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Pacto digital para reactivar la economía

La pandemia de COVID-19 ha acelerado de forma vertiginosa la transformación tecnológica de nuestras sociedades y de nuestras economías. Por ello, es necesario reescribir las reglas para enfrentarnos a la “nueva normalidad” con todas las herramientas.

MIT SMR México 25 Nov 2020

Por José María Álvarez-Pallete

A lo largo de 2019, tuve la oportunidad de presentar el “Manifiesto por un nuevo Pacto Digital” de Telefónica S.A. En aquel documento, expuse la nueva ola de digitalización y de disrupción tecnológica que estaba teniendo lugar y para la que necesitamos estar preparados como sociedad. Una acumulación tecnológica sin precedentes, a una velocidad nunca vista que nos llevaba a un nuevo paradigma económico-social, marcado por la conectividad, el Edge Computing, el Blockchain, el Internet de las Cosas o la Inteligencia Artificial.

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En el Manifiesto se menciona que había llegado el momento de definir las bases para una sociedad digital, y de aplicar unos principios éticos y valores humanistas. Nunca hubiéramos imaginado que meses más tarde iba a llegar una segunda ola de transformación aún más radical. En las largas semanas de confinamiento que han vivido algunos países de América Latina hemos avanzado tanto como lo hubiéramos hecho en un lustro en condiciones de normalidad.

La velocidad del cambio ha sido impresionante y ha supuesto que la vida se traspase del espacio físico al mundo digital: 171 millones de estudiantes formándose a distancia, millones de empleados teletrabajando, tiendas y restaurantes con pedidos online y entregas a domicilio, o el Big Data con la Inteligencia Artificial ayudando a prevenir brotes y a diagnosticar pacientes. Pero también hemos observado que muchos trabajadores, debido a problemas relacionados con la desigualdad o a la falta de medios para llevar las cuarentenas de forma efectiva, se han visto obligados a desempeñar sus tareas de forma presencial para mantener sus ingresos.

Se han incrementado barreras de acceso a la educación digital en algunos sectores de la población, llevándolos incluso a interrumpir su formación porque no contaban con los medios necesarios para conectarse en remoto o porque sus escuelas no podían impartir clases online.

También se ha manifestado la vulnerabilidad de segmentos empresariales, sobre todo de pequeñas y medianas empresas, que han tenido que cerrar por no estar digitalizadas o por no poder llevar su actividad precisamente al mundo online.

Vivimos un momento sin precedentes, una crisis única en nuestra historia, que aún no se ha resuelto y que pone a prueba la resiliencia de nuestras sociedades y de nuestras economías. En nuestras redes en toda América Latina, se han llegado a registrar picos de demanda, con incrementos de tráfico de hasta un 36% en banda ancha fija y hasta un 35% en tráfico relacionado con plataformas de entretenimiento.

La fortaleza de las redes y la infraestructura digital han sido un elemento fundamental para la gestión de nuestras vidas y nuestras sociedades. El presente año será recordado como el de la pandemia, pero también como el momento en que nuestro mundo se reinicia y ya no hay marcha atrás.

Nos esperan tiempos difíciles, puesto que tendremos que afrontar una fuerte recesión económica y el incremento de la desigualdad que se ha producido en estos últimos meses como resultado de la emergencia sanitaria. De igual forma, hemos aprendido lecciones que nos deben inspirar para construir un futuro mejor.

Mantener las comunicaciones en funcionamiento ha sido nuestra primera respuesta durante esta emergencia, pero no la única. Nuestra prioridad, una vez más, han sido las personas, su salud y su seguridad. Nos hemos esforzado por ser útiles a toda la sociedad y hemos desplegado conectividad extraordinaria donde era necesaria.

Los valores de solidaridad y cooperación han prevalecido en estos tiempos tan críticos. Ante esta crisis, la misión de Telefónica, “hacer nuestro mundo más humano, conectando la vida de las personas”, se ha hecho más relevante que nunca. Hemos aprendido que la conectividad es crucial para cualquier digitalización inclusiva y, con nuestra misión y nuestros valores como guía, esta crisis ha sacado lo mejor de nosotros.

La desorientación, la confusión, son aspectos que pueden traer consigo estos tiempos de profunda conmoción. Para hacer sólidos los cimientos de la recuperación hacen falta valores fundamentales como el compromiso y la vocación de servicio. Y son ambos los elementos que hoy pone en valor Telefónica en su Pacto Digital: el compromiso de cumplir con un deber y la determinación de servir de ayuda a la digitalización de los países donde operamos.

Nuestro compromiso para mejorar la conectividad en el contexto actual es hoy más fuerte que hace un año, y por ello queremos seguir liderando el desarrollo y extensión de redes de nueva generación a nivel regional, buscando modelos innovadores que garanticen la sostenibilidad de las inversiones y conectividad para todos.

