma que esta tecnología se ha integrado de manera transversal en la vida académica, de acuerdo con el informe Inteligencia Artificial y Universidad: Uso y percepción de la IA en el entorno universitario de la Fundación CYD.
Prácticamente todas las universidades que participaron en la encuesta ya emplean herramientas de IA para la docencia. Entre las más utilizadas figuran las de consulta de información y edición de documentos como ChatGPT y Microsoft Copilot.
Esta adopción masiva representa múltiples desafíos para los académicos, ya que deben aprender a convivir con una herramienta que potencia el aprendizaje, pero que también pone a prueba la ética, la autonomía y la creatividad de sus estudiantes.
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¿Los profesores y alumnos están en el mismo nivel con el uso de la IA?
El informe revela que la presencia de la IA genera un cambio cultural en las universidades, ya que los profesores enseñan contenidos tradicionales y deben guiar a los jóvenes en cómo usar estas herramientas de manera responsable.
Esto requiere estrategias claras, planificación y, sobre todo, un entendimiento profundo de los beneficios y riesgos que implica su uso.
No se trata únicamente de evitar el plagio. La IA también ofrece oportunidades pedagógicas: permite a los universitarios explorar temas complejos con rapidez, simular escenarios y recibir retroalimentación inmediata.
Sin embargo, el equilibrio es delicado. Mientras los estudiantes avanzan a toda velocidad, los docentes parecen ir en otro ritmo: apenas un 34 por ciento ha recibido formación específica para enseñar o evaluar con estas herramientas.
Además, el mismo estudio de la Fundación CYD evidencia que el 72 por ciento de los docentes reconoce que su formación actual no es suficiente para integrar de manera efectiva la IA en sus clases, lo que pone énfasis en la urgencia de diseñar programas de capacitación específicos y de fomentar espacios de diálogo entre estudiantes y profesores.

¿A qué retos se enfrentan los docentes?
Uno de los retos más evidentes en esta relación es la brecha tecnológica: mientras los alumnos experimentan con herramientas como ChatGPT, Claude o Copilot, muchos docentes apenas comienzan a explorar estas plataformas.
Esta disparidad genera un desbalance que puede afectar la calidad del aprendizaje y la evaluación de los contenidos.
La evaluación académica también se convierte en un desafío crítico. Diferenciar un ensayo redactado por un estudiante de uno generado por IA es cada vez más difícil y los métodos tradicionales de calificación pueden no reflejar adecuadamente el aprendizaje real de los universitarios cuando usan estas herramientas de manera estratégica.
En este sentido, la Fundación CYD destaca que más del 60 por ciento de los docentes percibe un riesgo significativo de fraude académico, lo que obliga a replantear criterios de calificación y métodos de evaluación.
A esto se suman los dilemas relacionados con ética y privacidad. Aunque los estudiantes reconocen los beneficios de la IA, tres de cada cuatro expresan dudas éticas sobre su uso, y el 79 por ciento manifiesta preocupación por la privacidad de sus datos.
Frente a esta situación, los docentes pueden convertirse en guías no solo de contenidos, también de un marco de responsabilidad digital que asegure un uso seguro y consciente dentro y fuera del salón de clases.
Otro punto crucial dentro de la ecuación es que aún existe resistencia institucional. Por un lado, algunas universidades promueven la adopción responsable de la IA, en tanto que otras la perciben como una amenaza, restringiendo su uso.
Desde la perspectiva de la Fundación CYD, este mensaje mixto genera confusión y dificulta que los estudiantes y docentes encuentren un terreno común para innovar y aprender en colaboración.
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La buena noticia es que este reto también abre oportunidades para los docentes. En lugar de intentar frenar el avance de la IA en las aulas, pueden aprovecharla para transformar la forma en que enseñan y evalúan.
Algunas estrategias clave son:
1. Formarse junto a sus estudiantes
Comprender cómo funcionan las herramientas generativas y cómo pueden complementar el aprendizaje permite a los docentes acompañar a los universitarios en su exploración responsable.
2. Diseñar tareas inteligentes
En lugar de prohibir la IA, conviene crear actividades que la integren como punto de partida. Los ejercicios deben exigir análisis crítico, comparación de resultados y reflexión personal, fomentando habilidades que ninguna máquina puede sustituir.
3. Definir reglas claras
Establecer lineamientos precisos sobre cuándo y cómo usar la IA reduce la incertidumbre y fortalece la transparencia. Los estudiantes saben qué se espera de ellos y pueden aprovechar la tecnología de manera ética.
4. Abrir el diálogo sin sesgos
La IA no debe ser un mandato, sino un tema de conversación. La Fundación CYD considera que los universitarios ya reconocen tanto sus ventajas como sus riesgos, por lo que promover debates y discusiones guiadas ayuda a construir un entorno de aprendizaje seguro y responsable en los salones de clases.
Aunque el estudio de Fundación CYD se centra en España, el fenómeno es global. En universidades de Estados Unidos, Reino Unido o América Latina, más del 80 por ciento de los estudiantes admite usar la Inteligencia Artificial con regularidad.
Esta adopción se dio en apenas dos años con el boom de ChatGPT y ha tomado por sorpresa a las instituciones, que ahora se ven obligadas a repensar sus modelos de enseñanza junto con sus docentes.
Lo sentimos, alumnos; su profesor ya sabe que usan ChatGPT para hacer la tarea
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Editora en Jefe MIT SMR México / nayeli.meza@grupomedios.com Editora en Jefe MIT SMR México. Periodista especializada en temas de economía, negocios, finanzas, capital humano y management. Reporteo, escribo y edito historias relacionadas con el mundo económico y financiero a nivel nacional e internacional desde 2013. Mi mayor prioridad es democratizar el periodismo financiero con el objetivo de que sea accesible para todo tipo de lectores.y recibe contenido exclusivo


