El lavado de dinero es un delito que debilita al sistema financiero y sus instituciones. En esta guía te explicamos de forma clara qué es, cómo funciona, sus impactos, sanciones en México y las estrategias clave para prevenirlo y combatirlo.
Entender qué significa el lavado de dinero puede ser complejo. Muchas personas hablan del tema, pero en realidad no comprenden cómo se lleva a cabo ni por qué constituye un delito.
De forma simple, el lavado de dinero es una operación ilícita que busca ocultar el origen de fondos obtenidos de manera ilegal. El problema no radica en la cantidad, sino en su procedencia: suele estar relacionado con el narcotráfico, la evasión fiscal, la corrupción y otros delitos conexos.
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosEste proceso transforma recursos ilegales en ingresos aparentemente legítimos, permitiendo su reintroducción en el sistema financiero formal.
Su impacto es significativo. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) señala que el lavado de dinero representa hasta un 2.7 por ciento del PIB mundial cada año.
¿Por qué es un problema tan grave? El Panel de Alto Nivel sobre Responsabilidad, Transparencia e Integridad Financieras Internacionales para lograr la Agenda 2030 explica que esta práctica genera pérdidas globales por más de 600 mil millones de dólares anuales a los gobiernos.
Además, no solo afecta a las grandes economías también debilita profundamente las estructuras sociales, políticas y financieras de los países en desarrollo.
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En el blog de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, basado en la reseña de un libro especializado en el tema, se exponen diversas recomendaciones y estrategias para combatir el delito de lavado de dinero. Entre las más destacadas se encuentran:
Adaptarse a una formación fiscal y análisis financieros es esencial. En este plano, contar con profesionales que estén capacitados en detectar operaciones ilegales da mucha eficacia.
La colaboración entre autoridades fiscales, financieras y judiciales fortalece la inteligencia. Se puede formar una red bien articulada y así, atacar con mayor precisión las estructuras criminales.
Investigar el lavado de dinero exige equipos integrados por perfiles legales, financieros y tecnológicos. Esto garantiza que las pruebas recabadas sean válidas y se respeten los principios del debido proceso.
Una estrategia eficaz depende de la coordinación entre niveles de gobierno. Involucrar a la SHCP y a las secretarías de finanzas estatales permite diseñar una política de persecución penal coherente y focalizada en delitos financieros.
Centralizar y cruzar información en una base nacional permite identificar patrones delictivos, prevenir operaciones sospechosas y desarticular redes antes de que escalen. La sistematización de datos financieros es clave para la acción preventiva.
Las inconsistencias en declaraciones patrimoniales es una señal clave de enriquecimiento ilícito. Es un punto de partida fortalece la labor investigativa y permite actuar con mayor rapidez.
Hay muchos riesgos y lavar dinero no solo representa una grave amenaza para la estabilidad financiera y la seguridad nacional. Hay sanciones y castigos muy severos, según la legislación mexicana.
El lavado de dinero no ocurre por accidente. Es un proceso muy calculado y negativo que se divide en tres partes.
Cada una está pensada como una cortina de humo para esconder el rastro del “dinero sucio” y hacerlo parecer legal, explica el Gobierno de México:
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