América Latina vive hoy tiempos difíciles

La revolución digital y la crisis que ha traído consigo el COVID-19 son una oportunidad para acometer todos aquellos cambios que en otras circunstancias no habrían sido posibles. Es el momento de transformar el sistema productivo y de que las empresas latinoamericanas cierren su brecha de digitalización. Sabemos que, en el futuro, uno de los principales factores de competitividad será el nivel de digitalización y en esto el sistema educativo va a ser un elemento clave.

En definitiva, ahora es el momento de poner en práctica políticas públicas que hagan nuestras sociedades más inclusivas, para reconstruir América Latina y reconstruirla mejor. Y para lograrlo, debemos partir de unos fundamentos sólidos y unos objetivos ambiciosos: queremos una América Latina más inclusiva, más digital y sostenible.

La desigualdad es el mayor reto que enfrenta Latinoamérica. De acuerdo con los estudios de Naciones Unidas, el impacto económico de la pandemia podría devolver a la pobreza a 50 millones de personas en la región. El esfuerzo de una generación entera podría hacerse añicos por el efecto de la pandemia.

Debemos esforzarnos para que la mayor parte de la población tenga acceso a la tecnología y a las oportunidades que brinda el nuevo mundo digital. Necesitamos, más que nunca, un pacto para gestionar la transición digital, poniendo a las personas en el centro. Esto presupone un nuevo diálogo entre los gobiernos, la sociedad y el tejido empresarial, e implica defender nuestros valores sin olvidar los derechos fundamentales en esta era. Este es el camino hacia una sociedad más sostenible, más justa e inclusiva.

Este pacto debe traducirse en una mejora de las habilidades digitales de las personas. Telefónica hace un llamamiento a favor de la educación digital de trabajadores y estudiantes a todos los niveles, y una actualización de la legislación social y laboral en consonancia con el momento que vivimos.

Recientemente, pedimos la creación en España de un fondo de reconstrucción para PyMEs y autónomos con el fin de impulsar su digitalización. En estos momentos de dificultad, soluciones de este tipo serían también necesarias para los países de América Latina. Para seguir avanzado se va a requerir un mayor compromiso por parte de los poderes públicos.

Si queremos que nuestras sociedades disfruten de una conectividad sostenible e inclusiva, debemos revisar las políticas y regulaciones que generan sobrecostes a las inversiones en infraestructuras y fomentar los acuerdos de compartición y otros modelos que permitan un uso más eficiente de los recursos disponibles.

Tenemos que asegurar una competencia justa, con marcos regulatorios y fiscales modernizados y adaptados a la nueva realidad. Todo ello forjado sobre sólidos valores universales, basados en un uso ético y responsable de la tecnología. Por ello, proponemos el desarrollo de un “Carta de los Derechos Digitales”, que proteja la dignidad y los derechos fundamentales de las personas en una sociedad impulsada por los datos.

En definitiva, queremos contribuir a la definición de este Pacto Digital -sustentado en tres pilares: social, digital y medioambiental-, asegurando que las personas y las sociedades puedan beneficiarse de los cambios que está generando la digitalización, para que nadie se quede atrás en este acelerado nuevo mundo tecnológico.

Políticas públicas recomendadas en tiempos de COVID-19

  1. Promover la digitalización de sectores estratégicos, como la energía, la industria, el transporte o la agricultura, y nuevos modelos de negocio basados en las capacidades diferenciales de la nueva infraestructura de conectividad avanzada y fomentar la innovación. Entre otros ejemplos pueden citarse los siguientes: fomentar los procesos más avanzados de fabricación y el ecosistema que los rodea para crear líneas de producción más flexibles, eficientes y sostenibles, apoyar el trabajo a distancia, conectar y automatizar los vehículos para reducir las emisiones del transporte o aumentar las redes de energía renovable mediante redes inteligentes.
  2. Ofrecer incentivos, como beneficios fiscales, reducciones de tasas, trato regulatorio preferencial y beneficios en las licitaciones y adquisiciones del sector público para soluciones de TIC eficientes desde un punto de vista medioambiental.
  1. Fomentar las políticas necesarias y reducir los obstáculos existentes para aumentar la capacidad de las energías renovables, incluidos los acuerdos a largo plazo, en consonancia con los objetivos de sostenibilidad y de diversidad biológica que sean económica y socialmente sostenibles.
  2. Digitalizar las PyMEs y fomentar la innovación.
  3. Definir estrategias nacionales y fondos públicos de transformación digital para sectores clave como el de transporte, la movilidad, el turismo o la agricultura.
  4. Fomentar la digitalización de la administración pública: poner en marcha la administración electrónica, la facturación y los pagos electrónicos y la identidad digital; así como fomentar el uso de tecnologías como el big data, la IA y el blockchain por parte de las administraciones públicas, especialmente en sanidad, justicia y educación.

Acerca del autor

José María Álvarez-Pallete es Presidente Ejecutivo de Telefónica S.A. El presente artículo recoge fragmentos del documento “Un Pacto Digital para reconstruir mejor nuestras sociedades y economías”, publicado a principios de noviembre de 2020.