Estas niñas demuestran que la juventud tiene el poder de provocar un cambio significativo a favor del planeta.
Un grupo de niñas provenientes de diversas instituciones educativas se unió en un esfuerzo inquebrantable a favor del medio ambiente.
Inspiradas en su pasión por salvar el planeta, estas niñas emprendieron un proyecto que se convertiría en una inspiración para su comunidad.
En el municipio de Guadalupe, Nuevo León, respondieron a la convocatoria de Fundación Somos el Cambio, compitieron con dos mil proyectos de impacto social y ganaron el primer lugar y un viaje todo pagado.
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Para desarrollar su proyecto, investigaron a fondo y se capacitaron en temas relacionados con el cuidado del medio ambiente.
Tomaron cursos sobre reciclaje, separación de residuos sólidos y el cuidado del agua, además de participar en talleres de hidroponía, diferentes técnicas de composta, árboles nativos, huertos y plantas aromáticas, entre otros.
Todo con el propósito no solo de ganar, sino de ayudar al planeta con bases sólidas para poder generar un cambio en la población.
El punto de partida de su proyecto fue la recolección de PET; tarea que las hizo armarse con bolsas y guantes para recorrer la ciudad en una campaña de limpieza que acaparó miradas y la atención de la comunidad. Pero su esfuerzo no se detuvo allí.
Visitaron 11 escuelas, donde compartieron su pasión y conocimientos sobre la ecología y la importancia de cuidar nuestro entorno. Participaron en festivales locales para aumentar la conciencia ambiental y donaron 350 árboles nativos para crear huertos comunitarios, asegurándose de que su legado perdurara en la Tierra.
Crearon y compartieron 45 videos educativos y novedosos consejos por redes sociales sobre cómo cada persona podía contribuir a la protección del planeta.
Sus mensajes llegaron a miles de personas que se unieron a la causa. Lograron establecer alianzas clave con el gobierno local, artistas y líderes de opinión, lo que amplificó su alcance y fortaleció su influencia en la comunidad.
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Con perseverancia, pasión y una visión compartida, estas valientes niñas de Nuevo León, demostraron que la juventud tiene el poder de provocar un cambio significativo.
Su proyecto, que comenzó como un sueño modesto, se convirtió en una fuerza transformadora que inspiró a su comunidad y más allá a tomar medidas para proteger el planeta.
Al ganar el premio de la Fundación Somos el Cambio, confirmaron que el cambio está en manos de aquellos dispuestos a luchar por un futuro más sostenible y esperanzador.
Su historia es un recordatorio de que, a cualquier edad, se puede marcar la diferencia si se está dispuesto a dar un paso adelante y ser el cambio que necesita el mundo.
Nota de la editora: Este contenido forma parte de la alianza editorial el Pacto entre Medios impulsada por la asociación A favor de lo mejor, que integra a más de 27 medios de comunicación, universidades, empresas, organizaciones, así como plataformas digitales con el objetivo de compartir historias de mexicanas y mexicanos que buscan inspirar un cambio positivo.