En medio de las interrupciones en la cadena de suministro y las tensiones geopolíticas, ¿Estados Unidos depende menos de las importaciones que antes?
Han sido unos años difíciles para la globalización. Primero vino la pandemia que cerró de golpe las fronteras internacionales.
Estas interrupciones en la fuerza laboral provocaron una ruptura de las cadenas de suministro.
Además de angustia entre los líderes empresariales por su dependencia de socios en el extranjero.
Luego vino mucha más agitación geopolítica, que ha alimentado la narrativa de que las empresas estadounidenses están optando por desglobalizarse acercando la fabricación y las relaciones de suministro críticas a casa. ¿Pero eso realmente está sucediendo?
Una investigación de Laura Alfaro (Harvard Business School) y Davin Chor (Dartmouth’s Tuck School of Business) arroja algo de luz sobre esa cuestión.
En el documento publicado por el National Bureau of Economic Research Alfaro y Chor no ven que se esté produciendo una desglobalización.
Ellos ven lo que llaman una “gran reasignación inminente” fuera de China.
Las importaciones desde China como proporción de todas las importaciones estadounidenses cayeron en el año 2017 un 21.6 por ciento frente al 16.5 por ciento de 2022.
Sin embargo, en términos absolutos, las importaciones estadounidenses procedentes de China aumentaron de 505 mil 100 millones de dólares en 2017 a 531 mil 300 mdd en 2022.
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Los economistas señalan que un aumento en las importaciones desde Vietnam y México de productos electrónicos, autopartes y semiconductores es parcialmente responsable de que los productos chinos representen una proporción menor de las importaciones estadounidenses.
Pero China no es la única que pierde participación en el mercado estadounidense.
Si bien la participación de China fue la que cayó más puntos porcentuales, las importaciones estadounidenses desde Japón y países europeos de altos ingresos como Alemania, Francia, el Reino Unido e Italia también han seguido disminuyendo.
Los autores descubrieron algunas pistas en su análisis de las transcripciones de llamadas de resultados de 2005 a 2023.
El uso de los términos “friendshoring”, “nearshoring” o “reshoring” se disparó dos veces.
Primero, cuando aumentaron las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China bajo la administración Trump.
Y luego nuevamente cuando la administración Biden introdujo aranceles discrecionales y adoptó una política industrial.
Pero las empresas que buscan reducir la dependencia de China trasladando su abastecimiento a Vietnam o México podrían descubrir que las empresas chinas siguen activas en sus cadenas de valor globales.
Esto se debe a que las empresas chinas aumentaron su inversión extranjera directa tanto en Vietnam como en México en respuesta a la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a las importaciones directas desde China.
“El resultado de esto es que, aunque Estados Unidos pueda estar reasignando sus suministros e importaciones hacia Vietnam y México, de facto puede seguir conectado y dependiente de China”, escriben indirectamente Alfaro y Chor.
En pocas palabras: los flujos comerciales internacionales siguen siendo sólidos, pero algunas importaciones estadounidenses se están reasignando desde China a otros países. Estamos viviendo una nueva era de la globalización.
Omri Nahmias es estudiante del MIT Sloan Executive MBA.